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Edición Mensual - Año XXVI | Nº 305 - Noviembre 2024

Fichas de Aves del Parque Natural Sierra de Baza

Arrendajo (Garrulus glandarius)


©  Eduardo Nogueras Ocaña
Ejemplar de arrendajo adulto.


FICHA TÉCNICA:

Orden: Paseriformes
Familia: Corvidae
Especie: Garrulus glandarius
Estatus: Especie catalogada “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.


DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE 

El arrendajo es un ave un poco más pequeña que una paloma. Su identificación es fácil, ya que  sus alas tienen dos marcas de tonos azul turquesa con listas negras que la delatan rápidamente. Sus ojos son también de color azul, lo que le otorga una singular belleza.

Habita en bosques, en diferentes lugares, aunque la presencia de agua es común a los lugares de cría. También habita otras zonas como pequeñas arboledas, campos de frutales e incluso algunos jardines y parques urbanos. 

Su dieta se basa preferentemente en semillas, tallos, insectos, frutos secos, gusanos e incluso pequeños roedores. Pero lo más curioso es que almacenan alimento para la temporada invernal -cuando escasea más la comida-. El arrendajo utiliza su pico para esconder entre la corteza de los árboles, entre las raíces o en el suelo las semillas, bellotas y otros frutos que ha ido capturando previamente. De esta forma se asegura una correcta alimentación en la época en que más escasea el alimento. Este hábito de esconder frutos, de los que luego olvida muchos, particularmente bellotas, le convierte en un importante agente reforestador natural de nuestros bosques. Se estima que una temporada un solo ejemplar es capaz de almacenar entre 4.500 y 5.000 bellotas (Cramp y Perrins, 1994, Vázquez, 1997), lo que puede dar idea de su papel en la regeneración natural de nuestros bosques. 

Aunque el arrendajo es acusado de depredador de otras especies de aves, por lo que suele ser perseguido por el hombre, dos trabajos exhaustivos sobre la dieta del arrendajo en la Península Ibérica a lo largo del ciclo anual (Sanmiguel, 1983 y  Guitian, 1985) ponen de manifiesto que los vertebrados aparecen de forma excepcional entre los alimentos del arrendajo, lo que parece indicar tan sólo una utilización esporádica y oportunista de la captura de otras aves y nunca un hábito alimentario.

Como puede apreciarse en las siguientes imágenes su alimentación es variada: 

© Eduardo Nogueras Ocaña
Arrendajo comiendo manzanas. 

© Eduardo Nogueras Ocaña
Arrendajo comiendo una lombriz de tierra. 

El arrendajo realiza una sola puesta anual de la que nacerán alrededor de cuatro o cinco polluelos. La puesta tendrá lugar en los meses primaverales de abril a junio.El nido estará situado preferentemente en la parte baja de la maleza aunque también puede situarlo a no demasiada altura en los árboles. Tanto el macho como la hembra participarán en la cría y alimentación de sus polluelos. 

Su vuelo es bastante trabajoso. Pequeños planeos entre un batir lento de alas. No suele alcanzar excesiva altura. Se posa de rama en rama en pequeños trayectos hacia su objetivo. 

© Eduardo Nogueras Ocaña
Ejemplar inmaduro de arrendajo comenzando a volar. 

Casi todas las aves acuden frecuentemente al agua a limpiar su plumaje para conservarlo en perfecto estado; esta labor la realiza también el arrendajo preferentemente a primera y a última hora del día como puede observarse en la fotografía adjunta, donde está remojándose con los primeros rayos de sol. Una vez introducidas sus patas en la charca, introducen la cabeza y finalmente las alas realizando unas sacudidas fuertes a ambos lados, sin llegar a sumergir por completo su cuerpo de una vez, ya que podrían tener problemas para salir del agua. 

© Eduardo Nogueras Ocaña
Arrendajo bañando su plumaje en una charca. 

El reclamo más habitual es un sonido ronco con tono alarmante, que parece dar la señal al resto del bosque cuando detecta nuestra presencia. Acompañado de este grito de alarma el arrendajo eriza el píleo como puede verse en la siguiente imagen: 

© Eduardo Nogueras Ocaña
Arrendajo con el píleo erizado en señal de peligro. 

Entre los enemigos naturales de los arrendajos se encuentran el azor (Accipiter gentiles) y el gavilán (Accipiter nisus). Son frecuentes los encuentros de piezas desplumadas en los lugares elegidos por estas rapaces para alimentarse, como puede observarse en la fotografía: 

© Eduardo Nogueras Ocaña
Plumas de arrendajo procedentes de un ejemplar que ha sido devorado por un gavilán.


DATOS DE LA ESPECIE 

Longevidad: pueden vivir hasta 5 años.
Peso: de 135 a 185 gramos.
Envergadura: Con las alas abiertas pueden medir de 50 a 56 cms.
Longitud: de 30 a 36 cms.
Vida social: Vive en grupos reducidos.


EL ARRENDAJO EN LA SIERRA DE BAZA 

© Eduardo Nogueras Ocaña
Arrendajo sobre un rosal silvestre. 

El arrendado ha experimentado un auge de crecimiento en la mayor parte de la Sierra de Baza. Los efectivos de esta especie se han multiplicado en los últimos años. Actualmente goza de buena salud su presencia. Se la puede localizar en la mayoría de los habitad del Parque, excepto en la alta montaña. Su dieta fundamentalmente vegetariana, le obliga a visitar con frecuencia las charcas y zonas acuáticas donde poder beber y realizar su baño de plumas diario. Se puede ver durante todo el año, ya que es sedentaria. Aunque los lugares pueden variar en función de las circunstancias. Es un ave tímida, más detectable por sus gritos de alerta que por el contacto visual, pero la necesidad de alimento la pueden hacer acercarse al hombre a escasos metros, como se ha observado en algunas áreas recreativas

Texto: Eduardo Nogueras Ocaña

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