Por Roberto Travesí
© Roberto Travesí
BADLANS DE FONELAS
Datos Técnicos: 200 mm, 1/125 sg, f/6,7, ISO 100. Modo de disparo: Manual.
Equipo: Canon EOS 500D, Canon EF 70-200 mm f/2.8L IS II USM, trípode Manfrotto 190 Pro con rótula 141 RC, nivel de burbuja.
Localización: Continuamos este mes en la Hoya de Guadix, donde contemplaremos un pequeño retazo de su historia. En concreto, una de las diversas torres existentes en esta privilegiada comarca, la que se dispone justo por encima de la interesante población de Fonelas.
Técnica: Que la luz pinta la imagen es más que evidente. Pero este hecho es más que notorio en capturas como la que ahora presentamos: una sencilla fotografía que se debe por entera a ella. Un fugaz pero previsible rayo ilumina nuestro objetivo; todo lo demás “es accesorio”, digamos que pasa a un segundo término (focal y diafragma por ejemplo). Cierto es que el teleobjetivo nos ayuda a focalizar el motivo deseado, pero es mucho más potente este efecto de iluminación solar por zonas que el uso de una focal larga que nos atraiga (y por ello enfatice) este motivo, con distintos planos desenfocados; así mismo, esta luz intensa selectiva aporta cierto dinamismo frente a otro tipo de paisaje similar fotográficamente estático, inerte, bañado por una luz continua, “monótona”.
En otro orden de cosas, el uso de una cámara no profesional se debe a la relativa fugacidad de la captura. La distribución y movimiento de las nubes ponían de manifiesto que con una paciente pero corta espera podrían obtenerse fotografías varias de zonas iluminadas rodeadas de amplias zonas en sombra. Pero lo efímero del momento también era evidente, aunque potencialmente fuesen varias las oportunidades. Por ello, coloqué el 24-70 mm para un tipo de imágenes en la cámara grande (full frame) y el 70-200 mm para otro en la cámara más pequeña, aprovechando de esta manera el factor de recorte y el zoom (en vez de montar un 400 mm fijo en la primera cámara, que da menos juego). De esta manera, utilicé la cámara “pequeña” (APS-C) que antaño y para apenas unos meses usaba para los Time Lapse, a pesar de su menos rango dinámico, algo que para esta escena no era determinante.
Sobre composición indicar que, para no variar con respecto a la tónica general de todos estos meses atrás, dispuse el motivo en un lateral de la imagen, “cumpliendo” esta vez a rajatabla la conocida Regla de los Tercios, que tan poco gusto de teorizar. La ladera iluminada descendente nos ayuda a perder interés sobre la misma en relación a la torre, es decir, que en sentido contrario nos llevaría hasta la zona más alta, donde se encuentra el motivo de nuestra instantánea. Pero para añadir algunos inconvenientes, convendría hacer notar que la torre no está silueteada por completo sobre uno de los dos fondos oscuros, como hubiera sido mi deseo (bien sobre el cielo bien sobre la ladera en sombra, cuestión de gustos…); aunque realmente hubiera quedado mucho más desagradable si la línea de la ladera más iluminada hubiere cortado la torre por la mitad de su altura o, peor aún, por su parte superior. Sería lo mismo que si un horizonte “cortase” a una persona silueteada a nivel de la cabeza (en este caso lo hace por los tobillos).
La exposición no entraña problema alguno, es fácil conocer donde hay que medir y cuánto hay que corregir la lectura arrojada por la cámara. Porque lo difícil sería guiarse por la medición en zonas de la cámara. Al menos para mi, no estoy acostumbrado a ello, mi manera de proceder desde que me inicié en la fotografía es trabajar en Manual (sí, conlleva ciertos inconvenientes, lo reconozco). ¿Acertará el procesador de la cámara asignando correctamente el valor de la exposición de la escena a uno de los miles de ejemplos tipo que posee en su base de datos? Lo desconozco. Todo depende, del brillo, del encuadre,… En fin, pienso que lo fácil es obtener la lectura correcta vía medición parcial en la zona iluminada, sobreexponiendo por ejemplo un paso y medio (también es cuestión de gustos, habrá fotógrafos que abran solo un paso y otros incluso dos, dependiendo de si quieren interpretar un tenue rayo solar o, por el contrario, un potente “cañón” de luz). De cualquier manera, es de esas jornadas en las que todo el día se pueden estar haciendo fotos, nada se quema al haber iluminaciones parciales tipo flash.
© Roberto Travesí 2013
El autor:
Roberto Travesí Ydáñez. Miembro de la Asociación PROYECTO SIERRA DE BAZA, ha sido presidente de AGNADEN (Agrupación Granadina de Naturalistas para el Estudio y Defensa de la Naturaleza) y de la SOCIEDAD GRANATENSE DE HISTORIA NATURAL, de las que también fue miembro fundador.
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