Por Roberto Travesí
© Roberto Travesí
MONTESES SOBRE LA VEGA (HOYA DE GUADIX)
Datos Técnicos: 400 mm, 1/125 sg, f/6,7, ISO 100. Modo de disparo: Manual.
Equipo: Canon EOS 5D Mark III, Canon EF 400 mm f/5.6L USM, trípode Manfrotto 190 Pro con rótula 141 RC, nivel de burbuja electrónico.
Localización: Proximidades de Fonelas, sobre la vega del río Fardes (choperas de fondo). Le hice la “entrada” al macho con el aire casi de cara, previa localización sin prismáticos.
Técnica: En la actualidad y aún cuando todavía hay lugares donde la presencia humana desemboca la estampida de las monteses incluso a 300 m de distancia, la fotografía de la cabra montés se ha hecho muy popular, dada la confianza de la misma a causa, entre otras razones, de la masiva frecuencia del hombre en cualquier rincón y paraje de la geografía ibérica. Por ello, del uso de grandes teleobjetivos se ha pasado a otro tipo de ópticas, las de los móviles, que capturan con cierta facilidad a dichos ungulados. Sin embargo, la confianza que muestran muchas de ellas y la facilidad que por ello ofrecen al fotógrafo para su aproximación (que permite por tanto el uso de teles cortos) no implica olvidar los objetivos largos en el armario de la casa: sus acentuados desenfoques junto a la “compresión” de las distancias sigue siendo un placer para muchos fotógrafos.
En resumen, a pesar de esta relativa pasividad de las monteses frente a nuestra presencia, es recomendable aproximarse a ellas sin tener en cuenta este aspecto, esto es, considerando primeramente que es lo que se quiere hacer con la fotografía, desde que punto de vista se desea, con que perspectiva, luz, y encuadre, cual es el objetivo a emplear luego lo anterior, etc. Y ya habrá tiempo si aguanta de poner el zoom a menor potencia de aumento o montar en todo caso el gran angular en nuestra cámara.
Composición: Intencionadamente seleccionada para este mes, esta fotografía rompe con el esquema que tradicionalmente vengo comentando todos estos meses atrás. Evidentemente, la captura demanda otro tipo de encuadre, con el macho a la izquierda y el vacio a su derecha. Pero esa fue la primera foto, esta segunda se obtuvo muy rápidamente antes de que el macho girase la cabeza o se dejara caer hacia la izquierda (que es lo que hizo posteriormente, en otro portento más de equilibrio e impresionante destreza, resolviendo así brillantemente la situación). Que el macho ya supo que había algo los demuestran las “antenas”, fieles indicadoras del origen del intruso. No obstante, la confianza que mostró fue tal que me permitió cambiar de óptica, montando rápida pero discretamente el 70-200 y obteniendo otra toma más (eso sí, solo una)… aunque no se inmutó de posición, no llegando ni a girar la cabeza (¿?).
Observando esta segunda captura realizada, puede deducirse que la prisa por su obtención ha implicado un ajuste excesivo del arbusto al lateral izquierdo, esto es, debieran de haberse centrado más los dos elementos que sobresalen (mata y macho). Por otro lado, otro inconveniente reside en que están ocultas las pezuñas de las patas traseras, algo que desmerece sobremanera la fotografía. Por último, la sombra oscura que hay encima del macho (por detrás) no entorpece la estética de la misma (no se inmiscuye entre los cuernos del macho, por ejemplo).
Exposición: Las zonas oscuras de la imagen provocarían una incorrecta medición de la luz (sobreexposición, en el supuesto de haber utilizado la medición ponderada al centro), zonas que nos pasaría factura en las altas luces, esto es, en el cuello del macho, por ejemplo (y de utilizar un formato APS-C, que tiene menor rango dinámico, podría incluso peligrar en RAW la recuperación del detalle del pelo de esa zona). Por ello, la luz se midió en la zona del suelo homogéneamente iluminada que queda fuera del encuadre, a la izquierda, sobreexponiéndola un punto (un tiempo de exposición en este caso). Y como estoy en la modalidad Manual, reencuadro y disparo la primera foto (la del macho a la izquierda del “abismo”).
Otros ajustes: En cuanto al balance de blancos, tuve que enfriar (bajar) un poco la temperatura de color, pues la luz rasante incipiente era demasiado cálida y el aspecto a “luz día” (5.000-5.200ºK) no era muy real.
© Roberto Travesí 2014
El autor:
Roberto Travesí Ydáñez. Miembro de la Asociación PROYECTO SIERRA DE BAZA, ha sido presidente de AGNADEN (Agrupación Granadina de Naturalistas para el Estudio y Defensa de la Naturaleza) y de la SOCIEDAD GRANATENSE DE HISTORIA NATURAL, de las que también fue miembro fundador.
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