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Edición Mensual - Año XXVII | Nº 310 - Abril 2025

NOTICIAS

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 Por Víctor Azor López

 

Macho autóctono de Perdiz roja

© José Ángel Rodríguez

 

Es sabido por todos los cazadores de caza menor que es difícil abatir una perdiz en la Sierra de Baza, y alrededores, pero no porque sea un lance difícil sino por la escasez de la patirroja. Nos encontramos en un ecosistema ideal para su supervivencia con diversidad paisajísticas a diferentes escalas,  con un rango  altitudinal óptimo comprendido entre 600-2000 mts, zonas de cultivos, áreas arbustivas con cobertura media, vegetaciones de ribera, ecotonos y zonas de transición, entonces la pregunta es bastante clara. Es una especie monógama con una puesta de 14-19 huevos, con una elevada fertilidad. Los perdigones nidífugos (nada mas nacer salen andando del nido), gozan de gran precocidad ya que a los 90 días ya tienen las dimensiones de los padres ¿Que es lo que está ocurriendo para que la reina de la caza menor se encuentre en este declive?

Son muchos los parámetros que van cambiando en el Parque Natural  como son y que hacen que la perdiz roja vea disminuir su población. Citamos algunos de ellos:

1.- El paulatino abandono de los cultivos: vegas de regadío, pequeñas huertas, siembras de cereal… que hace que el paisaje se homogenice hacia terrenos improductivos y pierda potencial para la perdiz. El cambio de la agricultura tradicional hacia un bien organizado, tecnificada, uso de fertilizantes, disminución de linderos.

2.- Aumento de la caza mayor, jabalí y ciervo, que hacen que las polladas de la patirroja sean menores al estar en constante estrés, pues los jabalíes predan los huevos y pequeños pollos y los ciervos pueden pisar los nidos. 

3.- Abandono del hábitat rural. En la antigüedad los dueños de los cortijos sabían donde anidaban las perdices y siempre cuidaban los pollos que tenían junto a sus cortijadas pues era un disfrute tener sus manojos de perdices en sus parcelas.

4.- Aumento de la presión cinegética.  Antes se cazaba al salto con una escopeta plana (1-2 cazadores) y ahora en mano con 9-10 cazadores con sus respectivos perros con armas más complejas,  con lo que las piezas tienen menos posibilidad de escapar de los lances.

5.- Mayor cantidad de terrenos improductivos implica más densidad de zorro, (Publicación: Incidencia de la depredación sobre la perdiz roja en Navarra. Autor IREC-CSIC)

6.- Competencia por los ecosistemas entre la perdiz y la caza mayor, ambos prefieren los terrenos de labor y  zonas fértiles antes que los ecosistemas monoespecíficos: pinares de repoblaciones, espartales, atochares.

7.- Sueltas y repoblaciones sin una buena gestión y seguimiento.

8.- Como se observo en artículos anteriores la elevada cantidad de perros errantes y gatos asilvestrados principalmente en las faldas de la Sierra.

9.- Disminución del conejo que hace que la caza se centre en la perdiz. Este tema lo trataremos en la siguiente publicación.

Todos estos factores hacen que la tendencia sea la regresión, pero no justifica una repoblación sin escrúpulos, pues podemos agravar el problema. 

Se puede justificar una repoblación en dos casos: 

1º Cuando se pretenda paliar la regresión y fortalecer las poblaciones actuales pues la demanda supera la presión cinegética.

2º Cuando haya desaparecido definitivamente la perdiz de nuestras tierras. 


Pero hay que decir que previa a esta repoblación se ha debido de emitir un informe de viabilidad que es donde reside el éxito o fracaso de esta acción, basándonos siempre en la normativa vigente como es el artículo 59.3 del  Decreto 182/2005, de 26 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de Ordenación de la Caza en Andalucía. Como es bien sabido que en el Parque Natural de la  Sierra de Baza se ha estado soltando perdices de granja de forma sistemática con lo que este punto habrá sido debidamente justificado en las Consejería Provincial Competente y cumplido todos los requisitos legales necesarios para ello y más siendo un Parque Natural.

El éxito de estas repoblaciones tienen una valoración fácil: han sido un rotundo fracaso, pues no se ha visto una tendencia alcista en las poblaciones de perdiz, quizás porque no se ha hecho con rigor lo que marca claramente la normativa, un informe de viabilidad previo.

Previa a una repoblación hay que estudiar las posibilidades que hay de mantener las poblaciones originales pero para ellos es necesario plantear todas aquellas medidas complementarias como son: mejora de hábitat, siembras, mantenimiento de barbechos, bebedores, control de depredadores, inventarios de animales…. ¿Se han efectuados todas estas actuaciones? Esta pregunta la dejamos en el aire pues la contestación es bastante obvia.

Pero claro siempre es más fácil, soltar perdices y alguna quedará o criará para el año que viene, ésta afirmación tan escuchada por los cazadores, se ha demostrado científicamente que es incorrecta pues cuando los individuos se sueltan, se dispersan nada más salir de las caja, siendo mucho más susceptibles y vulnerables a la depredación cuando se encuentran de forma aislada.

Como ejemplo tenemos un estudio realizado en Málaga con perdices radiomarcadas se observo que a los 3 meses no quedaba una perdiz viva, sin embargo en zonas con mejoras del hábitat se observo el 30% de supervivencia.

Y es que no son pocas las perdices que se han soltado en la Sierra de Baza, sino todo lo  contrario, de esta forma se está generando un gasto baldío para la Sociedad de Cazadores pues no se ha seguido un control sobre las mismas, como demuestra que del año 2006 al 2013 se han soltado 38.500 perdices según los propios balances aportados por la Sociedad gestora de la caza, no viéndose actualmente ninguna de estas perdices por nuestras sierras y cotos colindantes. Siendo una media de 6.000 perdices año con un coste medio de 5€, da un valor de 30.000€/año con lo que se podrían sembrar 1.500 sacos de trigo o 75.000 Kgs. de trigo echado con abonadora. Estas repoblaciones en frío tienen una tasa máxima de supervivencia del 10%, con lo que se están efectuando una gestión totalmente inadecuada de la que todos los amantes de la naturaleza estamos siendo víctimas.

Al igual que se han efectuado proyectos para saber la densidad de ciervos en el Parque se debería hacer un informe sobre la situación de la caza menor en el Parque, dictaminar las conclusiones sobre el declive de esta especie en nuestros parajes y saber las densidad de supervivencia de las perdices que se están soltando. 

Con esta inversión económica tan importante se deberían haber creado bebederos, zonas de refugio, comederos específicos de perdiz, control de los depredadores, vigilancia disuasoria, controles sanitarios… Las perdices no son animales que los sueltas y crían como si fueran animales colonizadores, no siguen la estrategia de la r, hay que darles unos cuidados y unos hábitat para que se estabilicen en la medida de lo posible.

Es un tema delicado que está generando bastante polémica, incredulidad y asombro entre socios y conocedores de estos datos, pero en este artículo nos ceñimos a datos aportados por la propia Sociedad de Cazadores “La Perdiz” de Baza, bibliografía especifica, publicaciones de textos científicos, conversaciones con los cazadores y las propias visitas a la Sierra. No se pretende entrar en polémicas sino en cambiar la dinámica de gestión e invertir en modificaciones del hábitat, antes que en repoblaciones infructuosas, como se ha estado haciendo.

Víctor Azor López

Ing. Técnico Forestal

Máster gestión cinegética

 

AZOR MEDIOAMBIENTE

 

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