Por Víctor Azor López
Joven zorro campeando en busca de comida
© José Ángel Rodríguez
En primer lugar se hace necesario dejar claro que todas las especies animales desempeñan su papel dentro de un ecosistema natural equilibrado, incluidos los depredadores, que tienen un importante papel de control natural de otras especies, el problema que se presenta es cuando el ecosistema natural está alterado y el equilibrio se ha roto, por lo que es necesario intervenir dentro de una correcta gestión cinegética, de modo que la caza de gestión y control de predadores se hace en estos casos necesaria para obtener un buen equilibrio poblacional y mantener la viabilidad de las especies cinegéticas de caza menor con una densidad elevada, pero esto no es una tarea para llevarla a cabo solamente la semana o el mes antes de salir caza, tiene que llevarse a cabo durante todo el año. Es como mantener una cosecha, tenemos que labrar, abonar, eliminar malas hierbas, y luego tendremos unos resultados a largo plazo que merecerán la pena, pero para ello es necesario invertir tiempo y algo de dinero.
Recordar que, en cualquier caso, en Andalucía, para el control de depredadores, se requerirá estar en posesión de un carnet de controlador de predadores, de carácter personal e intransferible expedido por la Consejería competente en materia de caza, pues debemos controlar solamente aquellas especies permitidas por la ley, ya que hay especies que están protegidas y no son cazables bajo ninguna circunstancia, pudiendo incurrir en una infracción administrativa, o incluso en un delito penal, de no tener presente ello y ocasionar daño a una especie protegida.
Todos los controles sobre los predadores deben de estar aprobados en la resolución de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente en bases a un Plan Técnico de Caza redactado por profesional competente. Según el Decreto 182/2005, de 26 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de Ordenación de la Caza en Andalucía únicamente son considerados predadores cazables, los que se enumeran en el siguiente listado, a los que nos vamos a referir en este artículo:
1. Zorro (Vulpes vulpes)
2. Urraca (Pica pica)
3. Grajilla (Corvus monedula)
4. Corneja (Corvus corone)
Existen dos clases de predadores, los especialistas que se caracterizan por basar su alimentación en muy pocas especies y los oportunistas ó generalistas que pueden consumir casi cualquier presa. Estos últimos se caracterizan por tener territorios reducidos, alta población, escasa longevidad y ser tolerantes con la presencia de otros depredadores.
En este artículo me centraré en el zorro por ser la especie que basa su alimentación en las especies cinegéticas y ser una de las especies más problemáticas en los acotados.
Ahora que nos encontramos en la época de cría de las poblaciones de caza, es cuando más debemos controlar las poblaciones de predadores, pues es sabido que la época más sensible de la perdiz es la época pre-reproductiva e incubación pues su actividad biológica se centra en un área más concreta siendo más vulnerable frente a un ataque.
Basaremos el control de los depredadores en dos pilares, uno las actuaciones de mejora del hábitat como son:
1. Control de las zonas de refugios de los predadores cazables como son ruinas, túneles, acequias abandonadas, madrigueras, escombreras…
2. Fomento de las “áreas de defensa” o “refugios” de las especies cinegéticas frentes a los predadores, como pueden ser acondicionamiento de májanos de piedra para los conejos, creación de setos, mantenimientos arbustivos de las lindes, etc.
3. Incremento en la distribución de comederos y puntos de agua, para no focalizar los desplazamientos de las especies cinegéticas a un punto concreto.
En los casos en que la población de zorros se vea disparada y pueda poner en riesgo la supervivencia de las especies cinegéticas, y no hayan dado el resultado querido las anteriores medidas, será necesario actuar mediante un control más agresivo, utilizando siempre medios aceptados por la normativa vigente, y previa autorización administrativa, como son:
1. Cazar al salto, con las cuadrillas en mano y las sociedades de cazadores organizan auténticas batidas.
2. Caza con perro de rastro, modalidad no muy habitual en Andalucia pues debido a la orografía del terreno el raposo se encuevará con facilidad y no saldrá a las posturas
3. Caza con jaulas trampa: mediante una jaula de malla escuela con dos compartimentos, uno totalmente cerrado donde se encuentra el reclamo vivo como puede ser una gallina, paloma… y el otro abierto por ambos laterales de tal modo que el zorro vea una especie de túnel de malla metálica por donde pasar. El zorro al ver el reclamo empezará a dar vueltas e intentar apresarlo y al final pasara por el túnel de tal modo que se cerrarán las trampillas laterales quedado atrapado en la jaula. Es un método de eficacia dudosa y muy cuestionado, pues no es una caza selectiva, ya que aunque no sea su fin, pueden caer en la jaula-trampa otros depredadores de especies protegidas, que aunque no mueran y se pongan en libertad, sufren gran estrés con la captura, por lo que es un método cada vez más cuestionado y menos utilizado.
Una medida a evitar a toda costa, son las que inciden en la gestión inadecuada, como son las repoblaciones o sueltas de perdiz en el periodo del reclamo, ya que el periodo de caza de perdiz con reclamo se produce en los meses de enero-febrero que coincide con la época de celo del zorro con lo que nos encontramos con una cantidad elevada de perdices de granja que no conocen a dicho predador, con lo que la facilidad de proveer y almacenar alimento para la camada de zorreznos va a ser bastante abundante. Recordar que la suelta o repoblación de perdices en cualquier acotado está totalmente prohibido salvo aprobación por la administración competente.
Bien es rumoreado que un control de predadores oportunistas nos asegura una elevada densidad de perdices y conejos en nuestros coto, pero los zorros presenta una particularidad y es que ante una presión desmesurada sobre las poblaciones, se produce lo que los expertos llaman reproducción compensatoria, que se traduce en la salida en celo de todo el grupo de hembras y del aumento de crías en la camada cuando es necesario porque en la zona la población es escasa. Así mismo cuando eliminamos una población de zorro de un territorio, rápidamente es ocupada por otros zorros más jóvenes que tiene un área libre para poder asentarse, campear y buscar alimento.
Como conclusión no podemos decantarnos por un método u otro, sino en la combinación de los mismos a lo largo del tiempo. Tanto la gestión del hábitat y el control de los predadores debe ser una constante en nuestro coto realizada siempre por especialistas en el control de predadores, sin que incidamos en las especies protegidas. Así mismo quiero reseñar que la eliminación de los zorros, cornejas, urraca y/o grajillas en nuestro acotado, no nos asegura que tengamos conejos, perdices y liebres en abundancia, pues para ello hemos de preparar y acondicionar nuestro territorio con mejoras tanto en comederos, bebederos, zonas de refugio, áreas de transición, guardería… Dentro del Parque Natural Sierra de Baza tenemos una guardería privada que se encarga de todo está gestión para el fomento de la caza menor pero en la actualidad no está dando muchos resultados pues la perdiz, conejo y liebre son una especie en extinción local. Esperemos que en un futuro esto mejore.
Víctor Azor López
Máster gestión cinegética
Colegiado Nº 5600
AZOR MEDIOAMBIENTE
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