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Edición Mensual - Año XXVII | Nº 318 - Diciembre 2025

NOTICIAS

imagen de decoración


Por Víctor Azor López

 

Ciervo macho fotografiado en el Parque Natural Sierra de Baza

© José Ángel Rodríguez



Por fin cayeron las primeras lluvias en el Parque Natural Sierra de Baza y con ella las primeras berreas de los machos de ciervo demostrando su hombría y afianzando su poderío sobre el terreno. Somos muchos los visitantes, cazadores y senderistas que subimos a la Sierra en busca de esos fantásticos venados que nos hacen vibrar por su gran berrea. Pero cada año la desilusión es mayor pues podemos patear el terreno durante horas para solo divisar ejemplares de unos 4-5 años o algún que otro vareto. Sabemos que no son años buenos pues las sequias y la ausencia de pastos hacen que las calidades de las cornamentas disminuyan pero no son el principal problema que los acecha. Ya se han publicado diferentes artículos de opinión en la Revista Digital pero como conocedor del mundo de la caza querría volver a recalcar que algo está ocurriendo con los trofeos de ciervo, con la gestión o con los aprovechamientos de caza.




Denominaciones que recibe las distintas partes de la cuerna del ciervo

© Proyecto Sierra de Baza

 


La búsqueda de trofeos por parte de los cazadores, supone por tanto una presión orientada hacia un tipo de individuos que son los más vulnerables. Conforme esta presión sea más fuerte, puede provocar una selección contraria a la selección sexual que produce el trofeo, y por estar relacionada con ella, puede provocar una selección contraria en contra de los ejemplares más vigorosos.


La gestión sostenible de la caza una exigencia irrenunciable en una gestión cinegética


La caza del ciervo es un recurso renovable del monte que tiene un gran potencial sobre la economía local y sobre sus gestores, los cuales deben de regularlo sin llegar a agotarlo pero para ello es necesario un criterio objetivo, un conocimiento de la especie, un análisis de su ecología, el estudio del hábitat y del comportamiento. Se deben perseguir 2 objetivos los cuales van unidos: la rentabilidad con la conservación, dirigidos ambos a garantizar una gestión cinegética sostenible.

Lo primero que debe saberse para la gestión es saber qué queremos, cuáles son los objetivos perseguidos (cantidad, calidad, tipo de cazador, modalidad de caza…) todo no se puede tener, monterías, recechos, aguardos, selectivos, caza de gestión… Debemos de tener una política definida pues sino acabaremos esquilmando los recursos ofrecido por el monte y al final tendremos lo que actualmente vemos en la Sierra: escasos machos jóvenes y horquillones, una población degrada en sumo de baja calidad genética y pobres trofeos.



Evolución de la cuerna con la edad del macho en base a la disposición genética del ejemplar
(Fuente: Miguel Ángel Arbella León y Jesús Jiménez Casado (Universidad de Huelva)

 


Una solución a medio-largo plazo es diseñar una pirámide de edad real basada en los trofeos de caza medallables pero no solo para el Parque Natural de la Sierra de Baza sino para todo el entorno del mismo.

Si bien dentro de una gestión cinegético se ha de intentar buscar un beneficio económico con los machos selectivos (trofeos) y con los descastes de hembras, debemos de tener presente que no ocurre nada si no se cazan los machos durante unas temporadas, sino todo lo contrario, pues al final saldremos todos beneficiados al aumentar la calidad genética de los machos reproductores con los correlativos beneficios que ellos acarreará: aumento de senderistas, medallas más valiosas, mayor afluencia al parque para visitar la berrea, puesta en valor de la marca Parque Natural Sierra de Baza…


La caza selectiva de machos adultos


La caza selectiva de machos tiene una ventaja a corto plazo, la mejora en los trofeos de la población actual pero debemos de ver más allá pues producirá una mejora genética en las poblaciones futuras con cuernas mas punteadas, coronas más abiertas y palmeos superiores. Los machos alcanzan su máximo esplendor entre los 8-10 años, edad en donde empieza a decaer el vigor de la cuerna. Si cazamos con monterías es difícil encontrar estos ejemplares pues la probabilidad que sobrevivan a varias cacerías y haya alcanzado la edad suficiente como para esperar de él una conformación notable del trofeo es escasa como ocurre en nuestro territorio.

Por último debemos tener presente la relación que hay entre tamaño de la cuerna y la capacidad reproductora del macho. Investigadores del CSIS (2005) han comprobado que cuantos más grandes y ramificadas son las cuernas mayores es su fertilidad (más espermatozoides y velocidad de nado) con que las hembras prefieren siempre a los machos dominantes conformando en la descendencia los mejores ejemplares posibles.

Puede ampliarse información sobre el ciervo en la ficha técnica que publicamos sobre esta especie AQUÍ.

Víctor Azor López

Ingeniero Técnico Forestal

Colegiado Nº5600

AZOR MEDIOAMBIENTE

 

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