Especial consideración de la plaga de procesionaria en el Parque Natural Sierra de Baza
Por Víctor Azor López
© Proyecto Sierra de Baza
Orugas de procesionaria en su característica marcha
Subimos a la Sierra y conforme ascendemos vemos como van cambiando las masas de pinares con la altitud: en la parte basal pino carrasco (Pinus halepensis), en las zonas intermedia pino resinero (Pinus pinaster) y en las cumbres más elevadas se entremezclan el pino Laricio o salgareño (Pinus nigra) con el silvestre (Pinus sylvestris), cada uno se sitúa en la zona más propicia para él. Sin embargo, algo está pasando pues vemos masas enteras en un color ocre que denota que no están sanos, ¿algo les está afectando? Y es que están defoliados y con un aspecto tenebroso, como si hubieran sufrido un incendio que ha eliminado todas sus acículas.
Conforme nos acercamos a los arboles observamos una especie de algodones sobre las acículas rodeados de orugas de diferentes tamaños las cuales son las causantes de la ausencia acículas en nuestro pinares. Efectivamente nuestros pinares están infectados por una plaga de procesionaria, pero no debemos alarmarnos pues es una plaga endémica de nuestras masas de coníferas.
La procesionaria es la oruga de un lepidóptero defoliador de la familiaThaumetopoeidae. El desarrollo de la oruga consta de 5 estadios larvarios midiendo las orugas en el primero 2,5 mm y en el último entre 25-40 mm.
Desde del tercer estadio tienen el aspecto característico que las identifica perfectamente: pelosas, con coloración parda, pelos blanquecinos urticantes que lanzan al sentirse molestadas pudiendo causar graves molestias en las mucosas, ojos y piel.
Durante todo el periodo larvario mantienen un comportamiento gregario. La alimentación es estrictamente crepuscular y nocturna, permaneciendo durante el día agrupadas en el interior del bolsón. En los primeros días primaverales las orugas abandonan las copas de los pinos para dirigirse en procesión hasta los lugares de enterramiento guiados por la oruga hembra más desarrollada. De ahí viene su nombre “procesionaria del pino”.
Una vez enterradas las orugas tejen un capullo en que evolucionarán hasta transformarse definitivamente en una mariposa. Este proceso de transformación tiene una particularidad que hace que la plaga de procesionaria tenga un carácter estacional, se denomina diapausa. Consiste en detener el desarrollo celular de la crisálida hasta que las condiciones ambientales sean óptimas para el correcto desarrollo de las mariposas y las nuevas puestas.
La diapausa puede variar entre 1 mes y 4 años, con lo que podemos tener años sin prácticamente infestación a otros con un grado de defoliación excesivo.
La ubicación de las larvas en los pinos está condicionada a las temperaturas, buscando las zonas más soleadas en zonas frías y la parte de los pinos más frescas en zonas de solana.
El invierno benigno en cuanto a temperatura se refiere, ofrece a la procesionaria la posibilidad de colonizar pinares instalados en zonas de mayor altitud o más frías donde normalmente no se conocen sus ataques pero que cada vez son más frecuentes. Las orugas se alimentan durante el otoño e invierno en algunos casos hasta la defoliación completa de los pies. No les llega a matar pero les provoca un debilitamiento que pueden utilizar otras plagas como son los perforadores. Al ser masas monoespecíficas procedentes de repoblaciones, este ataque foliar puede repercutir en el crecimiento basal de los pies, aunque este no resulta un problema debido a que el objetivo de las repoblaciones fue reducir las grandes pérdidas de suelo.
Es un proceso cíclico ya que en el año 2010 donde se realizaron tratamientos aéreos, tras detectarse en 2009 un preocupante aumento de los niveles de infestación la plaga parecía controlada, para haber reaparecido ahora en 2014. Como se puede observar en los gráficos adjuntas que publicamos en los que se muestra la evolución de la plaga de procesionaria sobre las masas pinares de la Sierra de Baza de desde los años 2003 al año 2009, en los que se refleja los 5 grados de infestación en que se suele clasificar las masas de pinar, según las siguientes características que tengan presentes:
GRADO 1: algunos bolsones en los bordes de la masa y pies aislados.
GRADO 2: aparecen nidos en gran parte de los arboles borde y algunos en el centro de la masa. No se observan defoliaciones o son muy esporádicas.
GRADO 3: Defoliaciones parciales en los bordes de la masa y pies aislados. Presencia de bastantes nidos en el centro de la masa.
GRADO 4: Defoliaciones muy fuertes en los bordes y pies aislados y parciales en el centro. Ya hay árboles en el centro de la masa que presentan defoliaciones.
GRADO 5: Defoliaciones severas en toda la masa. No hay prácticamente ningún árbol verde.
En los siguientes gráficos, que nos permiten conocer mejor la evolución cíclica de la procesionaria en la Sierra de Baza, se aprecia cómo se alternan periodos de casi infestación, con presencia de poca oruga de procesionaria, con periodos de alta deforestación e incidencia de la plaga, recuperándose la masa de pinar con aparente naturalidad de unos años a otros, aun cuando no se efectuara tratamiento de tipo alguno sobre la misma.
Necesario su control en zonas humanizadas
La capacidad urticante de las orugas hace que en zonas como son caminos, senderos, albergues, comederos o zonas habitadas haya que tratarla para evitar molestias sobre los seres humanos y pueda seguir usándose el monte con normalidad. Se ha observado variaciones en los trabajos silvícolas de podas, clareos, limpieza de masas por no poder trabajar en presencia de este lepidóptero. Ocasiona daños directos (inutilización de áreas recreativas, modificación de las tareas silvícolas, pérdidas económicas) como indirectos (costes médicos por contacto urticante, incremento erosión, debilitamiento masa…). Existen unas áreas muy controladas y con métodos de control continuo denominadas ZEUS (Zonas Especial Uso Social) donde se produce un uso social intenso y en las que la presencia de poblaciones de procesionaria con un nivel de infestación superior a 2 puede producir interferencias en su uso. Estas son zonas de actuación prioritarias.
Frente a los daños causados por esta enfermedad se planteó desde la Junta de Andalucía el “PLAN DE LUCHA INTEGRADA CONTRA LA PROCESIONARIA”, un programa que se ha diseñado para el control de esta plaga a nivel del conjunto de la comunidad. La lucha integrada es un sistema de manejo de plagas que utiliza todas las técnicas y métodos apropiados, de la manera más compatible posible para mantener los niveles de plaga en niveles inferiores al umbral de daños. Con unas ventajas como son: disminución de plaguicidas, conservación de enemigos naturales de las plagas y reducción del coste total de la lucha. Esta lucha se lleva cabo por los técnicos de equilibrios biológicos de la Consejería de medio Ambiente que determinan los rodales de actuación y los procedimientos según el grado infestación.
Como métodos de control tenemos muchos pero debemos decantarnos por aquellos con menor impacto sobre el medio, buscando siempre la prevención antes que llegar a un punto de no retorno en el que sea inviable cualquier tipo de actuación (grado 4-5).
El actual programa de tratamiento está basado en la prevención en masas con niveles bajos de ataque mediante la colocación de Trampas de feromonas que atraen a los machos de tal forma que quedan atrapados y no pueden fecundar a las hembras. Otra actuación es la eliminación de los bolsones en masas de grado 1-2, pero no es muy común ya que afecta a los operarios que realizan los trabajos.
En masas de grado 3, cuando la oruga no ha alcanzado la fase final de su desarrollo, se suele utilizar inhibidores de síntesis de quitina, que imposibilita la muda de los insectos que han ingerido el producto con lo que la muerte de la larva se retrasa hasta la siguiente muda tardando varias semanas.
El control natural de la procesionaria
© Víctor Maia
Cuco (Cuculus canorus) consumiendo una oruga de procesionaria.
La procesionaria no es una plaga inmune sin depredadores naturales, pues también presenta sus parásitos como son: Tetrastichus servadei y Oencyrtus pityocampae las cuales actúan sobre los huevos afectando estas avispillas sobre el 60% total de los huevos de la población.
Sobre las orugas y crisálidas actúa durante el periodo de diapausa el parasito Phryxe caudata tiene un efecto regulador en las poblaciones.
Entre los vertebrados depredadores nos encontramos como los más efectivos aves como los carboneros, herrerillos, abubillas, mirlos, cucos, críalos y urracas, mientras que los principales depredadores de sus polillas o mariposas nocturnas son los murciélagos.
Entre los insectos que depredan sobre su oruga destacan las hormigas y los ortópteros fasgonuridos como activos predadores de la procesionaria.
Este método de control mediante depredadores naturales y parásitos debe de ser estudiadas más a fondo para prevenir los tratamientos químicos masivos y como línea de investigación para disminuir el potencial defoliados de esta plaga en nuestros montes, aunque actualmente sabemos que no tiene la capacidad suficiente para controlarla.
Una plaga a la que se ha adaptado el pinar de la Sierra de Baza
Para finalizar indicar que esta plaga puede tiene un carácter endémico en nuestra zona como consecuencia de diferentes factores como son el clima, pinares muy densos con una elevada continuidad de la masa, unido a un nuevo factor a tener en cuenta en las altas cumbres de nuestra sierra: ya no se alcanzan todos los años valores inferiores a -10 ó -12ºC que hacen que las orugas mueran. Quizás el cambio climático ya está afectando nuestros pinares.
Víctor Azor López
AZOR MEDIOAMBIENTE
Ingeniero Técnico Forestal
627946748
En este artículo quería dar las gracias a la colaboración del Ingeniero Forestal e Ingeniero Agrónomo D. Jesús Rubio por su gran conocimiento sobre plagas y enfermedades forestales y haberme aportado gran información sobre la procesionaria en la Sierra de Baza.
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