© Agustín Povedano
Ejemplar adulto de águila perdicera
Este mes se publica otra ficha dentro de la serie de aves de la Sierra de Baza, que hemos iniciado con la colaboración de Juan Antonio Dengra, ocupándonos en esta ocasión de una bella y singular rapaz diurna: el águila perdicera (Hieraaetus fasciatus), una rapaz de tamaño grande que en los adultos muestra su parte superior en un tono pardo grisáceo con una clara marca blanca muy identificativa, mientras que la garganta y zona pectoral es blanca moteada finamente de rayas verticales de color marrón, habiendo un gran contraste con el color oscuro de las caras inferiores de la alas.
Como se destaca en la ficha, el águila perdicera tiene adaptada su alimentación a las disponibilidades de alimento, por lo que su alimentación es muy variada y podríamos decir que cualquier animal del tamaño de la liebre para abajo es una potencial presa del águila perdicera, por lo que podríamos citar a los conejos, ardillas, ratas, gatos monteses, y así hasta un largo etcétera en lo que a mamíferos se refiere, sin olvidar por supuesto su afición a reptiles como el lagarto ocelado y también una gran variedad de aves, como, palomas, perdices y en especial córvidos, pues cabe añadir que es una de las pocas rapaces capaz de enfrentarse y capturar a las cornejas y al gran cuervo carnicero, por lo que en sus territorios contribuye de manera activa y eficiente al equilibrio de las especies con las que comparte dichos territorios.
En cuanto a su nidificación, es un ave temprana y ya en invierno, podemos ver en el mes de noviembre sus vuelos de cortejo, aunque la puesta suele tener lugar a mediados de febrero, constando de dos huevos blanquecinos. Al igual que el águila real, construye varios nidos dentro de su territorio eligiendo uno distinto cada año para nidificar. Los nidos, suelen alcanzar gran tamaño y de su construcción se encarga la hembra con los aportes del macho, y su elaboración se extiende durante tres o cuatro meses, los que suelen estar situados en repisas y cortados rocosos, pero también puede anidar en los árboles, desde ejemplares de gran altura, a árboles bajos o arbustos resguardados y escondidos.
La puesta consta normalmente de dos huevos, pero varía entre uno y dos, siendo excepcional y raro tres, los cuales son de color blanquecino, con algunas pintas o finas estrías oscuras. La incubación —de la que se ocupan los dos miembros de la pareja, aunque con mayor dedicación por parte de la hembra— se prolonga durante 37-40 días.
El águila perdicera es una especie sedentaria, que podemos localizarla durante todo el año en el Parque Natural Sierra de Baza, donde al menos hay una pareja nidificante.
Excelentes e ilustrativas imágenes de la especie, de las que son autores Agustín Povedano, Daniel León, Kique Ruiz y Juan Antonio Dengra, que también es autor del texto, completan el material de esta ficha, a la que puedes acceder AQUÍ.
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