Los bosques boreales son unos de los más amenazados del planeta. Su degradación y sensibilidad es tal que podrían alcanzar un punto de no retorno en los próximos años. En la imagen un bosque boreal de la Columbia Británica.
Foto: Province of British Columbia
El cambio climático, la contaminación del aire, los incendios, las plagas y los cambios inducidos por la actividad del ser humano están deteriorando la salud de los bosques de todo el planeta de una forma preocupante. La revista Science ha hecho públicos una serie de estudios en los que se examina cómo estas alteraciones están afectando a las masas forestales del mundo, desde los exuberantes y variados bosques tropicales hasta los antiguos y resistentes ecosistemas boreales del hemisferio norte, pasando por nuestros encinares y bosques de ribera, que ya han desaparecido de muchas regiones y que “podrían alcanzar el punto de no retorno a lo largo del presente siglo”.
El cambio climático está afectando a la salud de los bosques
Con el aumento de las temperaturas, se incrementan las sequías, que, según un estudio liderado por el departamento de Agricultura y Servicio Forestal de EE UU, está provocando que las temperaturas de los bosques estén por encima del umbral de sostenibilidad.
A pesar de que los árboles hayan resistido durante milenios a periodos de sequías, los autores sostienen que los incrementos de temperatura más recientes están causando sequías más intensas, lo que pone a prueba la habilidad de los bosques para sobrevivir ante tales extremos climáticos. Aquí entran también en juego los grandes incendios, cada vez más destructivos en el caso de España, que podrían modificar de manera severa la temperatura actual de los bosques.
La deforestación otra gran amenaza para los bosques
© Proyecto Sierra de Baza
Masivas e ilegales talas de bosques de ribera en el Parque Natural Sierra de Baza (Granada) en el año 1998 (puede ampliarse información AQUÍ)
Al cambio climático, las sequías y los incendios se unen las amenazas que vienen directamente de la mano del hombre. Simon Lewis, investigador en el departamento de Geografía de la University College London (Reino Unido), se centra en la deforestación que están sufriendo bosques, con especial énfasis en los bosques tropicales, que desempeñan un papel importante en la regulación del clima global a través de la transpiración (pérdida de agua a través de las hojas), la formación de nubes y la circulación atmosférica. El científico apunta que esta degradación severa de los bosques continuará a menos que se establezcan medidas de nuevo desarrollo que no impliquen su destrucción.
Para Trumbore, los bosques tropicales son los que tienen una situación más delicada "ya que son los que más área están perdiendo a través de la deforestación, aunque las tasas de extracción maderera hayan disminuido", pero advierte que el límite de extracción de madera de todos estos lugares no es sostenible y la explotación forestal extensiva ha dejado áreas fragmentadas de bosque tropical, ha perturbado la dinámica de las poblaciones y ha provocado un posterior declive de las especies. Existen numerosos ejemplos de cómo los humanos han desencadenado un efecto cascada de la extinción en estos ecosistemas, sobre todo en las especies que dispersan semillas.
Los grandes bosques boreales son los grandes afectados por el cambio climático. Podrían alcanzar en los próximos años el punto de no retorno
Uno de los más afectados están siendo los bosques boreales que están sufriendo el cambio climático y "se enfrentan a invasiones de insectos para los que no están preparados, sequías e incendios, lo que ha aumentado la mortalidad de los árboles en las últimas décadas", apunta a Sinc Susan Trumbore, del Instituto Max Planck de Biogeoquímica (Alemania) y de la Universidad de California en Irvine (EE UU), y una de las autores del especial de la revista. Por ello, requieren de un mayor cuidado a escala internacional, según expertos del International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA), Natural Resources Canada, y la Universidad de Helsinki (Finlandia).
Los bosques que se extienden por las regiones más al norte de Canadá, Rusia, Alaska (EE UU) y Escandinavia constituyen cerca del 30 % del área forestal del planeta. Sin embargo, “a lo largo de este siglo podrían alcanzar el punto de no retorno”, afirma Anatoly Shvidenko, del IIASA y uno de los autores del trabajo.
Estos ecosistemas boreales desempeñan un papel esencial en el sistema climático de la Tierra al secuestrar el dióxido de carbono de la atmósfera, además de ser el hogar de una gran variedad de plantas y animales, y una sustancial fuente de recursos de madera y producción de biodiesel.
Pero los bosques boreales también representan uno de los ambientes más afectados por el cambio climático, con temperaturas en zonas árticas y boreales que aumentan 0,5 ºC por década, y que podrían alcanzar un incremento de 6 a 11 ºC en las regiones más al norte para 2100.
Según los expertos, un clima más cálido provocaría una disminución de estos bosques e incluso su pérdida. Por ello, sugieren prácticas de gestión sostenibles, como un plan de abastecimiento de madera, para preservar la biodiversidad de estos bosques, que en la actualidad actúan como principales sumideros de carbono pero que podrían convertirse en emisores de CO2, sino se actúa urgentemente.
El peligro de las plantaciones forestales
© Proyecto Sierra de Baza
Monocultivo de pinos en el Parque Natural Sierra de Baza (Granada) en la zona de Narváez, plantados en la década de los años 50-70 del pasado siglo donde había un encinar mediterráneo.
El especial de la revista Science tampoco olvida la situación de las plantaciones forestales y monocultivos que, debido a su naturaleza uniforme, están expuestas a los patógenos, a las plagas de insectos y una proliferación de los incendios forestales, particularmente en los casos de especies resinosas, como los pinos, por lo que se hace necesario afrontar medidas para restaurar la vegetación natural de todos estos enclaves de forma progresiva, aunque efectiva y rápida, para garantizar la salud de los bosques y su propia supervivencia.
Fuente: Agencia SINC
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