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Edición Mensual - Año XXVII | Nº 310 - Abril 2025

NOTICIAS

imagen de decoración

 

Por Víctor Azor López

 

© José Ángel Rodríguez
Pinos resineros en la finca de “La Resinera” en el Parque Natural Sierra de Tejeda, Almijara y Alhama, en los que son apreciables las marcas que ha dejado en su corteza este ancestral aprovechamiento.

 

Uno de los aprovechamientos forestales que se han desarrollado en los montes ibéricos, ha sido la resinación de los pinares, sin embargo en las últimas décadas este sector está inmerso en un ocaso de tal forma que empieza a considerarse una profesión olvidada.

La resina es la sustancia que producen las coníferas, tanto abetos como pinos, y que fluye al exterior al realizarle heridas, cortes, incisiones sobre la madera. Se caracteriza por tener una textura pegajosa en forma de gotas con un olor típico a conífera. La resinación en España se efectuaba principalmente sobre 3 especies pino resinero o marítimo (Pinus pinaster), pino carrasco (Pinus halepensis) y laricio o negro (Pinus nigra). El pino laricio es el que mayor importancia comercial ha tenido en esta materia y sobre el que se han centrado estas tareas tradicionales.

Cuando trabajamos en resinación la resina pasa a llamarse miera, pues se hacen unas incisiones en el fuste de la conífera para la obtención de este producto con un fin comercial.

Una vez obtenida la miera se procesa mediante destilación para obtener colofonia en un 70%, 20% de aguarrás y un 10% de impurezas y agua. De los desechos de la resinación se obtenía la brea.

En la actualidad los usos de las distinto productos obtenidos es muy amplio, de modo que la colofonia se usa para industria aromáticas, resinas, colas, cosmética… El aguarrás se usa como disolvente, perfumería, resina, etc. La brea tiene utilidades como sellado, creación de fibras sintéticas,  imperbealizante… Como se observa son muchos los productos obtenidos a través de la resinación, sin embargo la aparición de la industria petrolífera está desplazando este aprovechamiento del monte por dos motivos principalmente; Primero la disponibilidad de petróleo es  fácil y el descenso de los precios del petróleo.

Respecto a la técnica de extracción, antiguamente se ejecutaba cortes a lo largo del fuste eliminado la corteza y hasta llegar  a la madera, de tal forma que la miera fluía tronco abajo. Según comentan los antiguos habitantes de la Sierra de Baza el origen de la inclinación del Pino de la Señora era la obtención de tea, para encerado de pieles, impermeabilización de tejidos, combustible… con lo que queda probado que la resinación era un trabajo típico en el Parque Natural de la Sierra de Baza antes de que el aprovechamiento maderero de finales del siglo 16  y principios del 17 dejara la sierra sin arboles aptos para este trabajo.

 

Ejecución de la resinación:



© Proyecto Sierra de Baza
Pino laricio en resinación, con el recipiente colocado para su obtención.

 

La forma moderna de ejecutar la resinación consiste en ejecutar un descortezado de 20 cms. de ancho y una altura de 80 cms. desde la base de la pinácea. Se elimina la corteza en una anchura de 20 cms. pero la zona de resinación tiene una anchura de 12 cms.

Después se efectúa el desroñe, en donde se deja la superficie del tronco liso pero sin llegar a dejarlo desnudo. En la parte inferior que hemos descortezado se introduce una lámina metálica en forma de V, llamada grapa, quedando fijada fuertemente a la madera.  La resina descenderá  lentamente por la zona descortezada hasta acabar en la chapa metálica en donde colocaremos un bote de barro ó pote, que almacenará el líquido exudado por el pino.

En la zona descortezada (12x80) se van haciendo cortes horizontales denominados picas, cada  13 días aproximadamente, separados unos 3 cms. unos de otros, que es por donde el pie desprende la resina. Estas hendiduras se impregnan con acido sulfúrico mediante un pulverizador para estimular al árbol en la producción de las secreciones. Este proceso se va repitiendo en todos los arboles de la masa siendo un aprovechamiento tradicional de la masa por el que antiguamente se obtenían unas rentas en la población local.

Este trabajo anual se denomina entalladura, y se van haciendo unas encima de otras durante cincos año completando una cara del árbol. Lo normal es entallar 5 caras del fuste de tal manera que el aprovechamiento completo es de 25 años, es decir, 5 entalladuras en 5 caras.

Este procedimiento de trabajo no ha variado prácticamente nada desde los años 50-60, no se ha modernizado, se está perdiendo el conocimiento acerca de esta labor, es un trabajo casi inexistente, propio de gente mayor que está provocando que la regeneración laboral en este sector sea nula, provocando el ostracismo de esta profesión.

 

Detalle de las entalladuras y picas.  Fuente: Pinares de la Miera.

 

El rendimiento medio por pino laricio se sitúa en torno a los 3,3 Kg por pié y campaña siempre y cuando la estación sea la idónea, la masa forestal se encuentre ordenada, la climatología sea la correcta, los trabajos de entalladura sea realizados por operarios especializados, y los árboles tengan la edad adecuada la explotación.

Respecto a los precios  los últimos datos que he podido conocer, muestran un valor de medio de 0,80€/kg   
Los pinos que suele trabajar un resinero al año se le denomina “mata” y suele estar conforme a los 5000-5500 pinos, divididos en una o diferentes zonas de trabajo.

Una vez analizados el rendimiento, precios de venta y unidades de trabajo el rendimiento bruto a lo largo de un año no sobrepasa los  14.500€ durante 7,5 meses que dura la campaña, evidenciando que es un trabajo muy duro sin una recompensa económico viable pues siempre hablamos de unas condiciones optimas tanto de resinación como de venta del producto. Esta tarea debe estar complementada con otros trabajos adicionales para obtener una renta media que merezca la pena el aprovechamiento resinero.

La liberalización de los mercados y los avances en la logística, cada vez más rápidos y eficientes, hace que un producto que se encuentra en China en menos de una semana lo tengamos en cualquier parte del mundo, siendo imposible competir en mano de obra con algunas países asiáticos o sudamericanos. Este avance en los medios de transporte impide que la resina nacional pueda medirse con los países que copan la producción de la extracción de la resina, aun cuando la calidad de nuestros pinares pueda ser superior a los de China, Brasil, Indonesia, USA, etc.

En España actualmente tenemos como ejemplo de aprovechamientos los pinares de Coca en Segovia, que podrían ser una visita muy recomendable para los socios y amigos del Proyecto Sierra de Baza, pues se están buscando mejoras en maquinaria, rendimientos en los jornales, pruebas, ensayos en las entalladuras....

Agradecer toda la información disponible al Centro de Servicio y Promoción Forestal y de su industria de Castilla y  León (Cesefor), así como a la Junta de Castilla y León pues actualmente están intentando potenciar la conservación de las masas resineras a través de diferentes proyectos de investigación y desarrollo.
 

Víctor Azor López
Ingeniero Técnico Forestal
Especialidad Explotaciones Forestales
Colegiado nº 5600

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