La situación es de emergencia sanitaria forestal y en tan solo cinco meses ha supuesto la muerte de unos 100.000 árboles. Lo más preocupante es que la plaga aún no está controlada y no se conoce su definitivo alcance
© Proyecto Sierra de Baza
Acículas de un pino resinero (Pinus pinaster) invadidas por cochinillas.
Fotografía tomada en la zona del Cortijo de Santaolalla (Cruz de la Chaparra) el 24/11/2016
Fue a principios del mes de julio del presente año de 2016, cuando se comenzó a detectar la muerte de algunos pinos en la zona de Los Frailes, en el Parque Natural Sierra de Baza (Granada), dentro del término municipal de Caniles, una situación que rápidamente pasó a inquietar, cuando ya en los primeros días de julio se pudo comprobar que el número de árboles que habían muerto era muy alto y preocupante, ya que se apartaba de los parámetros normales y aceptables para un bosque y ecosistema forestal sano y en equilibrio.
Los árboles morían con gran rapidez, primero comenzaban a perder intensidad en su verdor las acículas, luego comenzaba a adquirir tonalidades amarillentas y finalmente aparecían completamente secos, con un característico color rojizo, conservando todas sus acículas, las que no habían tenido ocasión de desprenderse del árbol, por las acciones del viento y demás factores climáticos.
Todo este proceso se producía en muy pocos días, un par de semanas, o alguna más, y las muertes iban aumentando, en tal número e intensidad, también las zonas afectadas, que nos llenaban de preocupación y alarma, por conocer qué estaba sucediendo en la Sierra de Baza.
Hasta tal punto crecieron las muertes de estos árboles, fundamentalmente pinos resineros (Pinus pinaster) que si en septiembre pasado se hablaba de unos 25.000 árboles muertos, en octubre la cifra se había duplicado, llegando hasta los 50.000, y a finales de noviembre se piensa que ya han muerto ¡¡MÁS DE 100.000 ÁRBOLES!!
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Son miles los pinos que han muerto en unos pocos meses en la Sierra de Baza.
Fotografía tomada en Los Frailes el 19/11/2016
El examen de la corteza de estos árboles muertos, nos permitía comprobar como todos presentaban Escolítidos, unos pequeños escarabajos de apenas unos milímetros, cuyas larvas se alimentan y excavan sus galerías en la zona subcortical de los árboles colonizados, impidiendo así el flujo de savia y agua, terminando en muchos casos con la muerte del árbol.
La principal especie que se detectó en estos pinos muertos, fue el Orthotomicus erosus, una especie que afecta principalmente a árboles que presentan estrés, desequilibrio fisiológico o debilitamiento en general, aunque en menor medida también estaban presentes otros insectos perforadores propios de los pinos, como Tomicus minor, Tomicus destruens o Hylurgus ligniperda, entre otros escolítidos, los que habían encontrado en estos debilitados árboles, por la sequía que arrastramos y las intensas plagas de procesionaria que habían sufrido en los últimos años, unas condiciones óptimas para establecerse y expandirse, ya que estos insectos son capaces de detectar la existencia de árboles debilitados en medio de un bosque, mucho antes de que esta debilidad sea patente para el hombre.
Especies plagas primarias y secundarias
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Característica marca que deja el Tomicus destruens en forma de raspa de pescado con espinas.
Fotografía tomada en las proximidades de Rejano el 19/11/2016
Dentro de las denominadas especies plagas, los técnicos forestales vienen distinguiendo entre especies primarias y secundarias:
Primarias: estas especies atacan a árboles sanos y vigorosos, causando su muerte.
Secundarias: atacan a árboles moribundos, abatidos, dañados o debilitados por alguna deficiencia fisiológica o perturbación externa (sequía, fuego, viento, daños por granizo, etc).
Clasificación que no es estanca, ya que en condiciones idóneas o de explosión de una plaga de insectos plaga secundarios pueden comportarse como primarios, cuando han acabado con los ejemplares debilitados y entonces comienzan a atacar masivamente a ejemplares sanos y vigorosos, que ante la masiva infestación pueden terminar muriendo.
En la muerte de árboles de la Sierra de Baza, todas las especies de escolítidos detectadas en los pinos que masivamente estaban muriendo, eran especies plaga secundarias, lo que no podía justificar unas muertes tan masivas y rápidas, aun cuando, como hemos comentado, existen ocasiones en las que la densidad poblacional de escolítidos es tan alta, que puede alcanzar niveles epidémicos, pudiendo agotar los recursos que les proporcionan los árboles dañados e iniciar la colonización sobre los sanos, pero no había habido tiempo de producirse esta hipótesis y estaban muriendo miles de pinos de un modo masivo e indiscriminado, aunque fundamentalmente pinos resineros, afectando en algunas zonas a porcentajes superiores al 90 % de los pies.
¿Estaba presente el nematodo del pino en la Sierra de Baza?
© Proyecto Sierra de Baza
Hay parajes en la Sierra de Baza donde en unos pocos días han muerto todos los árboles.
Fotografía tomada en Loma Vieja el 19/11/2016
Estas muertes de árboles, tan rápidas como elevadas, comenzaron a verse con enorme preocupación, llegando a pensarse que podríamos encontrarnos ante el NEMATODO DEL PINO, la mayor y más mortífera plaga de los pinos a nivel mundial, la que es conocida como “Seca de los Pinos” ocasionada por el Bursaphelenchus xylophilus (puede ampliarse información sobre esta plaga AQUÍ), pero los estudios de laboratorio que se hicieron a las maderas muertas han rechazado, por ahora, la presencia de este mortal nematodo, aunque se seguirán analizando muestras de pinos secos, ante la eventualidad de que pueda hacer acto de presencia en el futuro este nematodo, lo que sería gravísimo para las masas forestales de coníferas de la Sierra de Baza.
La cochinilla del pino resinero, parece ser el principal eslabón en el debilitamiento e invasión por los escolítidos de los pinos que han muerto en la Sierra de Baza
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Pinos afectados por la cochinilla del pino y en situación de manifiesto decaimiento forestal.
Fotografía tomada en la zona del Cortijo de Santaolalla (Cruz de la Chaparra) el 24/11/2016
Según informaban los técnicos de plagas de la Consejería de Medio Ambiente (Juan Sánchez y Antonio Muñoz, que han venido haciendo un trabajo muy riguroso y profesional sobre esta problemática), a la Comisión de Conservación e Investigación de la Junta Rectora, en la sesión celebrada el pasado 3 de noviembre en la Delegación Territorial de la Consejería de Medio Ambiente en Granada, en unas valoraciones y acuerdos que constan en el acta que se levantó, a la que ha tenido acceso Proyecto Sierra de Baza, se ha podido constatar como existe un decaimiento histórico del pino resinero (Pinus pinaster) asociado a la climatología, hasta el punto de que desde que prácticamente se hizo esta plantación en la década de los años 60/70 ha existido una pérdida continuada de árboles, pérdida que ha venido principalmente asociada a las sequías producidas en este período. Pero ha sido en los últimos meses cuando se ha producido una mortandad, no esperada, de estos árboles que en algunas zonas ha alcanzado el 90 % de los pies.
En el informe se señala como la razón última de estas muertes son los escolítidos oportunistas, siendo la causa primaria que ha motivado el debilitamiento de los pinos afectados el clima, lo que se ha visto agravado, como eslabón intermedio entre la incidencias climáticas y los escolítidos oportunistas, por la presencia de una importante plaga del insecto conocido como cochinilla del pino resinero o pino rodeno, como también se le conoce, y cuyo nombre científico es Matsucoccus feytaudi, la que ha agravado el debilitamiento que ya presentaban estos árboles, favoreciendo que fueran invadidos por esta legión de perforadores oportunistas, que se han establecido en los pinares de las zonas afectadas, al tener muy disminuidos los mecanismos naturales de defensa de estos pinos.
Una especie con gran capacidad para ocasionar daños que es muy poco conocida y estudiada
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La cochinilla del pino ha hecho el trabajo sucio a los perforadores y les ha ido abriendo el camino para terminar con miles de pinos, de una forma muy grave y dañina, como se constata en muchos parajes de la Sierra de Baza
Fotografía tomada en las proximidades de Morrón Alto el 19/11/2016
La cochinilla del pino resinero, llamada así por parasitar exclusivamente sobre pinos resineros, es la más peligrosa de las cochinillas presentes en la Península Ibérica, tratándose de una especie que presenta un gran dimorfismo sexual. Las larvas, alojadas en las grietas de la corteza de los pinos, pasan por dos estadios en el caso de las hembras, teniendo dos estadios más los machos en las formas de preninfa y ninfa. Las hembras adultas no poseen alas, tienen patas bien desarrolladas y sus piezas bucales no son funcionales. Su tamaño varía entre los 3 y los 5 mm, siendo la coloración general pardo oscura. Por su parte, los machos adultos miden menos de 2 mm, poseen largas antenas, un par de alas transparentes y un penacho de sedas muy característico en el extremo posterior de su negruzco cuerpo.
Los daños los producen las larvas del primer y segundo estadio ya que sus picaduras en las zonas tiernas del último crecimiento debilitan al árbol que atacan, pudiéndole producir incluso la muerte. Las causas son la succión que realizan estas larvas para alimentarse y el efecto tóxico provocado por la inyección de saliva. Además, también se producen fracturaciones y escamaciones típicas en la corteza con exudaciones de resina debidas, probablemente, a la presión interior de las abundantes larvas en crecimiento.
Para hacernos una idea de la magnitud de daños que puede alcanzar esta cochinilla, que parece inofensiva, dado su aspecto y pequeño tamaño, destacar como en la literatura científica forestal, se cita el episodio epidémicos de daños que ocasionaron en los bosques de pinos resineros de las Landas en Francia en el año 1957, que llegó a suponer la afectación y muerte de muchos de sus pies en unas 120.000 has (más del doble de toda la superficie del Parque Natural Sierra de Baza). Y más recientemente se han detectado graves daños en masas de Pinos Resineros, en la Comunidad de Valencia. Una especie de la que puede ampliarse información AQUÍ.
© Proyecto Sierra de Baza
En las masas donde se encuentran mezclados el pino resinero y el pino carrasco, los individuos de esta última especie no sufren daño alguno, incluso con alta presencia de perforadores, como ilustra esta imagen tomada en la zona del Monte de Los Frailes el 19/09/2016.
Un importante paso el que se ha dado, con la identificación de este agente patógeno primario, como causante del debilitamiento tan acentuado que han sufrido los Pinos Resineros de la Sierra de Baza, donde hay plantadas más de 11.000 has de esta especie, entre las cotas altitudinales 800 y 1.750, las que ocupan mayor superficie del Parque Natural Sierra de Baza, ya que identificado el agente patógeno que han influido de una forma tan grave en esta situación, será más fácil luchar contra esta causa y buscar su erradicación, lo que desde luego no va a ser nada fácil, dado lo poco estudiada y conocida que es esta plaga, también por la inexistencia en el mercado nacional de feromonas u otros medios de control biológico, como pueden ser cochinillas, para su erradicación, lo que a la vista de las conclusiones a las que se ha llegado sobre la mortandad de árboles en la Sierra de Baza, es lo más urgente y prioritario, para intentar favorecer la recuperación de la salud de estos enfermos pinares.
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