Abril ha sido el mes más seco desde que lleva registro meteorológico de las precipitaciones en la comarca de Baza
© José Ángel Rodríguez
Campo de amapolas en la zona de Las Juntas de Gor. Parque Natural Sierra de Baza
Extraordinariamente seca está siendo la primavera, la estación tradicionalmente más lluviosa en nuestra zona y que sin embargo este año está teniendo una marcada ausencia de lluvia, hasta el punto de que desde el arranque de la primavera el 20 de marzo, hasta el 25 de abril en que se han cerrado los contenidos de nuestra revista digital SIERRA DE BAZA tan solo han caído 2 mm (l/m2), de ellos 3 días en marzo: los día 22 (0,4 mm.); 23 (0,6 mm.); y, 26 (0,8 mm.), mientras que en los primeros 25 días de abril tan solo ha llovido, testimonialmente, el 9 de abril en que se recogieron unos escasos 0,2 mm. Todo ello según la información facilitada por la Estación Agroclimática de Baza, Dependiente de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural.
Si el panorama arrancaba muy bien este año meteorológico durante el pasado otoño/invierno en el que la lluvia acumulada supuso 247 mm, las estadísticas se han desplomado esta primavera con tan solo 2 mm en el período comprendido entre el 20 de marzo y el 25 de abril de 2017, hasta el punto de que nunca ha arrancado una primavera con tanta sequía y falta de agua como la que estamos subiendo.
Si a ello añadimos unas temperaturas excepcionalmente altas, que en algunas jornadas han rozado los 30º C, como el 18 de abril con 29,6º C, más propias del final de la primavera que de su arranque, ello se ha traducido en un acentuado estrés hídrico-térmico, producido por esta falta de agua y altas temperaturas, que además ha venido en una época crítica, como es el arranque de la primavera, en la que la vegetación tiene mayor necesidad de agua, al desarrollar durante ella el sistema foliar de las hojas, que han estado latentes durante la época invernal.
Si no llegan las lluvias pronto, los daños pueden ser muy graves
© José Ángel Rodríguez
Aunque la primavera arrancó muy bien, la hierba se está secando y no ha terminado de desarrollarse con vigor por la falta de lluvia, de lo que se está resistiendo la ganadería.
Ante la adversa climatología que estamos teniendo esta primavera, la fauna silvestre se está viviendo muy resentida por esta situación, también los árboles de nuestra Sierra y se están dando todos los ingredientes para una tormenta perfecta en sus masas de coníferas, debilitadas por la sequía y con graves plagas de procesionaria, muérdago, cochinilla del pino resinero y escolítidos (escarabajos perforadores de la madera), que particularmente está favoreciendo el ataque de estos últimos.
En nuestros campos, tras un otoño/invierno esperanzador, el pesimismo está volviendo de nuevo, tras estar sufriendo esta primavera tan excepcionalmente seca y los cereales de secano que arrancaron y nacieron muy bien ya se están comenzando a resentir y empiezan a amarillear sus hojas, temiéndose por los agricultores que si las lluvias no llegan pronto pueden perderse muchísima hectáreas de estos cultivos. La almendra está siendo otra gran afectada este año, ya que primero sufrió unas importantes heladas en marzo que afectó mucho a su fruto y ahora puede terminar de tener problemas para completar su ciclo productivo.
Un complicado panorama el que se nos presenta este año para nuestros campos y montes, que esperamos se pueda paliar en los próximos meses con la llegada de las esperadas y deseadas lluvias.
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