Ya han alcanzado el entorno de la aldea de El Tesorero, donde un pinar muy debilitado y resentido por las intensas plagas de procesionaria que ha sufrido en los últimos años, puede verse muy afectado en los próximos tres meses
© Proyecto Sierra de Baza.
Los pinos secos y afectados por las plagas forestales, se divisan al fondo del cartel informativo del poblado de El Tesorero. Se ha marcado con una flecha el monte que aparece al fondo y en el cartel para que se compruebe la negativa evolución del pinar.
Fue el 1 de marzo de 2017 cuando por la Dirección General de Gestión del Medio Natural y Espacios Protegidos se aprobaba una resolución en la que se declaraban de urgencia las actuaciones de restauración en los terrenos afectados por la problemática del decaimiento de las repoblaciones de pinar en el Parque Natural de Sierra de Baza (Granada). En los trabajos previos, se establecieron una zonificación que se ha generado mediante un índice obtenido a partir de la cartografía de daños elaborada por la Universidad de Córdoba, en función de los daños presentes, estableciendo tres zonas diferentes: zonas de actuación menos afectadas; zonas de actuación gravemente afectadas; y zonas de actuación con afección extrema. Como punto de partida, se establecieron también una serie de pautas como es la prevención frente a incendios forestales, compartimentando las áreas afectadas para romper la continuidad horizontal y disponer de cordón de protección de las zonas no afectadas; el control de plagas, delimitando franjas de transición entre zonas dañadas y no dañadas, para intentar contener el avance de la plaga; la reducción de la erosión, que evaluará aquellas zonas donde se pueden generar más fenómenos erosivos tras la pérdida del estrato arbóreo; y, finalmente, la identificación de áreas con presencia de restauración o regeneración, en virtud de que la zona pueda tener mejor respuesta de regeneración natural.
Pero el tiempo pasa, nada se hace a pie de monte, el riesgo de incendio es extremo, con toda la materia seca que hay en estos momentos, donde son cientos de miles los árboles que se han secado en los últimos meses, sin que se haya llevado a cabo hasta la fecha medida alguna para controlar el avance del fuego ante de previsible aparición y, lo que es aún más grave, las plagas siguen avanzando aprovechándose de la subida de las temperaturas, sin que se esté haciendo tampoco nada para controlarlas.
Hay varios frentes de avance de las plagas, el más notorio en dirección este, por la Sierra de Los Filabres (Almería)
© Proyecto Sierra de Baza.
Paraje del Cerro Rascador, en el término de Alcontar (Almería), donde las plagas han ascendido ya hasta los 1.500 metros de altitud.
Varios son los frentes que están teniendo las plagas forestales de la Sierra de Baza, en ninguno de ellos se está actuando para controlarla. Uno por el sur, que ha llegado ya al entorno de la aldea de El Tesorero, en un pinar que ha sufrido intensos ataques de la oruga de la procesionaria en los últimos años, por lo que todos estos pinos están muy debilitados, lo que va a ser especialmente aprovechado por los insectos perforadores (escolítidos) que nos tememos van a terminar de rematar a miles de estos árboles. El otro frente, se dirige en dirección oeste, habiendo cruzado ya la Carretera de Caniles a Escúllar por Los Olmos y la Semana y ha penetrado por las inmediaciones del Cerro de la Pastora y Bastidas en dirección al Calar de Casa Heredía; y, un tercer frente, el más activo que ha penetrado en la provincia de Almería por este, por la zona de El Cerrón, el que se ha establecido ya en el término municipal de Alcontar y se dirige en dirección a Serón, ambos dentro de la provincia de Almería.
También hay otros focos aislados, como el que se emplaza desde la Boca de Los Cerricos hasta la Loma Atravesada, pasando por las inmediaciones del Cortijo de Santaolalla y Rambla de Los Carretones, visible desde la propia pista forestal que conduce a Narváez, pasando por el Cortijo de Santaolalla. O, en la zona de Gor, en las inmediaciones de La Solana de Andresico y cara sur del Cerro Quintana, donde las precipitaciones han sido más bajas que en la zona oriental del Parque y los pinares, con presencia también muy alta de muérdago, están muy debilitados.
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