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Edición Mensual - Año XXVII | Nº 310 - Abril 2025

NOTICIAS

imagen de decoración

 

La falta de precipitaciones y altas temperaturas está limitando las disponibilidades alimenticias, especialmente en la zona del macizo central, en el que se está viviendo una primavera-verano muy secos

 

Por José Ángel Rodríguez

 

© José Ángel Rodríguez

Ciervas hembras pastando en la zona de Prados del Rey en julio-2017, con la hierba muy agostada y seca.

 

Los ungulados son un importante grupo de mamíferos caracterizados por que al caminar se apoyan y caminan con el extremo de los dedos, los que aparecen revestidos con una pezuña.

Las especies de la fauna silvestre de ungulados presentes en el Parque Natural Sierra de Baza son el ciervo (Cervus elaphus), la cabra montés (Capra pyrenaica);y, el jabalí (Sus scofra). Todos ellos son artiodáctilos (cuentan con pezuñas pares). Siendo el ciervo, con una población estimada de unos 800/1.000 ejemplares la especie más abundante y mejor representada dentro de este territorio. Encontrándose la cabra montés en ligera expansión y el jabalí en manifiesta regresión por la pérdida de hábitats adecuados en los últimos años.

 

Unos herbívoros rumiantes, con peculiaridades en la dentición

 

© José Ángel Rodríguez

Ciervo macho adulto con las cuernas en desarrollo. Fotografía tomada en julio-2017 .

 

Todos los artiodáctilos,  son herbívoros y rumiantes y como tales tienen una morfología dentaria y una fisiología del aparato digestivo particular. Presentan heterodoncia (la dentición especializada de un animal indica su dieta) y 4 distintas morfologías dentarias: incisivos (para cortar), caninos (para desgarrar), premolares (para aplastar los alimentos) y molares (como los premolares pero más anchos, para masticar y rumiar). Al tener un régimen alimenticio vegetariano han adquirido una morfología dentaria selenodonta (dientes de crecimiento continuo aunque no ilimitado, y con un dibujo en la zona de desgaste formado por pliegues semilunares). 

 

La alimentación del ciervo

 

© José Ángel Rodríguez

El principal ungulado presente en el Parque Natural Sierra de Baza es el ciervo, y en él van a centrarse estos breves apuntes sobre su alimentación. Imagen tomada en julio-2017 en el Calar de Los Tejoletos.

 

La alimentación del ciervo es mixta, entre el pastoreo y el ramoneo, e incluye una amplia variedad de especies tanto herbáceas como arbustivas, y depende de un modo importante de las disponibilidades alimenticias. Es el invierno la época de mayor déficit alimentario, tanto en la alimentación de machos como de las hembras y se basa fundamentalmente en las plantas leñosas. En primavera la alimentación es más variada, con el aumento de los recursos disponibles, aun cuando es fundamentalmente de herbáceas (al menos hasta un 75%), aumentando la proporción de uso de las leñosas y frutos forestales, al final del verano, cuando comienzan a agostarse las herbáceas en verano y otoño, Lo que se corresponde con el uso estacional de los hábitats.

En la mayoría de los terrenos de la Península Ibérica, el invierno y el verano constituyen las épocas más conflictivas desde el punto de vista de vista de la disponibilidad de alimentos para el ciervo, por la escasa cantidad de alimentos disponibles presentes en inverno y la baja calidad del alimento en verano. El otoño, por el contrario, es un período de gran disponibilidad, ya que pueden alimentarse de bellotas, bayas, drupas y otros frutos forestales.

 

La alimentación del ciervo en el Parque Natural Sierra de Baza

 

© José Ángel Rodríguez

Cierva hembra adulta. Fotografía tomada en julio-2017 en la zona del Calar de la Boleta

 

En el Parque Natural Sierra de Baza, la alimentación de los venados no difiere mucho de la que presenta este fitófago  a nivel general, aunque evidentemente se encuentra adaptado a las disponibilidades alimenticias y peculiaridades del clima mediterráneo acentuado de esta Sierra, con veranos muy secos e inviernos muy fríos, en los que las precipitaciones más abundantes lo son en forma de nieve, a partir de la cota 1.600/1.800.

Los ciervos de la Sierra de Baza suelen tener diferentes zonas de campeo en verano e invierno, de modo que mientras que en el invierno se mueven más por las zonas más bajas, con desplazamientos más acentuados hacia la zona sur (zona del Raposo y Los Jarales) y este (límite de la provincia de Almería), donde los inviernos son más benignos, por el contrario durante la época estival se suelen concentrar y desplazar hacia la zona del macizo central, en busca de las hierbas frescas y prados de alta montaña.

 

2017 un año con mucha incidencia en la alimentación de los ciervos

 

 

© José Ángel Rodríguez

 “El hambre no está lejos”

Ciervos comiendo las ramas bajas de los pinos silvestres, en el entorno de los Prados del Rey. Fotografía tomada el 09/07/2017

 

Este año este ciclo natural, de movimientos locales de los ciervos en busca de los alimentos más óptimos, se ha visto profundamente alterado, ya que por un lazo la zona este (limite con la provincia de Almería) está muy afectada por las plagas forestales, con la muerte de miles de pinos, y los ciervos han dejado estos montes y durante el invierno se concentraron este año en la zona sur. Y, lo que ha tenido una incidencia más significativa en la fenología de la alimentación estacional de la especie, las precipitaciones de la zona del macizo central fueron durante el pasado invierno casi exclusivamente de nieve, la que se heló, por lo que no pudo incorporarse al suelo en forma de agua que llegaron a  la primavera con unos prados muy secos, que tampoco recibieron la deseada lluvia en la primavera-verano de este año, con el resultado de unos prados agostados en julio, y completamente secos.

Todo ello ha tenido una múltiple incidencia, en los ciervos que se mueven por toda esta zona del macizo central de la Sierra de Baza y los rebaños de hembras que se ven apenas llevan crías, lo que evidencia que han parido poco y muchos jóvenes no han podido prosperar tampoco, y ante la falta de alimentación están llegando a comerse las ramas bajas de los pinos, lo que hemos podido documentar en imágenes en el que se aprecia a los ciervos ramoneando pinos silvestres centenarios, lo que evidencia que la falta de alimento es manifiesta, ya que se dice que si bien los ciervos pueden comer ramas de cedros y pinos, no es lo habitual, ni es un alimento apetecido por los venados y cuando lo hacen es porque “el hambre anda cerca”. Con lo que mal panorama podemos decir tienen este año los ciervos en la Sierra de Baza.

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