Etnobotánica de la Sierra de Baza: La Gayuba (Arctostaphylos uva-ursi)

© José Ángel Rodríguez
Detalle de las hojas y flor de la Gayuba 

PSB 01/09/2021

La Gayuba, también conocida como Uva de Oso, nombre popular al que alude su nombre científico (uva-ursi), que proviene del griego, es una planta con porte arbustivo y rastrero, con las ramas reproductivas más o menos erectas perteneciente a la familia de las ericáceas. Su corteza es grisácea o pardo-rojiza y aspecto rugoso, según “FLORA IBÉRICA” sus hojas, que tienen entre 7 y 12 mm, son recto-patentes o patentes, ovales u oblongas-lanceoladas, rara vez ovales, enteras, obtusas o emarginadas, con el nervio medio bien marcado y los secundarios finamente raticulados, de un característico color verde brillante, pubescentes-algodonosas cuando son jóvenes y más o menos coriáceas y persistentes cuando han madurado. Sus flores, de color blanco o rosáceo, que aparecen desde marzo hasta julio, se presentan en racimos florales en forma campaniforme, muy similar en aspecto a la flor del madroño, siendo su futo una drupa comestible de color rojo y aspecto globoso, muy bonito y atractivo, el que contiene en su interior entre 4 y 10 huesecillos  

No obstante estos rasgos generales, destacar que se trata de una planta muy variable en tamaño y en la consistencia folial, habiéndose distinguido varias variedades, las que se estima pueden ser debidas al microclima.

En cuanto a distribución es una planta netamente alpina, que le gusta la altura, de hecho está considerada como una planta boreo-alpina (propia de zonas frías y de montaña del Hemisferio Norte), desarrollándose a partir de los 500-600 metros de altitud, pudiendo alcanzar los 2.300 metros de altitud y excepcional los 2.750 metros, donde puede convivir con el pino negro (G. López González. Guía de Árboles y Arbustos de la Península Ibérica e Islas Baleares).

Habita en la mayor parte de Europa, Asía y América boreal. En la Península Ibérica, se extiende por gran parte del centro y mitad oriental de la Península, por el norte y por las sierras béticas orientales de Granada y Almería, siendo una especie presente en la Sierra de Baza y montañas de su entorno, donde la hemos localizado tanto en el Cerro Quintana, como en el Calar del Descabezado como en el Picón de Gor. ​​

Usos etnobotánicos

© Matt Lavin
Frutos de la Gayuba 

La Gayuba es una planta con amplios usos en la medicina popular y en la farmacopea clásica, si bien aun cuando en algunas publicaciones se ha dicho que era conocida desde la antigüedad en Grecia y Roma “remontándose sus usos al menos al S. II a.C.”, no se ajusta esta apreciación a la realidad ya que como refiere Pio Font Quer, en su clásica obra “El Dioscórides Renovado”, su uso procede de los países nórdicos, donde sí era utilizada esta planta desde la antigüedad, siendo en el S. XIII cuando se encuentran las primeras referencias documentales en alguna publicación inglesa, aunque fue la Escuela de Medicina de Montpeller la primera que recomendó su uso medicinal en el S. XVIII.

La gayuba  se ha usado sobre todo como antiséptico de las vías urinarias y siguiendo a Pio Font Quer “se recomienda sobre todo para combatir los catarros de vejiga, fundamentalmente en la cistitis crónica”. Este mismo autor refiere como en medicina veterinaria se ha utilizado el cocimiento de sus hojas contra la mastitis del ganado vacuno, con excelentes resultados, refiriendo como “los dolores y la temperatura de las tetas disminuyen y la ubre recobra en pocos días de tratamiento su estado normal”. 

El fruto de la Gayuba, es comestible y de un sabor harináceo, que se ha utilizado para preparar mermeladas y confituras. Sus hojas, se han usado también como curtientes y se cultiva como ornamental y melífera.

En Andalucía, la Gayuba (Arctostaphylos uva-ursi) es una planta protegida, estando sujeta a autorización administrativa su recolección.