Hábitats de Interés Comunitario del Parque Natural Sierra de Baza y su entorno (VI)
Jarales de Cistus laurifolius
Código de la Unión Europea: 4030_2
Por José Ángel Rodríguez
© José Ángel Rodríguez
Jaral de Cistus laurifolius con una cobertura de casi el cien por cien del suelo en la zona de Barea, con el Calar del Descabezado y Rapa al fondo.
PSB 01/10/2021
Estos jarales, que aparecen dominados por jara estepa (Cistus laurifolius), son de óptimo supramediterráneo y aparecen fundamentalmente en sustratos silíceos, relativamente pobres en bases, ya sea porque derivan de materiales ricos en silicatos o porque, por su orientación sombría, se han descarbonatado por lavado.
Las diferencias ecológicas, biogeográficas y florísticas de sus manifestaciones se evidencian en las distintas comunidades características.
Son matorrales de sustitución de formaciones forestales, principalmente melojares, quejigares y encinares, pero también pinares de Pinus nigra subsp. salzmani y/o P. pinaster, muy influidos por el régimen de perturbaciones al que estén sometidos, especialmente incendios, rozas, ramoneo, etc., y por la recurrencia e intensidad de las mismas. Estos jarales de jara estepa (Cistus laurifolius), también aparecen en algunas zonas de calizas descarbonatadas, como primera etapa de sustitución.
Mapa de la distribución de este hábitat a nivel comunitario andaluz
Según la publicación “Guía de Identificación de Hábitats de Interés Comunitario de Andalucía” (Junta de Andalucía. Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. Secretaria General de Medio Ambiente, Agua y Cambio Climático, 2020), de la que procede esta imagen este hábitat se localiza en las Sierras de los Filabres, de Baza y de Lúcar. Además está presente, de forma puntual, en la Sierra de Segura, proximidades de la Sierra de los Guájares y en zonas muy localizadas de Despeñaperros (Sierra Morena) y de Sierra de las Nieves.
Aunque en el contexto ibérico este ecosistema se encuentra ampliamente distribuidos, en Andalucía los jarales de Cistus laurifolius de este HIC 4030_2 son raros, apareciendo de manera muy localizada, siendo el Parque Natural Sierra de Bazas y su prolongación natural de la Sierra de Los Filabres, una de las principales zonas de localización de este hábitats a nivel comunitario.
Los jarales ocupan el diez por ciento del Parque Natural Sierra de Baza
© José Ángel Rodríguez
Sotobosque de jaras de Cistus laurifolius entre los clatros de ejemplares de Pinus nigra subsp. salzmani
En el concreto caso de la Sierra de Baza, hay tres importantes zonas de jarales de Cistus laurifolius:
Una, en la zona más oriental, que arrancando desde las inmediaciones del llamado Peñón de Benito, en la zona de Beneroso, asciende hasta Dos Picos (2089 m.) y Cuatro Puntas, penetra por la vecina Sierra de Los Filabres, cubriendo toda esta zona de crestas de esquistos, en una extensión aproximada de unas 5.000 hectáreas entre la zona de Granada y la de Almería.
Otra, que arrancando de las proximidades del cruce de la Carretera de Caniles a Escúllar, con la pista forestal que lleva al Mirador de Barea, se extiende en dirección descendente hasta las proximidades del Arroyo Bodurria y por el noreste se abre hasta la zona del Peñón de La Lechera (2026 m.), con una extensión superficial de unas 2.000 hectáreas; y
La tercera, que se extiende por la zona del Cerro y Encinar de los Jarales, en las proximidades de la Fraguara, ocupando una extensión aproximada de unas 1.500 hectáreas.
En conjunto, y a groso modo, podemos decir que los jarales de estepa o Cistus laurifolius ocupan dentro de la Sierra de Baza (Granada) entorno al 10 % de la superficie de este espacio protegido, lo que nos da una clara idea de la relevancia que alcanza este HIC en el Parque Natural Sierra de Baza, en la provincia de Granada.
Un hábitat con una baja biodiversidad vegetal
© José Ángel Rodríguez
Presencia casi monoespecífica de jaras de Cistus laurifolius en las proximidades de la cuenca alta del Arroyo Bodurria
La palabra jara, deriva del árabe "sa-ra", que significa matorral. Y en verdad que si tenemos ocasión de acceder a alguna de las tres principales zonas de jarales que se localizan en la Sierra de Baza, quedaremos sorprendidos por el matorral, impenetrable, de jaras que cubre el cien por cien del suelo de estos parajes, haciendo muy dificultosa la marcha por este terreno, de lo que puede ser una ilustrativa muestra las imágenes que publicamos ilustrando de este HIC.
Aunque los jarales acidófilos de Cistus laurifolius de la Sierra de Baza-Los Filabres, forman parte de la serie de vegetación Halimio-cistetum-laurifolii (Gómez Mercado y Valle Tendero, 1988), la presencia casi monoespecífica de la especie Cistus laurifolius, con unas coberturas entre semidensa y muy densa, que van del 50 al 100 %, y la asociación a algunas especies de Thymus y Halimio viscosum, principalmente, se ha destacado como esta dominancia de la jara estepa es debida a que esta planta contiene sustancias resinosas, que segrega para inhibir el crecimiento de otras plantas, lo que se conoce como efecto alelopático, de aquí que estos jarales sean de una pobre biodiversidad de plantas vasculares y presentarse casi monoespecíficamente la especie Cistus laurifolius, siendo dominados por esta sola planta. De hecho en una de las zona de jarales que comentamos (el entorno del Mirador del Barea) se intentó introducir a principios de siglo, otras especies arbustivas como rosales silvestres, agracejos o majuelos, mediante la reforestación de la zona, perdiéndose prácticamente el 100 % de las plantas utilizadas en la reforestación a los pocos años.
Un HIC con gran importancia para más de 300 especies de hongos micorrizógenos, saprófitos y parásitos
© Celia Castro Castells
Amanita muscaria, creciendo entre las ramas basales de una jara estepa (Cistus laurifolius)
Si la flora vascular de esta comunidad vegetal es de una pobre biodiversidad, por el contrario, en este HIC sí están muy bien representados una serie de hongos conocidos como “Hongos cistófilos”, que son propios de los jarales (especies del género Cistus, de donde toma su nombre), los que están asociados con estas plantas, los que además de tener gran interés ecológico por actuar como colonizadores primarios tras alguna perturbación, como incendios, sobrepastoreo o roturaciones, incluyen algunas especies comestibles con alto interés culinario, como el Boletus edulis o la Lepista nuda, aunque los no especialistas tienen que tener mucho cuidado ya que en estos jarales también se localizan setas muy tóxicas como la Amanita pantherina o Tricholoma equestre. Tal es la importancia de los hongos en este HIC que se han llegado a citar más de 300 especies de hongos micorrizógenos, saprófitos y parásitos de jaras en nuestro país (Vila y Jiménez, 2005).
© José Ángel Rodríguez
Jaral acidófilo de Cistus laurifolius en la Sierra de Baza (Granada), con la presencia entre los claros de tomillos y otras cistáceas (Cistaceae)
La jara de hoja de laurel, la especie tipo de este HIC, pertenece a la familia Cistaceae y toma su nombre común (hoja de laurel) y específico (laurifolius) de la forma de sus hojas, parecidas a las de del laurel, aunque son más pequeñas y rizadas que las de este noble árbol.
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