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Un estudio del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC) y la Universidad de Lleida (UdL), alerta de los peligros a los que se enfrentan los bosques mediterráneos ante el cambio climático

Su biodiversidad animal y vegetal está amenazada

© Proyecto Sierra de Baza
La biodiversidad y vida que tienen  los bosques templados de la región mediterránea, se encuentra en peligro ante el nuevo escenario al que asistimos ante el cambio climático 

Según se pone de manifiesto  en un interesante y documentado artículo publicado en la revista científica Global Change Biology, a cuyo contenido completo puede accederse pulsando AQUÍ, por la comunidad científica se alerta de como si la cuenca del Mediterráneo sigue calentándose al ritmo actual (un 20 % más rápido que la media global) y las temperaturas suben más de dos grados por encima de los niveles preindustriales, se dispararán varios factores que le complicarán la existencia a los seres vivos que hoy dan forma a los llamados bosques templados y se podría en serio peligro a la propia existencia de los seres vivos (animales y vegetales) que viven en estos lugares.

En el estudio que comentamos, se destaca como la Península Ibérica es un laboratorio climático. Y sus bosques son, probablemente, el mejor termómetro de los cambios que están por venir (y los que están teniendo lugar). La región mediterránea es uno de los llamados puntos calientes en este contexto. Allí, la supervivencia a largo plazo de muchas especies de climas templados está cada vez más complicada, de forma que un estudio del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC) y la Universidad de Lleida (UdL) se señala que, si la cuenca del Mediterráneo sigue calentándose al ritmo actual (un 20 % más rápido que la media global) y las temperaturas suben más de dos grados por encima de los niveles preindustriales, se dispararán varios factores que le complicarán la habitabilidad de estos lugares.

Un panorama que tiende a agravarse

© Proyecto Sierra de Baza
La encina es la especie arbórea más representativa del bosque mediterráneo, la que está sufriendo graves procesos de decaimiento forestal, con pérdida irreversible de ejemplares centenarios. En la imagen la popularmente conocida como Encina de Los Caler, en el Parque Natural Sierra de Baza. Granada 

A grandes rasgos, a la Península Ibérica le esperan más días de calor extremo , las precipitaciones serán más escasas e irregulares y, como consecuencia, habrá un mayor riesgo de sequía. El informe señala, con un alto nivel de certeza, que, si la temperatura media sube 2 °C o más en el Mediterráneo, se incrementarán la aridez y el resto de condiciones que propician una mayor probabilidad de incendios forestales, ya que el fuego ha sido propiciado por una primavera y un verano secos, sobre todo en el extremo nordeste y en áreas del litoral mediterráneo.

Partiendo de este contexto, y recuperando el hilo del trabajo del CTFC y la UdL, los modelos medioambientales dibujan un escenario en el que estas condiciones no harán sino aumentar. La investigación, publicada en Global Change Biology, concluye que, si la temperatura sube en esta zona por encima de los dos grados respecto a niveles preindustriales (ahora mismo está 1,5º C más alta), los indicadores sobre incendios y otros riesgos relacionados con el clima aumentarían un 64 %.

“El Mediterráneo es un mar pequeño y relativamente cerrado, que se calienta de media un 20 % más rápidamente que la media anual global y con particularidades que no son asimilables a las tendencias del resto de Europa ni de África”, explica Alejandra Morán-Ordóñez, coautora del estudio. La realidad climática y las particularidades geográficas de la región apuntan a un futuro con montes más secos, con menso biodiversidad animal y vegetal y más propensos a sufrir fuegos.

Trabajos como este, que forma parte del proyecto MedECC, buscan entender un poco mejor cómo el aumento de la temperatura y otros impactos humanos (como el cambio de usos del suelo o la sobreexplotación de recursos) afectan a los ecosistemas del Mediterráneo.