Etnobotánica de la Sierra de Baza: La vulneraria (Anthyllis vulneraria)
© José Ángel Rodríguez
Vulneraria en floración, creciendo entre las rocas calizas del Calar de Santa Bárbara a unos 2000 metros de altitud.
PROYECTO SIERRA DE BAZA
01/08/2022
La vulneraria, es una planta herbácea vivaz, perteneciente a la familia de las fabáceas, muy variable, que puede adquirir un porte rastrero o alcanzar los 50 centímetros de altura.Tratándose de una especie muy variable, con unas 35 subespecies identificadas y admitidas hasta la fecha.
Tallos de la vulneraria son velludos, alcanzando los 5-50 cm de altura, extendidos o ascendentes, a veces erectos. Las hojas son pinnadas y alternas; las inferiores con folíolos desiguales ovados a elípticos; las superiores con folíolos lineal-oblongos iguales, casi iguales o desiguales. Las flores, que aparecen en primavera y verano, son muy variables, presentándose tanto en tonos amarillentos, como en colores crema, rosas o anaranjadas, incluso variando el color dentro de un mismo pie, coloración que la producen los pigmentos antociánicos que contiene.
Cuenta en inflorescencias globulares densas de hasta 4 cm de diámetro, con 2 brácteas muy divididas bajo las cabezuelas normalmente pareadas. Los pétalos son de 12-15 mm; con cáliz hinchado y constreñido en el ápice, con 5 dientes desiguales.
El fruto es una pequeña vaina ovoide, reticulada.
En cuanto a hábitats es también muy variable y podemos encontrarla tanto en praderas secas, como en roquedos, comportándose como rupícola o como ruderal, en las cunetas de caminos y pistas forestales.
Esta planta se extiende por toda Europa, estando ausente tan solo en las zonas más frías del norte. En el Parque Natural Sierra de Baza, es una especie muy bien representada y extendida, pudiendo localizarla desde la zona balsa, en torno a los 800 metros de altitud, hasta la zona de calares de las altas cumbres, subiendo hasta los 2000 metros de altitud.
Usos etnobotánicos
© José Ángel Rodríguez
Planta de la vulneraria fotografiada en las proximidades de la Atalaya a unos 1000 metros de altitud.
El nombre de esta planta, tanto popular o común como científico (vulneraria) es ilustrativo del principal uso de la misma: con fines vulnerarios, para curar y desinfectar llagas y heridas.
Siguiendo a Pio Font Quer, en su célebre obra “Plantas medicinales: El Dioscórides renovado”, destaca también el uso vulnerario de esta planta, para sanar heridas. También refiere como en algunos países se ha utilizado en medicina casera para purificar la sangre y a este fin forma parte de la llamada “tisana de primavera”, la que se preparaba con varias plantas maceradas en agua y cocidas.
Pio Font Quer, señala como para lavar llagas y heridas con la vulneraria, se debe de poner medio litro de agua en un cazo o puchero bien limpio, con una onza (28,34 gramos) de flores secas, dejándolas hervir durante diez minutos, colando el líquido resultante el que utilizará para lavar la herida a tratar un par de veces al día.
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