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Edición Mensual - Año XXVI | Nº 304 - Octubre 2024

NOTICIAS

imagen de decoración

Hábitats de Interés Comunitario del Parque Natural Sierra de Baza y su entorno (XXXIII)

Quejigares de Quercus faginea o de Quercus canariensis


Código de la Unión Europea: 9240_0

Por José Ángel Rodríguez


© José Ángel Rodríguez
Quejigos en el Barranco Relumbre, en la cara este del Calar de Santa Bárbara. 

PROYECTO SIERRA DE BAZA
01/02/2024

Este Hábitat de Interés Comunitario (Código de la Unión Europea 9240_0) está caracterizado por la presencia de formaciones de quejigos con entidad suficiente para ser bosque (cobertura de arbolado superior al 30%, ocasionalmente el 25%) con sotobosque característico según la comunidad presente.

Las repoblaciones se consideran de este HIC 9240_0, cuando son formaciones maduras con sotobosque desarrollado, en su área de distribución natural. Las formaciones mixtas (sobre todo con otros Quercus) se adscriben a un HIC concreto en función de la especie dominante, aunque, sobre todo en determinadas estaciones del año, no es fácil identificar cual es la especie más abundante.

Las formaciones abiertas, carentes del sotobosque característico y diferencial, suelen ser dehesas de quejigo o mixtas, pertenecientes al HIC 6310. 

Cuando el quejigo aparece mezclado con especies esclerófilas, como la encina, con la que la tiene gran similitud externa el quejigo cuando conserva las hojas verdes, la época ideal para estimar su porcentaje de cobertura es o bien el momento de la foliación (en la que el quejigo destaca por el verde claro de sus hojas recién brotadas) o justo antes de la caída de las hojas, cuando éstas se tornan amarillas o parduzcas y contrastan con las de las encinas del entorno.

Distribución de este hábitat a nivel comunitario andaluz


Mapa de distribución de este HIC a nivel comunitario andaluz.

Siguiendo la publicación “Guía de Identificación de Hábitats de Interés Comunitario de Andalucía” (Junta de Andalucía. Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. Secretaria General de Medio Ambiente, Agua y Cambio Climático, 2020), a nivel de la comunidad autónoma andaluza el quejigal típico se presenta por toda la Bética. El lusitano silicícola en Sierra Morena (centro y occidente principalmente) y el basófilo en sierras costeras occidentales de Málaga y Cádiz, mientras que el moruno está limitado a las sierras aljíbicas de Cádiz y el oeste de Málaga puntualmente.

En el concreto caso de la Sierra de Baza, no forma comunidades puras, sino que aparece entremezclado con las encinas y particularmente con los arces, formando los llamados acerales-quejigales de la Sierra de Baza está presente esta comunidad vegetal, cuya presencia está limitada a los enclaves más húmedos de la zona caliza del macizo central, como son el Barranco de las Canaleja, el Barranco Relumbre o algunas umbrías de la Fonfría, aunque pretéritamente pudo abarcar zonas más amplias de este espacio protegido.


© José Ángel Rodríguez
Algunos quejigos de la Sierra de Baza, alcanzar un porte majestuoso. Barranco Relumbre.

 

El interés de los quejigales es indudable, pues son los quejigares a mayor altitud en la Península Ibérica, en las cumbres más altas de la Serranía de Ronda, donde los individuos, en su mayor parte centenarios, se encuentran adehesados, formando pequeños bosquetes en zonas protegidas del ganado. Su fisonomía especial se debe al modelado de la nieve y otros fenómenos climáticos, así como a su uso (carboneo, pastoreo, neveros, etc.). Los quejigares lusitanos y morunos aparecen desde las cotas más bajas hasta alturas en torno a los 1.000 metros.  

Los quejigares más termófilos son bosques residuales con gran valor de conservación, reliquias de épocas pasadas en las que el clima, aunque mediterráneo, era más húmedo y templado que el actual.

 

Como destacan GÓME ZMERCADO y VALLE TENERO (Mapa de vegetación de la Sierra de Baza, 1988) los quejigales béticos, pertenecientes a la serie de vegetación Daphno latifoliae-Acereto granatensis S.), se extienden por la mayor paretd e las Sierras Béticas, siempre que el ombroclima sea al menos subhúmedo y existan condiciones ecológicas (suelos profundos y frescos, así como orientaciones poco soleadas, barrancos húmedos, etc), que posibiliten su desarrollo, habiendo quedao reducidos en el concreto caso de la Sierra de Baza a aquellos enclaves microclimáticamemnte favorables, lo que tan solo acontece en unos pequeños enclaves de la Sierra de Baza, donde puede convivir con otras especies caducifolias como mostajos (Sorbus aria) y cerezos de Santa Lucia (Prunus mahaleb), bajo cuya protección crecen algunas plantas herbáceas de ambiente nemoral como Daphe laureola, Paeonia officinalis subsp. humilis, Polygonatum odoratum, Helleborus foetidus o Primula vulgaris, junto con algunas enredaderas como Lonicera arborea, Lonicera splendida y arbustos espinosos como el majuelo (Crataegus monogyna) o el agracejo (Berberis hispanica). 

 

Fauna característica de este HIC


© José Ángel Rodríguez
Zorro posado en el tronco de un viejo quejigo acodado por la nieve.

 

Cuanto se indicaba para referirnos a los Bosques de Quercus ilex o de Quercus rotundifolia (Código de la UE 9340) sobre la fauna presente en este HIC, es aplicable a la fauna de los quejigares, estando adaptada la fauna del quejigar a las condiciones que ofrece el medio, alcanzando su óptima en otoño, con la presencia de las bellotas y demás frutos otoñales.

Valores de este HIC y consejos de gestión


© José Ángel Rodríguez
Agallas en un quejigo.

Como se ha puesto de manifiesto a lo largo de esta ficha, el quejigo es una especie que ocupó amplios territorios del macizo central, habiendo quedado muy reducido y acantonado en la actualidad a algunos ejemplares viejos que están en el límite de su supervivencia, con grandes dificultades para su renovación natural, sien do las actuales condiciones macroclimáticas que estamos viviendo el principal condicionamiento para la conservación de los quejigales de la Sierra de Baza, los que se estima que pueden terminar de desaparecer a medio plazo, por lo que se hace necesario propiciar las atenciones y cuidados sobre los pies arbóreos que aún se conservan en el territorio de este espacio protegido, todos ellos ejemplares propios de la vegetación nemoral de este espacio protegido.

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