Etnobotánica de la Sierra de Baza:
Hierbabuena (Mentha spicata)
© José Ángel Rodríguez
Detalle de la planta de la menta en la aldea de la Rambla del Agua (Sierra de Baza) a finales del verano.
PROYECTO SIERRA DE BAZA
01/10/2024
También conocida popularmente como yerbabuena y menta de jardín, por su uso y cultivo en los huertos y jardines, la Mentha spicata es una hierba perenne, de tallo fino y erecto, que alcanza hasta 60 cm de altura, de crecimiento rápido, que pertenece a la familia de las lamiáceas. Su nombre científico “spicata” procede del latín y significa “lanza”, y hace alusión a la forma de sus hojas, las que son muy aromáticas, serradas, glabras, pilosas por el envés y de color verde claro brillante, mientras que el nombre de “Mentha” hace alusión a una ninfa de la mitología griega, que fue convertida en planta, por seducir a Hades esposo de Perséfone, la hija de Zeus.
Las flores aparecen principalmente durante los meses de verano, poseen un cáliz con cinco sépalos aproximadamente iguales y garganta glabra. La corola es de color lila, rosa, violácea o blanca, y muy glandulosa, de hasta 3 mm de largo. Las raíces son extensas e invasivas.
Se distribuye de forma natural por la región mediterránea, también por Asia y África, aunque se ha cultivado y asilvestrado por muchos lugares del mundo, por lo que en los tiempos actuales está muy extendida.
Cultivada con frecuencia en huertas y asilvestrada junto a muros y bordes de camino y en las proximidades de curso de agua, en la Sierra de Baza (Granada) la hemos encontrado en algunos jardines urbanos, como en la aldea de la Rambla de Agua y de forma puntual junto a arroyos y acequias de riego, de la zona basal, posiblemente naturalizada, enrareciéndose, hasta desaparecer, conforme se asciende en altura.
Usos etnobotánicos
© José Ángel Rodríguez
La planta de la menta ha sido objeto de unos amplios usos culinarios y medicinales a lo largo del tiempo, que se mantienen en la actualidad.
La menta se emplea en gastronomía, también en perfumería, por su aroma intenso y fresco. Usada desde la antigüedad, hasta el punto de que se tiene referencias de que en Egipto ya se utilizaba en el culto que tenían a la muerte, para lo que se colocaba en las tumbas de los faraones e, incluso, se encontró el texto de un médico egipcio de 1550 a. de C., en el que aparece una mención a la capacidad de la menta de aliviar las dolencias estomacales. En la antigua Grecia la hierbabuena se utilizaba con una gran amplitud de aplicaciones, tanto para decorar y perfumar las casas, como para lo que se esparcía por el suelo del hogar para refrescar el ambiente con su aroma y dar la bienvenida a los visitantes, también para aromatizaba el agua de los baños, al tiempo que se le atribuían diferentes propiedades medicinales.
El uso más común y tradicional de tomar la hierbabuena es en infusión de sus hojas, para aprovechar sus propiedades carminativas, al ayudar a la digestión, al estimarse que favorece la expulsión de los gases que se acumulan y a la dispepsia y también propiedades analgésicas, pudiendo ayudar a aliviar molestias intestinales; aunque también se emplea en su uso tópico, como aceite de hierbabuena, el que se estima tiene acción relajante y actúa como antiirritante y analgésico con capacidad de reducir el dolor y de mejorar el flujo de la sangre al área afectada. Otro uso muy popular es mezclar la infusión con aceite de oliva con lo que se obtiene un excelente ungüento que puede ser usado en compresas para curar las quemaduras y como calmante de calambres musculares, también como lubricante.
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