La Sierra de Baza comienza a vestirse de otoño
Se espera que el otoño alcance su plenitud entre mediados de octubre y mediados de noviembre
© José Ángel Rodríguez
Paisaje otoñal del Parque Natural Sierra de Baza.
PROYECTO SIERRA DE BAZA
01/10/2024
El pasado 22 de septiembre, a las 14:44 horas (hora peninsular española), comenzaba el otoño, una estación que se prolongará hasta el 21 de diciembre con la llegada del invierno.
El otoño es una estación particularmente vistosa y colorida en la Sierra de Baza, en la que nuestros bosques caducifolios cambian el color del follaje de sus hojas, hasta ahora dominada por la gama de tonos verdes, para dar paso a toda una paleta de cromáticos colores que van desde el amarillo al rojo, pasando por los tonos anaranjados y ocres. Todo un deleite visual para nuestros sentidos.
Pero sí sabemos que este es el espectáculo al que vamos a asistir en las próximas fechas, menos conocido es por qué cambian los árboles los colores de sus hojas en otoño, antes de depositarse en el suelo. Respuesta que hemos encontrado en algunas publicaciones científicas* y que vamos a tratar aquí con los deseos de que se conozca un poco mejor esta pequeña maravilla que es el color del otoño en los bosques caducifolios.
Los árboles se visten de colores
© José Ángel Rodríguez
Otoño en la aldea de Los Cortijillos. Sierra de Baza.
Cuando el verano acaba y llega el otoño, los días se hacen cada vez más cortos y la luz es cada vez menos intensa. Es el momento en que los árboles "saben" que se deben preparar para el invierno y entrar en una especie de sueño (estado de senescencia) del que despertarán en la primavera cuando aumenten las temperaturas y las horas de luz. Las modernas técnicas de cultivos intensivos han aprendido a superar esto, manteniendo la luz de las plantas o regulando ésta, según sus intereses comerciales, por lo que se consiguen falsas estaciones, a las que se adaptada el árbol o el arbusto.
En otoño la clorofila de las hojas desaparece y, poco a poco, a medida que su color verde se desvanece, empezamos a ver colores naranjas y amarillos. Estos colores ya existían durante el verano, pero no los podíamos ver porque quedaban cubiertos por el verde de la clorofila, mientras que otros colores de tonos rojos brillantes y ocres corresponden a sustancias fabricadas exclusivamente en otoño, llamadas antocianinas, lo que es propio de algunos árboles como los cerezos silvestres, los arces o los álamos y chopos.
Con la llegada del invierno no hay la suficiente luz o agua como para hacer la fotosíntesis y todos los árboles caducifolios (a los que se le caen las hojas) descansarán y vivirán con el alimento que almacenaron durante el verano y las hojas, que son prácticamente un esqueleto de celulosa y lignina en esta época del año, caen solas, al desprenderse del haz de vasos conductores del que recibían alimento, por la sola acción del viento, lo que puede prolongarse a lo largo de 3 a 6 semanas, días durante los que asistiremos al bonito espectáculo del otoño en el que nuestros bosques se visten de colores.
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