Etnobotánica de la Sierra de Baza:
Sauce cenizo (Salix atrocinerea)
© José Ángel Rodríguez
En la imagen las flores masculinas del llamado sauce cenizo, en distintas fases de su maduración.
PROYECTO SIERRA DE BAZA
01/02/2025
También conocido con los nombres populares de sarga negra y salgueiro, el Salix atrocinerea es una de las especies de sauces más abundantes en la Península Ibérica, faltando en las Islas Baleares, teniendo la peculiaridad de que su floración –muy atractiva- es muy temprana, pudiendo encontrarlo en flor a finales del invierno, por lo que desempeña un importante papel en la alimentación de muchos insectos polinizadores (se le considera planta melífera).
En cuanto a su etimología, Salix es el nombre romano de los sauces; atrocinerea está formado por el prefijo atro- (oscuro) y cinérea, que proviene de cinereus, es decir, ceniciento o de color ceniza oscuro, por el tono gris sucio de las hojas y ramillas jóvenes.
De porte, por lo general, arbustivo muy ramoso, puede convertirse en un arbolito que supere los 12 m de altura, el que crece en terrenos húmedos, el que crece tanto junto al cauce de ríos y arroyos, como en terrenos y vaguadas que tengan cierta humedad edáfica, preferentemente sobre terrenos pobres en bases, alcanzado los 2.000 metros de altura.
Se trata de una especie dioica (tiene pies masculinos y femeninos que se diferencian claramente por la forma de la inflorescencia) y caducifolia, que puede confundirse con el sauce cabruno (Salix caprea) aun cuando se diferencia del mismo porque al descortezar sus ramas, la madera es estriada, y porque sus hojas maduras son más pequeñas y en el envés tienen pelos de color herrumbre que le confieren un tono rojizo si se observa con atención.
A tener presente sobre esta especie que, como destaca G. LÓPEZ GONZÁLEZ en su publicación “Guía de los árboles y arbustos de la Península Ibérica e Islas Baleares” es un sauce muy variable y promiscuo que se hibrida fácilmente con otras especies de sauces, lo que suele dificultad su correcta identificación.
Usos etnobotánicos
© José Ángel Rodríguez
Sauceda de Salix atrocinerea en el curso del arroyo Uclías, a la altura de la aldea del Tesorero, con su característico porte arbustivo muy ramificado desde la base.
Al ser un sauce muy común en la Península Ibérica, sus usos están más extendidos, habiéndose empleado tanto para drenar terrenos bajos y lagunosos como para controlar la erosión y los arrastres en las márgenes de las riberas. También se utiliza en cestería para lo que se aprovechan las tiras que se obtienen de su madera, que por ser blanda y fácil de trabajar es también apta para pequeñas piezas talladas o torneadas de pequeño tamaño como cuencos, jarras, vasos, cubiertos, silbatos, etc. También se usan sus ramas para detectar la presencia de agua en el subsuelo, construyendo con su madera las horquillas que utilizan algunos zahoríes, en las prácticas de radiestesia o rabdomancia.
El sauce cenizo igualmente se utiliza como planta forrajera, para lo que se aprovechan las ramas jóvenes, particularmente cuando rebrotan tras la poda, para ser consumidas por el ganado.
Aun cuando esta planta también tiene usos en la medicina popular por sus propiedades analgésicas y antiinflamatorias, al contener la corteza de sauce una sustancia química llamada salicina, que es similar al ácido acetilsalicílico de la aspirina, un fármaco de la familia de los salicilatos, su uso debe ser bajo estricto control médico, por poder presentarse contraindicaciones y alergias.
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