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Edición Mensual - Año XXVI | Nº 305 - Noviembre 2024

REPORTAJES

imagen de decoración

Apuntes naturalistas de la Hoya de Baza


Depresión de Guadix-Baza

Mayo 2006

Texto: © Proyecto Sierra de Baza

Imágenes: © José Ángel Rodríguez

 Autorizada la cita de este reportaje con referencia a su fuente

Mucho se ha hablado y escrito de la histórica presencia del hombre en la Hoya de Baza, de las típicas construcciones en cuevas, del paisaje del Negratín, pero muy poco se ha publicado –y lo que se ha hecho ha sido de una forma fragmentada y dispersa- de las peculiaridades de este medio natural, el gran paisaje ignorado y desconocido de nuestra zona, y ello pese a que la Hoya de Baza, junto con la de Guadix, las que forman una misma unidad geográfica, constituyen una de las comarcas esteparias más relevantes, desde el punto de vista ecológico, de toda España.. Con el deseo inmediato de que les ayude a conocer su geología, historia y peculiaridades, a saber interpretar el paisaje y acercarnos a la flora, vegetación y fauna que aquí se localiza, se han preparado estos apuntes. Nuestro objetivo final: que tomemos conciencia de que tenemos a nuestro alcance un ecosistema con un altísimo valor ecológico, uno de los más escasos dentro de los paisajes comunitarios, que debemos proteger y poner en valor antes de que sea tarde.

José Ángel Rodríguez Sánchez
Presidente PROYECTO SIERRA DE BAZA 

Vista general de la Hoya de Baza desde la cumbre del Jabalcón 

La Hoya de Baza forma parte de la depresión de Guadix-Baza y se sitúa geográficamente en el sudeste de la Península Ibérica, en la región mediterránea, en el límite de la provincia de Granada con las de Jaén, Murcia y Almería, en el denominado Surco Intrabético, una serie de hoyas o depresiones que se extienden desde el Mediterráneo al Atlántico, alineando de Lorca a Ronda una serie de valles interiores que históricamente han sido utilizados como paso natural de Andalucía con el Levante y que aparecen rodeadas de una serie de elevaciones que superan los 2.000 metros de altitud.

Con una extensión superior a los 1.500 Km2 (150.000 has.), de las que unas 38.600 has. carecen de uso agrícola en la actualidad, tiene una altitud media en torno a los 800 metros y unas precipitaciones muy bajas, en torno a los 325-350 mm. anuales, ha sido un territorio habitado por el hombre desde la antigüedad, el que ha dejado numerosos vestigios de su presencia, que se remontan al Neolítico y la época ibérica, con muestras tan representativas de estas culturas como la Dama de Baza, una escultura íbera datada al S. IV antes a.C. que vio la luz en julio de 1971,y que ha  continuado con posteriores culturas como la de los romanos,  visigodos, árabes que ocuparon este valle estableciendo un castillo entre el pie del Jabalcón y el Guadiana Menor, conocido como Castillo de Benzalema, actualmente en ruinas, y que dejaron plagado este territorio de torres vigías y atalayas en pretérito recuerdo de su pasado guerrero y fronterizo, o más modernamente la cultura cristiana, con la construcción de caleras, yeseras o cuevas excavadas en la misma tierra como habitáculo. De modo que todos estos pueblos han dejado su impronta en el paisaje y monumentos.

Trabajos arqueológicos en el Cerro Cepero, antigua Basti (Mayo-2006)

Torre vigía árabe en el territorio de la Hoya de Baza

Ruinas del Castillo de Benzalema

El origen geológico de este gran valle

De un modo muy ilustrativo describía, en el año 1789, Antonio José Navarro, más conocido como el “Abab Navarro”, este lugar en una de sus cartas de viaje (1), destacando como “Es un terreno hundido de diez leguas de largo y más de cuatro leguas de ancho, rodeado en todos sus vientos por sierras a diferentes distancias”. En esta misma carta destacaba como “el naturalista que observe esta gran hoya con ojos instruidos le parecerá ver en ella un gran valle, en donde reposaron las aguas después de abandonar la altura”. No andaba muy lejano el Abab Navarro en sus apreciaciones y hoy sabemos que aquí, durante el Plioceno, existió un gran lago interior de agua dulce, alimentado por una cuenca endorreica (Sanz de Galdeano, 1992), en cuyas riberas (una de ellas la actual zona de Orce en la parte más oriental y la zona de las actuales Piedras Rodadas y zona de Las Arrodeas en Baza en su parte más occidental) se ha podido reconstruir la existencia de una importante fauna, por los importantes restos fósiles aportados por los numerosos yacimientos palenteológicos de esta zona. Al menos 19 especies de grandes mamíferos hoy en día extinguidos como hienas gigantes (Pachycrocuta brevirostris), elefantes (Mammuthus meridionalis), rinocerontes (Stephanorhinus etruscus), hipopótamos (Hippopotamus antiquus), caballos (Equus altidens), los grandes bóvidos con hábitos acuáticos (Dmanisibos sp., los ciervos gigantes (Megaloceros solilhacus) o los célebres tigres dientes de sable (Homotherium latidens), estaban aquí presentes (2).

En la historia de la Tierra hubo un momento que los geólogos sitúan en el Pleistoceno Superior (entre 100.000 y 15.000 años atrás) en que este gran lago interior se rompió por el lugar conocido como Cerrada del Negratín, a la altura de la actual cabecera de la Presa del Negratín, y basculó hacia el Oeste, dejando en su brutal arrastre un poso de materiales blandos que se habían ido acumulando en capas a lo largo de los años, como gredas, yesos, arcillas y arenas, sobre todo lo cual se fue acumulando en los siglos posteriores depósitos cuaternarios, formados por los arrastres aluviales, que al sufrir el ataque de unas lluvias que aquel entonces eran torrenciales y muy abundante formaron el actual paisaje abarrancado que integran el actual panorama geológico de la Hoya de Baza, tipo badlans y que es denominado neógeno-cuaternario, por haberse formado de la forma que hemos resumido en estas líneas en estas dos grandes épocas geológicas de nuestra historia natural. Es, por tanto, en estos últimos 10.000 años cuando se genera el característico paisaje de cárcavas y el profundo encajamiento de las ramblas y ríos de la Depresión de Guadix-Baza, hasta adquirir el aspecto que conocemos en la actualidad, localizándose aquí  "el registro sedimentario más continuo de los medios continentales de los últimos siete millones de años de la historia de la Tierra que existe en la Península Ibérica y en toda Europa Occidental" (Julio Aguirre, 2004). 

Climatología

La región geográfica en que se localiza la Hoya de Baza, en el Sureste de la Península Ibérica, en una altiplanicie interior rodeada por montañas, lo que ocasiona el fenómeno conocido como sobras de nubes, las que son atraídas y retenidas por las montañas circundantes, las que dificultan las precipitaciones dentro del valle.

Desde el punto de vista de la Clasificación Climatológica de Gaussen, en el Mapa Bioclimático de la UNESCO encontramos la siguiente distribución: 

- Mesomediterráneo atenuado, en los bordes de la depresión.

- Mesomediterráneo acentuado, en el interior de la depresión.

 Mientras que desde el punto de vista fitoclimático, toda la zona de la Hoya de Baza se encuentra dentro del denominado piso semiárido, en el que predominan los pinares de pino carrasco (Pinus halepensis) con presencia testimonial de coscoja (Quercus croccifera) y algunas encinar y sabinas, muy degradadas, que recuerdan la pretérita vegetación natural de la zona en la zona norte de la Hoya de Baza (T.M. de Cortes de Baza y Cuevas del Campo) en el límite con la provincia de Jaén y los atochares y los matorrales medios tipo garriga más o menos degradada, salvio-esplegares, espartales o atochales y sobre todo los tomillares halófilos, en el resto del territorio (3).

Barranco con  floración primaveral, sabinas y pinos carrascos en la zona norte de la Hoya de Baza  

Las aguas superficiales de la Hoya de Baza 

Floración espectacular en la primavera en las ramblas efímeras
(ciclo vegetativo muy corto) 

Sin el agua no hay vida, pero esta además configura y modela el paisaje de una forma importantísima, por ello vamos a referirnos al agua en la Hoya de Baza dentro de esta somera presentación de este lugar. Al efecto destacar como en la Hoya de Baza se presentan dos tipos de agua muy definidos:

Uno, formado por ríos de caudal permanente e importante durante todo el año y que aunque tienen su discurrir por este  territorio se han formado o tienen su cabecera fuera de la zona propiamente denominada Hoya de Baza, en regiones montañosas circundantes del entorno más húmedas. Ejemplos de este tipo de ríos son el río Castril y el río de Huéscar que tras unir sus aguas pasan a llamarse Guadiana Menor,  conocido popularmente en la zona por los lugareños el río Grande en alusión a su importante caudal y que actualmente forma el Pantano de Negratín, un embalse que fue inaugurado el 16 de junio de 1985, recogiendo aguas de una vertiente natural de 3.877 Km2, cuenta con una capacidad total de 546 Hectómetros Cúbicos y una  superficie inundable de 2.180 has., datos que ponen de manifiesto su magnitud dentro de este entorno semiárido.  El Guadiana Menor es cauce receptor de toda esta cuenca hidrográfica y a él evacuan ríos como el río de Orce, Huéscar o Barbatas, Castril y Guadalentín, por la derecha , y los ríos de Cúllar y Baza por la margen izquierda. Además de numerosas ramblas y barrancos estacionales cuya cita sería muy larga.

Río Castril, en su desembocadura al Pantano del Negratín

El otro, tipo de cauce que podemos localizar  en este lugar son las denominadas ramblas y barrancos, que solo llevan agua ocasionalmente. La vegetación es muy escasa y la que se localiza en estos lugares aparece adaptada a las condiciones xeromórficas dominantes. Si a la falta de agua unimos la alta presencia de sales y yesos, entenderemos porqué son los taray o tarajes (Tamarix sps.) junto con las plantas barrilleras y halófilas la vegetación subarbórea y arbustiva dominante de estas comunidades, que tienen gran importancia en el paisaje y en la fauna de estos territorios.

Rambla con caudal  ocasional

El relieve de la Hoya de Baza

 Paisaje de la Hoya de Baza

Una superficie prácticamente llana, que aparece surcada por innumerables barrancos y ramblas interiores que cuartean considerablemente el paisaje. En la zona central de la Hoya de Baza, el espacio que queda comprendido entre la A-92N, en la dirección Baza - Cúllar, por el Este, y la carretera de Baza-Benamaurel por el Oeste , el terreno tiene una altitud en torno a los 800 m., siendo su máxima altura el Cerro de Mazarra (897 m.) mientras que la mínima se localiza en algunas cañadas interiores, que descienden ligeramente de los 750 metros. La altura de la Hoya de Baza aumenta sensiblemente  en dirección Oeste, de modo que en su parte más oriental se eleva hasta alcanzar los 1.488 m. en La  Hinojosa (1.442 m.). En toda esta extensa altiplanicie se eleva, a modo de una isla, la mole caliza dolomitizadas del Cerro de Jabalcón (1.488 m.) con una composición geológica totalmente distinta a la de los terrenos que lo circundan y que se considera es una desgajación de la parte caliza de la Sierra de Baza.

 Un trozo de África en la Península Ibérica

Cañones embarrancados

En el verano del año 1844, visitó esta zona el viajero y botánico alemán Moritz Willkomm (4), las impresiones y valoraciones que escribió de esta ámplia región natural no solo no han perdido interés, sino que nos permiten conocer la percepción que el ilustrado viajero sintió cuando recorrió estos lugares, que él denomina “La Región Oriental del Reino de Granada”, de aquí que no nos resistamos a transcribir algunas de sus apreciaciones:

“La región oriental del reino de Granada posee un carácter completamente distinto al resto de Andalucía. En cuanto se traspasan los Montes de Granada acaba este suelo tremendamente fértil, que se extiende hacia el Oeste y llega hasta las márgenes del Guadiana, cerca de la costa portuguesa. En su lugar aparece un terreno compuesto de cal, yeso y arcilla, caracterizado por su esterilidad y ausencia de agua. Altas montañas con faldas cubiertas de pinos y cumbres de roca pelada alternan con áridas y yermas altiplanicies, y con otras montañas compuestas de sedimentos de yeso, arena, de color blanco rojizo; solamente algún que otro humilde pueblecito, junto a algún nacimiento al pie de la sierra o en la margen de algún río casi completamente seco durante el verano, rompe la monotonía del paisaje... Aunque desde el punto de vista estético el paisaje es muy monótono, el Sudeste español tiene un enorme interés para el naturalista, especialmente para el geólogo y el botánico pues presenta una orografía  muy particular y característica, y una vegetación que, aunque escasa, muestra una variedad asombrosa. Parte de esta vegetación tiene un carácter netamente africano, pero incluye también, sobretodo en las sierras, especies únicas en toda la Península. Seria muy interesante visitar esta región en las diferentes épocas del año y hacer una investigación minuciosa. También para el historiador puede ser un valioso objeto de estudio… Parece un trozo de África en la Península Ibérica”.

Y comenta Moritz Willkomm en otro apartado de su relato sobre la singularidad de la vegetación que aquí se localiza: “la Hoya de Baza presenta una vegetación de enorme interés botánico, compuesta fundamentalmente por especies halófilas”.

 Vegetación esteparia de la Hoya de Baza

Paisaje estepario de la Hoya de Baza

La estepa ibérica es el paisaje definidor y característico de la Hoya de Baza. Denominación, la de estepa, con la que se alude a unas asociaciones vegetales de matorral xerofítico, que se desarrollan en lugares llanos o suavemente ondulados, con  precipitaciones escasas e irregulares y temperaturas extremas. Muy lejos, por tanto, de las auténticas estepas rusas, lengua de la que toma el nombre (stepj) para referirse a unos ecosistemas constituidos por herbazales originados por las lluvias estivales que mantienen en verano la lozanía de la vegetación (Font y Quer, 1954).  Por extensión, el término estepa se ha aplicado a las zonas más áridas de la Península Ibérica, que en general albergan suelos pobres y en ocasiones con altos niveles de salinidad. Presentan un clima mediterráneo que en muchas ocasiones es de tipo semiárido. Las estepas ibéricas son muy heterogéneas. Muchas son fruto de la destrucción y transformación de los bosques originales, pero otras son formaciones naturales. En casi todos los casos las zonas esteparias sufren largos meses de sequía. Así, tanto la flora, la fauna, como las propias actividades humanas, están adaptadas a la existencia de cortos periodos de tiempos con condiciones favorables. Un ecosistema que tiene su propia autonomía y sustantividad, habiendo sido calificado como uno de los más sobresalientes de la vegetación peninsular, que actualmente está protegido por las Directivas Comunitarias, así en la Directiva Hábitats (92/43 CEE) se contemplan los apartados 1520 (vegetación gipsycola ibérica) y 1510  (estepas salinas mediterráneas) como hábitats prioritarios de interés comunitario en la consideración de su Anexo I, relativo a la conservación de los Hábitats de la Flora y Fauna Silvestre y  sus usos tradicionales.

En la Península ibérica se diferencian 5 grandes regiones con paisajes esteparios: el Valle del Ebro, los paramos de la meseta norte, las Hoyas de Guadix y Baza, el Sudeste Ibérico (amplias zonas de las provincias de Almería y Murcia) y los pastizales del Valle de la Serena y de Alcudia. También habría que incluir ciertas zonas endorreicas manchegas, como saladares y áreas yesíferas que no permiten el desarrollo de vegetación arbórea.

De los tres tipos de estepa presentes en Andalucía (estepa leñosa, estepa de gramíneas y estepa cerealística), coexisten y se localizan aquí los tres, como pasamos a comentar resumidamente, en clara muestra de la singularidad de este territorio:

- La estepa leñosa, es un  hábitat dominado por arbustos de pequeño porte, fundamentalmente plantas halófilas y subarbustivas, fundamentalmente tarajes, entre los que se suceden frecuentemente calveros de suelo desnudo en los que crece una vegetación primaveral efímera alimentada por las escasas lluvias de esa época del año, que se abre en grandes calcavas generando un paisaje conocido como bad-land.

Imagen ejemplo de estepa leñosa en la Hoya de Baza

- La estepa de gramíneas altas, de  la que los espartales y albadinales se incluyen dentro de esta categoría, en los que la vegetación dominante es una u otra gramínea, dando lugar a zonas densamente cubiertas en las que se intercalan matorral halófilo y pies aislados de árboles.   

Imagen ejemplo de estepa de gramíneas altas en la Hoya de Baza 

- La estepa cerealística, que es la de mayor extensión en Andalucía, tratándose de llanuras o terrenos levemente ondulados que se encuentran dedicados en su mayoría a los cultivos de cereales de secano, por lo que se trata del paisaje más humanizado de todos en los que es también un  uso tradicional el aprovechamiento para la caza y los usos ganaderos, particularmente ovejas y cabras, cuyos rebaños se suelen ver en estos lugares tras la recolección de la cosecha.

 

Estepa cerealística, que se está viendo desplazada por la implantación de nuevos cultivos de regadío 

Flora de la Hoya de Baza 

 

Astragalus clussii, tomillo y flor parasitaria en un espartar

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La principal singularidad florística de los ecosistemas esteparios ibéricos se debe a la presencia de especies pertenecientes a los elementos florísticos mediterráneo irano-turaniano y mediterráneo sáharo-síndico, con un porcentaje de especies inventariadas exclusivas de las zonas áridas muy alta y que en el caso de la Hoya de Baza alcanzan al 30 % de especies que se consideran exclusivas de las zonas áridas  (Sánchez et al., 1998). Habiéndose dicho que se trata de una flora singular, estrictamente ibérica, al menos en el contexto europeo y, por ello una de las principales contribuciones de Andalucía y España a la biodiversidad en la Unión Europea (M. Yanes Puga y J.E. Gutiérrez Ureña, 1999). Especial relevancia en este tipo de vegetación, la tiene la llamada Rambla del Espartal, también conocida como Rambla de las Cuevas de las Ventanas, junto a la Cuesta de la Borracha, en las proximidades de la margen izquierda de la A-92 dirección Baza a Cúllar. Y para la que se ha propuesto la declaración de monumento natural. Cuenta con una superficie de 668 Has. y sobre ella se ha dicho que sintetiza todas las peculiaridades de este ecosistema, "único en Europa".

 

Rambla del Espartal en la que se aprecian las cuevas abiertas en la pared vertical del barranco, a modo de ventanas, de donde toma el nombre.

Este es el hábitat de plantas gipsófilas (yepsícolas), de gran belleza como el arnacho (Ononis tridentata),  la oruga blanca (Eruca vesicaria), planta nutricia de la mariposa Baza, el alelí de los yesos (Erysimun sps.), la jarilla (Heliantemun equamatum),  junto con plantas halófilas, propias de ecosistemas salinos, como la siempreviva (Limonium majus), planta que se describe en el Libro Rojo de Especies Vegetales Amenazadas" con el número 170 de ficha, en la que se indica como sólo se conoce su presencia en la Hoya de Baza, donde se localiza a una altitud de 700-800 metros. Se trata de un hemicriptófio, de la familia de las plumbagináceas, con hojas basales agrupadas, que tiene unas llamativas flores azuladas, cuya inflorescencia se agrupa en racimos que se levantan unos 50 cms. del suelo, que se utilizan como flor seca, para composiciones florales y que podemos localizarlo en floración en junio-julio, en la Rambla del Espartal y en las inmediaciones de la Carretera Baza-Benamaurel, en lugares como las proximidades del Canal de Jabalcón. Siendo, por tanto, un endemismo local de obligada cita.

En la flora de la Hoya de Baza nos llamará la atención de un ámplio catálogo de plantas parásitas, con floración espectacular, en primavera, esto es, plantas que se alimentan de las raíces de otras plantas, particularmente del género de las jaras (Cistus), en que se parasitan, por lo que no precisan hojas, careciendo de clorofila, y tan solo cuentan con un eje floral muy desarrollado. El ciclo biológico de este tipo de plantas está formado por dos grandes fases: una primera subterránea (germinación, fijación en las raíces de la planta hospedante, penetración en los tejidos y desarrollo de los chupadores con los que extraerá los nutrientes) y una segunda fase aérea (salida de la yema, crecimiento del tallo, floración y fructificación) A continuación reproducimos algunos ejemplos muy ilustrativos, de este ámplio grupo de la Hoya de Baza:

Hipocisto (Cytinus hipocistis)

Orobanche gracilis 

Jopo de zorro o de lobo (Cinomorium coccineum) 

Jopo amarillo (Cistanche phelypaea)   

Vara florida morada (Orobanche amethystea)  

Otras plantas menos atractivas, aunque de una importancia ecológica enorme también se localiza en la Hoya de Baza, nos estamos refiriendo a la vegetación halonitrófila (Plantas Barrilleras). Este tipo de vegetación elige para instalarse los terrenos propios de la vegetación nitrófila analizados en el apartado anterior (removidos por el hombre o animales), donde, además, se registra la presencia de sales. Por la razón de la necesidad de estas sales, al igual que en el caso de yesos, esta vegetación hay que buscarla en la Hoya de Baza, donde crece el albardín (Lygeum spartum) y otras plantas que se localizan en un sustrato de gran peculiaridad, el ecosistema salino sobre yesos. Lo que reviste a las plantas de una alta especialización: cambio en su estructura morfológica, aparición de glándulas para eliminar la sal, carácter craso o suculento de la planta, etc. La familia de las quenopodiaceas, es la que reúne varios géneros de especies adaptadas a los medios salinos: Atriplex, Salsola o barrilla,Salilornia, Suaeda, Spinacia, Agropirum, además de la ya citada de la Plumbagináceas: limonium, como más representativos. De estas plantas, mencionar, por su interés económico, la conocida como álcali (Salsola kali) que forma parte, junto con otras salsolas, de las llamadas plantas barrilleras, que, por su alto contenido en sosa, se han empleado para fabricar jabones. Según RUIZ DE LA TORRE, antiguamente se cultivaban estas plantas en la depresión de Baza, donde se encontraban alrededor de una docena de especies y hasta finales del S. XVIII, se exportaban a Mallorca, llegándose a decir que los buenos cristales de Venecia, eran obtenidos con sosas de la región bastetana. (3)

Espartales y atochales 

 

Espartal de la Hoya de Baza

Desde épocas muy antiguas, la Comarca de Baza ha tenido una gran tradición en la recolección y producción de esparto, así como en la elaboración de productos manufacturados a base de estas fibras, siendo una de las principales materias de exportación, de las que podemos citar: maromas y cuerdas; esteras; calzados; recipientes para muy diferentes usos; espuertas; así como aparejos para el ganado; o, simplemente, como pleita, para su ulterior elaboración artesanal con los más diferentes fines. Gran parte de Baza y zonas limítrofes era conocida por los griegos como Spartarion pedion y por los romanos como Campus spartarius, en clara alusión toponímica a la existencia de esparto.

Los mejores espartales están formados por la especie Stipa tenacissima, que es igual que la especie Macrochloa tenacissima, denominada vulgarmente esparto y atocha. Otra especie similar, pero de peor calidad, surge en los terrenos que tienen algo de yeso y de sal: Lygeum spartum, que se denomina albardín o esparto basto. La especie forestal más común entre los espartales es el pino carrasco (Pinus halepensis), árbol que puede preparar estos terrenos para dar paso, posteriormente, a la encina; mientras que en los albardinares no prospera especie arbórea de tipo alguno. (5)

Fauna de la Hoya de Baza 

Mamíferos

 

Gato montés fotografiado en la Hoya de Baza

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La estepa ibérica de modo general y en el caso de la Hoya de Baza en particular, con unas condiciones de vida muy difíciles,  un corto período óptimo para la vida y reproducción, está limitada a un escaso número de especies, con densidad menor a otros ecosistemas, particularmente el de los sotos y riberas en que alcanza su mayor diversidad y número, no obstante ello las peculiaridad de estos ambientes, así como la adaptación de las especies que aquí se localizan a un medio poco favorable, les ha hecho adaptarse al mismo, si bien es posible que la biodiversidad de mamíferos en este ambiente estepario, sea mayor del estimado, que se concreta en especies de mamíferos claramente generalistas como el zorro (Vulpes vulpes), el tejón (Meles meles), el jabalí (Sus scrofa), el conejo (Oryctolagus cuniculus) o la liebre (Lepus granatensis), coexisten otras más especializas en este medio como el erizo (Erinaceus europaeus Subsp. meridional) o el ratón moruno (Mus spretus), el más abundante de los roedores de este territorio. Sin faltar especies de mamíferos que aunque más raras dentro de esta región natural también están presentes como la comadreja (Mustela nivalis), la garduña (Martes foina) o el gato montés (Felis silvestris) como también está muy bien representado el grupo de los murciélagos o quiórpteros, que se localizan en minas de agua y antiguas cuevas humanas, aun cuando la tendencia actual de recuperar estas construcciones para su rehabilitación está suponiendo una grave incidencia en estos mamíferos voladores, aun cuando aquí podemos localizar representantes de todas familias ibéricas: Rhinolophidae, Vespertilionidae, Miniopteridae y Molossidae, de la que la especie murciélago rabudo (Tadarida teniotis), correspondiente a esta última familia ha sido confirmada en el Jabalcón (J.A. Garrido, 2006).

Algunos trabajos estiman que la construcción del Embalse del Negratín supuso una limitación y reducción de la fauna de este entorno. Al estimarse que su puesta en funcionamiento con su regulación (eliminación de inundaciones) y la inversión del ritmo fluvial (mínimos invernales y máximos estivales, Sanchez-Ortega & Picazo, 1997) supuso una completa alteración del ecosistema fluvial, eliminando la mayor parte de las poblaciones piscícolas, y a su vez ha permitido la explotación de las vegas situadas aguas abajo, con la destrucción de los mejores sotos fluviales de la cuenca. Esto se ha traducido en la desaparición de una rica comunidad de vertebrados, entre los cuales se encuentran las últimas poblaciones de nutrias de la cuenca (6).  

 

Pantano del Negratín

Aves

 

La tórtola europea (Streptopelia turtur) es un visitante estival de la Hoya de Baza.

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En cuanto a las aves, posiblemente sea la comunidad más singular de este territorio, de modo que se considera que la única fauna de vertebrados específica de la  estepa son las aves. En primer lugar aclarar que se consideran aves esteparias a aquellas que pueden utilizar medios esteparios a lo largo de todo su ciclo vital. Además, presentan la característica, salvo excepciones (collalba negra o carraca), de nidificar en el suelo o en pequeños arbustos. Así, y atendiendo a este amplio criterio, el listado de las aves esteparias  de la Hoya de Baza es muy ámplio, excluyendo de este listado aquellas especies que utilizan sólo ocasionalmente las estepas o para las que éstas no constituyen su hábitat principal, aunque están también presentes aquí como ocurre con la perdiz roja (Alectoris rufa), la codorniz común (Coturnix coturnix) o la abubilla (Upupa epops), podemos destacar como Andalucía alberga en la actualidad 25 especies diferentes de aves esteparias, de las cuales 15 están amenazadas, entre ellas, la avutarda, catalogada en peligro de extinción, es la más amenazada, seguida de la alondra de Dupont o ricotí y el aguilucho cenizo, vulnerables a la extinción. En la Hoya de Baza están presentes aves propiamente esteparias como el camachuelo trompetero, la alondra de Dupont, alcaraván (Burhinus oedicnemus), ortega (Pterocles orientalis), aguilucho cenizo (Circus pygargus), la carraca o azulón (Coracias garrulus), la collalba negra (Oenanthe leucura) o el aguilucho cenizo. Especies con adaptaciones claras a los medios abiertos, sin arbolado, y que están ausentes de las formaciones con matorrales más desarrollados y de las zonas con relieve abrupto.

A lo largo de los ríos principales desaparecen las aves esteparias y podemos localizar especies ligadas a los bosques de ribera y medios acuáticos como el martín pescador, que anida en los acantilados arcillosos de la zona de Cortes de Baza y Castillejar.

El catálogo de fauna de aves de la zona se completa con especies propiamente acuáticas que se presenta en colonias reproductoras en la cola del Negratín como la cigüeñuela, la garza, el zampullín y varias especies de anades o incluso gaviotas, que han dejado el mar salado para instalarse en este gran mar interior, son algunas de las aves que pueden observarse en este territorio.

Anfibios y reptiles

Lagarto ocelado en la Hoya de Baza

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En la Hoya de Baza el grupo de los reptiles es el mejor representado dentro de los herpetos, con especies dentro de este territorio como la lagartija colilarga (Psammodromus algirus), la lagartija ibérica (Pordacis hispanica), la salamanquesa común (Tarentola mautitánica), o el galápago leproso (Mauremys leprosa) el que podemos localizar en el río de Baza, Guadiana Menor y Negratín; aun cuando es la lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus) la más esteparia de las especies de reptiles aquí presentes y que de modo abundante se localiza en los barrancos secos de la Hoya de Baza y en las crestas de los cerros, donde se refugia en los espartales con terrenos sueltos, fundamentales en su ecología. También se localizan aquí algunos colúbridos (culebras) como la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus), la culebra lisa meridional (Coronella girondica) o la culebra de herradura(Hemorrhois hippocrepis).

Los anfibios son los más escasos dentro de este territorio, debido a  la falta de agua, que limita su presencia a gran parte de la Hoya de Baza, aun cuando podemos localizar especies como el sapo común (Bufo bufo) y la rana común (Rana perezi), en balsones, acequias de riego y particularmente en los ríos permanentes que cruzan este lugar.  

Insectos e invertebrados

 

Ejemplar de mariposa Baza (Euchloe bazae) posada en una planta de Eruca vesicaria, la planta nutricia de su oruga.

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Los insectos forman una comunidad muy bien representada en la Hoya de Baza, gracias a su especial habilidad y adaptación para soportar condiciones extremas, con insectos propiamente esteparios, con un alto nivel de endicimidad, asociados a la vegetación específica de este hábitats y que es analizada en el apartado correspondiente. Muchos de estos invertebrados solo podemos encontrarlos en ambientes áridos y semiáridos como ocurre con algunas arañas, de las que podemos citar la Araneus circe, así como la Argiope lobata, sin olvidar el escorpión amarillo (Buthus occitanus), que conviven junto a insectos de gran belleza como en conocido como escarabajo metálico (Chrysolina byperici) o algunos escarabajos lorgicornios. Si bien la mayoría de estos insectos carecen de nombre común, conociéndose tan solo por el científico, por lo que vamos a omitir una más extensa reseña, dadas las peculiaridades de esta publicación. Si bien sí es obligada una referencia a las mariposas de este territorio, en el que están muy bien representadas especies como  la niña celeste (Lysandra bellargus), la doncella (Mellicta parthenoides), la blanquiverdosa (Pontia daplidice) o la medioluto (Melanargia lachesis), aun cuando es la mariposa Baza (Euchloe bazae), la especie de mayor interés de esta zona, una mariposa catalogada como endemismo local, lo que significa que el único lugar del mundo donde se encuentra es en este territorio. Es de un característico y llamativo color amarillo limón, con una mancha en las puntas de las alas y junto a esta marcha, otra más, también negra, en forma de B. Esta mariposa podemos localizarla entre marzo y abril, entre las 10 y las 14 horas, en zonas altas de yesares en que se localiza su planta nutricia, la Eruca vesicaria, con un vuelo rápido y muy inquieto, una segunda generación se produce en el mes de mayo. (7)


BIBLIOGRAFÍA BÁSICA UTILIZADA 

(1) Viajes de un  naturalista ilustrado por los reinos de Granada y Murcia. Antonio José Navarro. Estudio de Javier Castillo Fernández (Murcia, 2000)

(2) Biostratigraphy of the Continental Deposits in the Granada, Guadix and Baza Basins (Betic Cordillera). Antonio Ruiz Bustos. Actas del Congreso Internacional de Palenteología Humana (Orce. 1995)

(3) Mapa Forestal de España. Hoja 6.10 de Baza. Dir. Juan Ruiz de la Torre (Madrid, 1990)

(4) Viaje a la Región Oriental de Andalucía. Dentro de la colección Granada y Sierra Nevada. Moritz Willkomm. Fundación Caja de Granada (Granada, 1997)

(5) Guía para conocer y visitar el Parque Natural Sierra de Baza. Asociación Proyecto Sierra de Baza (Baza, 1998)

(6) La Mastofauna de la Cuenca del Río Fardes (SE de la Península Ibérica): Atlas provisional de distribución. José Antonio Garrido García (en Zoología Baética, Volumen 13/14, 2003)

(7) Euchloe bazae Fabiano 1993 bona species (Lepidoptera : Pieridae) F. Javier Olivares y José Luis Jiménez (en Linneana Bélgica, 1996)