El cambio climático puede estar secando los pinos oromediterráneos del Parque Natural Sierra de Baza (Granada)
La falta de precipitaciones y altas temperaturas parece ser la causa. La problemática puede agravarse en las próximas fechas con la plaga de procesionaria, que ha ascendido hasta la zona alta del macizo central de la Sierra de Baza
Texto: Proyecto Sierra de Baza
Imágenes: José Ángel Rodríguez y Manuel Moreno Muñoz
(Todas las imágenes que integran este reportaje fueron tomadas en los meses de octubre y noviembre-2015,
excepto la nº 3 que fue tomada el 20/12/2008).
Autorizada la cita de este reportaje con referencia a su fuente.
Palabras clave: Cambio climático, Decaimiento forestal, Dinámica forestal, Gestión forestal, Pinus sylvestris, Pinus sylvestris subsp. nevadensis, Sequía, Mortandad árboles, Mortalidad pino silvestre, Plagas forestales, Procesionaria del pino, Thaumetopoea pityocampa, Sierra de Baza, Parque Natural Sierra de Baza, Sierras Béticas, Baza, Granada.
Preocupante situación la que presenta en estos momentos algunos de los parajes más señeros y emblemáticos del Parque Natural Sierra de Baza (Granada) de la zona de pinos oromediterráneos del macizo calizo central, donde el cambio climático se está cebando con muchos de los pinos centenarios que allí se localizan de las especies Pinus sylvestris ssp. nevadensis y Pinus nigra ssp. salzmannii, los popularmente conocidos como pino silvestre o albar y pino salgareño o laricio, respectivamente, y son centenares los pinos oromediterráneos de estas especies que están muriendo, en lo que puede ser una de las tragedia ecológicas más graves que pueda sufrir la Sierra de Baza en los próximos años.
© Manuel Moreno Muñoz
Pinos silvestres secos en Calar de Santa Bárbara, con el paisaje estepario de la Hoya de Baza al fondo.
PROYECTO SIERRA DE BAZA, no quiere ser alarmista, pero la gravedad de esta situación, de la que son una ilustrativa muestra las imágenes que incluimos en este reportaje, requiere la adopción de urgentes medidas. Ignorar o esconder esta problemática –como hasta ahora se ha hecho- no solo va a agravar la situación, sino que también va a impedir adoptar efectivas medidas de gestión forestal para intentar reconducir esta situación hacia la normalidad, garantizando la salud y viabilidad futura de estos singulares ecosistemas forestales. Por ello nuestra denuncia pública, para que quede constancia de la situación que se está viviendo en los pinares oromediterráneos de la Sierra de Baza y no pase ni un día más sin que los responsables públicos de la gestión de este espacio protegido se pongan a trabajar para buscar una efectiva y urgente solución a esta grave problemática ANTES DE QUE SEA TARDE.
Unos pinos relictos que constituyen toda una rareza y singularidad botánica
© José Ángel Rodríguez
Pinos silvestres de la Sierra de Baza en invierno en la zona de Prados del Rey.
Para conocer y comprender la gravedad de lo que está sucediendo en el Parque Natural Sierra de Baza (Granada), se hace necesario poner de manifiesto como los bosques de pino silvestre de la Sierra de Baza (Pinus sylvestris ssp. nevadensis) constituyen poblaciones relictas de máximo interés botánico (RUIZ DE LA TORRE, J., 2006). A nivel de todo el sur de España, estos pinares se refugian en dos exclusivos enclaves de las montañas de la Cordillera Bética: Sierra Nevada y Sierra de Baza, especialmente en la segunda, bajo condiciones climáticas mediterráneas esteparias y se conservan gracias al mantenimiento de manera local de unas condiciones ecológicas mínimamente óptimas para su desarrollo, esencialmente edáficas y de exposición, que contrarrestan la sequedad estival de estas montañas béticas, donde la precipitación del mes más seco se sitúa por debajo de 10 mm, hecho que supone un factor limitante para el pino silvestre. Por tanto, se desarrollan en una situación de frontera que hace de estos bosques unas formaciones muy sensibles y frágiles a cualquier tipo de cambio ambiental o agresión externa. También son la formación arbórea que, de manera natural, consigue vivir a mayor altitud en las montañas béticas, por lo que se encuentran en el límite de la zona arbolada, tanto por su situación biogeográfica como por la altitud a la que se localizan.
© Manuel Moreno Muñoz
Bosque de pinos silvestres de la Sierra de Baza, en las proximidades de los Prados del Rey, en los que se aprecian algunos ejemplares secándose.
Sobre los pinos silvestres de la Sierra de Baza, se ha indicado (OLMEDO COBO, J.A., 2012), que la excepcionalidad y el carácter relicto de los bosques de pino silvestre de la Sierra de Baza, obedecen a una serie de circunstancias naturales, relacionadas tanto con las características físicas del territorio donde se desarrollan, como con la paleoevolución reciente de la vegetación en el Oeste de la Cuenca Mediterránea. Asimismo, se ha destacado que su situación actual y, sobre todo, el área que ocupa el bosque, responde a la secular explotación antrópica de la Sierra de Baza. Todo ello indica Olmedo Cobo convierte a estos bosques en un verdadero vestigio post-glacial, muy adaptado a las difíciles condiciones para la vida vegetal que acontecen en la alta montaña mediterránea. Pero también estamos ante un ecosistema con especial vulnerabilidad a los cambios ambientales, ya que estos bosques se hallan en una situación ecológica que se puede calificar de frontera, por lo que se teme que serán las primeros en correr grave peligro de desaparición.
(Puede ampliarse información sobre las singularidades y peligros que amenazan a estos pinos relícticos en el interesante y documentado trabajo que publica José Antonio Olmedo Cobo, con el título de “Bosques relictos de Pinus sylvestris L. en la Sierra de Baza, provincia de Granada, España: Análisis y cartografía del estado actual de la vegetación” AQUÍ).
Los pinos silvestres: una especie abundante en el continente europeo es rara y excepcional en la mitad sur de la Península Ibérica
© Manuel Moreno Muñoz
Pinos silvestres en el Calar de Santa Bárbara secos
Abundando en cuanto venimos comentamos sobre las singularidades de estos pinares oromediterráneos y en particular de los pinos silvestres autóctonos de la Sierra de Baza, podemos decir que a nivel global el pino silvestre es la especie de mayor área natural y el de mayor difusión en Europa y Asia. En Europa se extiende desde las montañas del Sur hasta las llanuras del Norte (Alemania, Rusia, Polonia, Escandinavia). En la Península Ibérica ocupa cerca de 800.000 has. de las que 342.074 has. corresponden a repoblaciones. Su área natural se extiende por el centro y cuadrante nororiental, con dos exclusivos enclaves en el sur, en la Sierra de Baza y Sierra Nevada, donde se localiza una subespecie autóctona de pino silvestre, el Pinus sylvestris subsp. nevadensis, los que constituyen auténticos reductos de la especie, con una importancia ecológica enorme.
Retrocediendo en el tiempo, podemos indicar como en el Plioceno el pino silvestre ocupaba grandes extensiones, entre ellas todo el sur de Europa, pero posteriormente, tras el calentamiento postglacial, que se produjo varias veces en el Holoceno, retrocedió hasta las zonas más frescas y continentales, fragmentándose su área y quedando muy pocos testimonios de esta pretérita extensión. Un magnífico ejemplo, y una singularidad botánica, la constituyen estos bosques de pinos silvestres de la Sierra de Baza, en los que el sotobosque de estos pinares, fue definido por Willkomm como “…el último vestigio de un auténtico bosque subalpino”, estando constituido por una colorida mezcla de arbustos mediterráneos endémicos y centroeuropeos (pág. 408 “Los Bosques Ibéricos. Una interpretación geobotánica”, GÓMEZ MANZANEQUE, F., coordinador general de la publicación, 1997), lo que nos puede dar una idea de la singularidad de este ecosistema, su rareza, importancia y también de su belleza.
En cambio climático parece estar detrás de estas masivas muertes de pinos oromediterráneos en la Sierra de Baza
© José Ángel Rodríguez
Pino oromediterráneo seco, y al fondo otros muchos más comenzando a secarse en el Calar de Casa Heredia
A nivel global está admitido hoy en día por la comunidad científica que aunque existe una cierta incertidumbre sobre la magnitud y la incidencia de los impactos del cambio climático en los ecosistemas forestales, hay disponible suficiente información científica para constatar sus evidencias. El Parque Natural Sierra de Baza no está siendo ajeno a esta problemática, de hecho en el trabajo al que hemos hecho referencia de Olmedo Cobo (“Bosques relictos de Pinus sylvestris L. en la Sierra de Baza, provincia de Granada, España: Análisis y cartografía del estado actual de la vegetación”), ya se comentaba la necesidad de estar atentos a la evolución de esta masa vegetal, de alto valor ecológico y fragilidad de cara a su conservación ante el peligro que representan los procesos de cambio climático que se están constatando a nivel global y especialmente en la región Mediterránea:
“Esta información puede ser utilizada como una herramienta más para la gestión de este ecosistema vegetal de carácter excepcional, alto valor ecológico y fragilidad de cara a su conservación —dentro del marco general de protección que le ofrece el Parque Natural de la Sierra de Baza— ante el peligro que representan los procesos de cambio ambiental predichos para un futuro inmediato, especialmente notables en la región Mediterránea” (publicación citada pág. 41).
La plaga de la procesionaria del pino se está extendiendo por todos estos parajes y puede agravar la situación en los próximos meses
© José Ángel Rodríguez
Pinos oromediterráneos infestados por la oruga de la procesionaria en la cara Sur del Calar de Casa Heredia.
Como venimos comentando –y a falta de estudios y análisis científicos sobre los árboles muertos- parece ser que esta problemática ha comenzado con la falta de precipitaciones que estamos sufriendo en los últimos años que ha debilitado a unos pinos que tienen unas necesidades hídricas más alta para sobrevivir que el resto de especies del mismo género que abundan en el conjunto de las sierras del entorno mediterráneo, como el pino carrasco, piñonero o resinero, por citar alguno ejemplos, de modo que estos árboles tienen en la Sierra de Baza el límite o frontera de la zona natural de su supervivencia, lo que los convierte en unas formaciones vegetales muy sensibles y frágiles a cualquier incidencia climática. A la falta de precipitaciones se está sumado la presencia de la oruga de la procesionaria en toda esta zona de pinos oromediterráneos, de forma que si estos parajes se han mantenido tradicionalmente a salvo de la oruga de la procesionaria, por las bajas temperaturas que se registran en esta zona, especialmente durante la noche, este año al haber subido la temperatura de un modo ostensible y no haberse registrado prácticamente heladas en la zona de cumbres, ha favorecido que se establezca en la zona la oruga de la procesionaria, que además lo ha hecho en unos pinos previamente debilitados por la sequía que estaban sufriendo. Si a esto unimos errores de gestión forestal en afrontar este problema, de modo que no se han llevado a cabo medida fitosanitaria, silvícola ni de ningún otro tipo en toda esta zona, pese al impacto visual que produce la existencia de todos estos árboles secos o la presencia de la plaga de procesionaria extendiéndose a más de 2.000 metros de altitud, las consecuencias pueden ser las de que en un breve plazo se continúen incrementando las muertes de pinos oromediterráneos centenarios y lo que es más grave, nos tememos que si no se actúa de forma efectiva la situación va a continuar, pudiendo terminar, en no muchos años, si no se emprenden medidas efectivas y urgentes, con nuestros más singulares y emblemáticos bosques de pinos silvestres.
Zonas más afectadas
© Manuel Moreno Muñoz
Bosque de pinos silvestres en el Calar de Santa Bárbara secándose, con los terrenos esteparios de la Hoya de Baza al fondo.
En algunas visitas de campo que miembros de la Asociación PROYECTO SIERRA DE BAZA hemos efectuado a la zona de calares en que se localiza la población de pinos oromediterráneos de la Sierra de Baza, hemos podido comprobar que la zona más afectada es la parte más meridional (Cara sur de Casa Heredia) que linda con la zona del Puerto Palomo, donde la plaga de procesionaria es apreciable desde la propia pista forestal, afectando a toda la masa del pinar autóctono. También se ha constatado una zona muy afectada en la cara oeste de los Calares de Casa Heredía y Santa Bárbara, que parece haber subido desde la zona de la Fuente del Pino, paraje que ya sufrió una grave plaga de procesionaria hace unos años, y que ahora parece haberse extendido por la zona de calares, ascendiendo hasta los 2.150 metros, aprovechando las altas temperaturas que ha encontrado el insecto defoliador en su fase de oruga.
© Manuel Moreno Muñoz
Pino centenario seco en el Calar de Santa Bárbara.
También se ha extendido la zona afectada hacía la cara Este del Calar de Santa Bárbara, donde también hemos podido localizar un significativo número de pinos silvestres centenarios secos, particularmente en el paraje de la Umbría del Cautivo, el que era uno de los mejores pinares autóctonos de la Sierra de Baza. La procesionaria también está ya presente en las inmediaciones de la zona de Prados del Rey, donde se aprecian algunos pinos con la presencia de bolsas blancas de la procesionaria, lo que no se había visto nunca antes, para terminar –por ahora y esperemos no pase de aquí- al pie del Calar de los Tejoletos, dónde también hemos podido localizar un significativo número de pinos silvestres centenarios que han muerto en las últimas fechas.
Un bosque con muy baja capacidad de regeneración natural
© Manuel Moreno Muñoz
Pinos silvestres centenarios, con la superficie del suelo cubierta por sabinas y enebros rastreros y con algunos de estos ejemplares comenzando a secarse.
Hemos tenido ocasión de comentar en algunas ocasiones, la baja capacidad de regeneración natural que tienen los bosques autóctonos de pinos oromediterráneos de la Sierra de Baza, de modo que si efectuamos una visita por la zona en que se localizan todos estos bosques naturales, pronto apreciaremos que todos los ejemplares que allí se localizan son ejemplares maduros, la mayoría centenarios, pero apenas podemos localizar jóvenes árboles que hayan nacido de forma natural. El problema que esto ocasiona de cara al futuro es muy grande, ya que no existen árboles de remplazo que sustituyan de forma natural a los viejos árboles cuando vayan desapareciendo. Por lo que si además, los viejos y centenarios árboles se están muriendo, el panorama que se presenta en estos lugares es muy preocupante y negro, al presentarse seriamente limitado su viabilidad futura.
¿Qué dice el Director Conservador del Parque Natural Sierra de Baza de esta problemática?
© José Ángel Rodríguez
Rafael César Córdoba Fernández, Director Conservador del Parque Natural Sierra de Baza, a la derecha de la imagen, junto con el presidente de la Junta Rectora de este Parque Natura, Felipe Pascual, en el Pleno de la Junta Rectora celebrado en Baza el 26/11/2015.
Rafael César Córdoba Fernández, Director Conservador del Parque Natural Sierra de Baza, manifestaba en la reunión el Pleno de la Junta Rectora del Parque Natural Sierra de Baza celebrada en el salón de actos del Museo Municipal de Baza el pasado 26 de noviembre de 2015, ser conocedor de que se estaban secando algunos pinos oromediterráneos del Parque Natural Sierra de Baza, alegando que “los pinos se están muriendo de viejos” y que aunque puedan representar un impacto visual la presencia de estos pinos secos, es más racional y conveniente dejarlos secos dónde están y no retirarlos, ya que un amplio tipo de fauna puede seguir aprovechándose de los mismos.
También admitía que no se ha llevado a cabo actuación alguna en toda esta zona en relación con todos estos pinos que se están secando, aunque comentaba que le preocupaba especialmente esta zona, por su protección especial grado A, por lo que señalaba que debía de estar salvaguardada de cualquier influencia externa, y las plagas lo son. Al tiempo que aseguraba como “en la zona de Prados del Rey y de pinar oromediterráneo no hay procesionaria”, matizando que “esta zona está catalogada como grado 0 dentro de una escala de 0 a 5 que utiliza la Consejería de Medio Ambiente para evaluar la procesionaria”. Extremo que es desmentido y negado desde Proyecto Sierra de Baza, estimando que las evidencias fotográficas que presentamos así lo ilustran y puede constatarse en cualquier visita a esta zona, viéndose como la procesionaria afecta también a los mismos pinos del entorno de Prados del Rey, en la siguiente imagen:
© José Ángel Rodríguez
Fotografía tomada el 26/11/2015 desde el camino que comunica Prados del Rey con el Calar de Santa Bárbara, en la que aparece el Calar de la Boleta (2.202 m.) al fondo y numerosas bolsas de la procesionaria en los pinos del primer plano.
La falta de medidas de gestión forestal puede agravar esta situación
© José Ángel Rodríguez
Muchos de los pinos silvestres que se han secado eran ejemplares centenarios, de excepcional porte y tamaño. Fotografía tomada en las proximidades de los Prados del Rey.
Ya hemos comentado que una de las posibles causas que ha motivado esta situación, en muchos casos irreversible, aunque afortunadamente se pueda reconducir aún en otros, es la falta de precipitaciones y subida de las temperaturas que se han registrado en los últimos meses, que han debilitado la salud de estos pinos autóctonos, pero si a esto unimos, como también hemos comentado, que las altas temperaturas de los últimos meses ha propiciado que la plaga de la procesionaria haya ascendido hasta estos pinares, cuando no es normal que este insecto complete su ciclo biológico por encima de los 1.800 metros de altitud (zona a partir de la cual se encuentran estos bosques autóctonos), por lo que estando ya debilitados estos pies, la procesionaria al defoliarlos puede terminar de matarlos y que se dispare el número de ejemplares de estos centenarios árboles que se sequen en las próximas fechas.
© Manuel Moreno Muñoz
Pino seco en las proximidades del refugio del Pozo de la Nieve.
No es normal que la procesionaria ascienda tan alto, ya que el frío es un factor limitador para la expansión natural de este insecto, pero lo que tampoco es normal es que estando ante una plaga que ha alcanzado una dimensiones excepcionales en la Sierra de Baza en el otoño del año 2015, que ha afectado a los más singulares y emblemáticos pinares autóctonos de este espacio protegido, que son un ecosistema de especial fragilidad, que se encuentra en el límite de la supervivencia, no se hayan tomado hasta ahora medidas de gestión forestal de tipo alguno y se permita que estos árboles se estén secando y muriendo ante la mayor indiferencia, sin tener presente que “La importancia botánica, biogeográfica y paisajística de las formaciones de P. sylvestris ssp. Nevadensis y, en su conjunto, de toda su fitocenosis, hace necesaria una adecuada gestión para asegurar su preservación de cara al futuro” (OLMEDO COBOS, J.A., 2012).
Algunas de las medidas propuestas por PROYECTO SIERRA DE BAZA
© José Ángel Rodríguez
Pinos oromediterráneos localizados a 2.150 metros de altitud y gravemente infestados por la oruga de la procesionaria.
Aun cuando debe de ser tras un trabajo serio y riguroso, coordinado por un equipo competente y con capacitación en este tema, cuando se propongan las medidas fitosanitarias y de gestión forestal que se deben de afrontar con urgencia en estos lugares, desde PROYECTO SIERRA DE BAZA, queremos hacer una serie de propuestas y sugerencias, sometidas siempre a un mejor criterio, para intentar luchar contra esta grave problemática:
1º) Identificación y recuento de todos los pinos oromediterráneos que se han secado en los últimos meses, con indicación de su perímetro, altura, edad estimada, lugar de localización (altitud y latitud) y características geológicas del sustrato sobre el que se levantaban.
2º) Identificación y recuento de todos los pinos oromediterráneos que presentan signos manifiestos de haber entrado en un proceso de degeneración o secado, con detalle del deterioro que presentan, así como su perímetro, altura, edad estimada, lugar de localización (altitud y latitud) características geológicas del lugar en el que se localiza.
3º) Seguimiento temporal y zonal de la evolución de los daños.
4º) Estudio visual, y su caso de laboratorio, de los árboles que se han secado, para conocer la causa de su muerte.
5º) Control manual de la plaga de procesionaria que se está extendiendo por la zona, con eliminación manual y quema de las bolsas que se acumulan en las zonas infestadas.
6º) Favorecer medidas biológicas para la lucha contra la procesionaria en todo el Parque Natural Sierra de Baza de forma general y en particular en la zona de pinar oromediterráneo.
6º) Limitar, o incluso prohibir, la presencia de la cabaña ganadera en toda esta zona hasta que se normalice y controle esta situación.
Una llamada a la responsabilidad de los gestores de este espacio protegido
© José Ángel Rodríguez
Pino silvestre seco, junto a otros infestados por la oruga de la procesionaria en el Calar de Santa Bárbara.
A la vista de cuanto venimos comentado, ante la gravedad de esta situación, antes de que sea tarde, nuestro SOS de llamada de atención sobre esta problemática, que debe de afrontarse sin demora de tipo alguno, adoptando medidas con urgencia. La vida futura de estos singulares y endémicos bosques oromediterráneos autóctonos de pinos de alta montaña está en juego, por lo que esperamos y confiamos que la administración con competencias en este tema, y que lleva la gestión directa y exclusiva de las masas forestales de la Sierra de Baza, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, no se desentienda y encoja de hombros una vez más, como ha hecho con tantas y tantas problemáticas que nos hemos visto obligados a denunciar públicamente en los últimos años desde nuestra asociación, y actúen de modo urgente y efectivo para salvar nuestros bosques autóctonos de pinos oromediterráneos. La administración que tiene encomendad la gestión de este espacio protegido, tiene una responsabilidad pública e histórica para afrontar esta problemática, ante la que no pueden inhibirse, y para lo que la sociedad les demandamos –exigimos- efectivas soluciones.
© Manuel Moreno Muñoz
Pino silvestre seco en el Calar de Santa Bárbara, paraje de la Umbría del Cautivo.
© Proyecto Sierra de Baza / Diciembre-2015