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Edición Mensual - Año XXVI | Nº 304 - Octubre 2024

NOTICIAS

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Mi experiencia fotográfica con el Trepador Azul (Sitta europea) en la Sierra de Baza


Por José Ángel Rodríguez

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© José Ángel Rodríguez
Trepador azul, en una de sus poses características. 

El Trepador Azul (Sitta europaea), es un pájaro paseriforme de pequeño tamaño (similar al de un gorrión), con un aspecto muy característico e inconfundible, en el que destacan los tonos azulados de su plumaje, y de lo que toma la denominación popular de “azul”, es  colicorto, insectívoro y una especie netamente forestal, que se estima es propia de bosques maduros, por lo que su presencia en un ecosistema forestal es un excelente bioindicador natural de la madurez y salud del medio forestal.

Este pajarillo es de carácter un tanto inquieto y esquivo, se desplaza constantemente mientras trepa por los troncos y ramas de los árboles, comportamiento que ha dado origen a su nombre popular de “trepador”, adoptando posturas acrobáticas, en las que parece desafiar la gravedad, lo que es posible por la excelente musculatura con la que cuenta en sus patas.

Otra curiosidad del Trepador azul, es la de que anida en huecos de los árboles, normalmente abiertos por los pájaros carpinteros, cuya entrada modifica y reduce a su tamaña, añadiendo barro, por lo que la localización de huecos en los árboles con estas características es otro biosigno de la presencia del Trepador azul en un territorio. 

Presencia del Trepador Azul en España y en la Sierra de Baza

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Mapa de la presencia del Trepador azul en la Península Ibérica según el MITECO. 

A nivel mundial el Trepador azul tiene una amplia distribución en latitudes medias del Paleártico, desde la península Ibérica y Marruecos hasta las costas asiáticas del Pacífico (Matthysen, 1998). En Europa, su población se estima en 5.700.000-15.000.000 pp. (BirdLife International/EBCC, 2000). 

Se reparte de forma generalizada, con la excepción principal de las regiones boreales, Irlanda, Escocia y la mayoría de las islas mediterráneas, siendo los países centroeuropeos los que acogen al grueso de esta especie, que también está presente en la Península Ibérica, donde el trepador azul vive fundamentalmente en territorios con nula o escasa sequía estival. Así, es habitual en los bosques de la mitad norte del país. Hacia el sur resulta más escaso y se ciñe a las áreas montanas frescas, salvo en el suroeste, donde desciende hasta el nivel del mar. 

Como se pone de manifiesto en el mapa de distribución de esta especie a nivel peninsular de la ficha que tiene publicada el MITECO y que reproducimos en este artículo, al sur de la región eurosiberiana (Norte de la Península Ibérica) la presencia del Trepador azul se limita básicamente a los principales macizos montañosos: sistemas Ibérico y Central, Montes de Toledo, Sierra Morena, sierra de Cazorla y serranías de Málaga y Cádiz, donde llega prácticamente al borde del mar. Además, se halla bien distribuida en el extremo SO, en Huelva, Badajoz y en el norte de Sevilla.

En la provincia de Granada, según esta publicación, solo está presente el Trepador azul en la zona limítrofe con la provincia de Jaén (Sierra de Castril y de La Sagra), y aunque había citas puntuales por varias serranías de la provincia de Granada, incluida la Sierra de Baza, donde se estimaba era una especie presente con una población escasa y rara, no aparecían aceptadas estas citas.

Mis contactos fotográficos con el Trepador azul en la Sierra de Baza

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De tamaño parecido a un gorrión, el plumaje del dorso y cabeza del Trepador azul es de color azul, siendo su vientre de color marrón claro. Destaca una banda de color negro que atraviesa los ojos y conecta con la base de su pico, largo y fuerte.

Fue el pasado 1 de agosto de este año 2022, cuando con motivo de una sesión fotográfica que inicié a la madrugada de esa jornada, en el Hide de la Cañada del Espartal, el que ha acondicionado recientemente la administración del Parque Natural Sierra de Baza como punto de uso público para la observación y fotografía de fauna silvestre, ha sido cuando he tenido mi primer contacto fotográfico con el Trepador azul, una especie que faltaba en mi archivo fotográfico, integrado por más de un centenar de especies diferentes.

Poco después de las 7:30 de la mañana, del pasado 1 de agosto, ya estaba apostado en el interior de la caseta del observatorio de fauna de la Cañada del Espartal, junto a una charca de agua que se acondicionó para la fauna silvestre en el paraje. La actividad de las aves era notable y la misma iba creciendo conforme el sol calentaba la jornada, que se esperaba  calurosa, al igual que las precedentes jornadas, lo que sin uda iba a condionar y favorecer la presencia de aves en la charca. 

Carbonero garrapino, pinzón vulgar, herrerillo capuchino, carbonero común y arrendajo, fueron –por ese orden- las primeras aves que se acercaron hasta el paraje para beber agua, siendo particularmente abundantes esa jornada los pinzones vulgares, que constituían el ave mayoritaria, con grupos de hasta diez ejemplares entrando en un mismo momento.

Mi sorpresa se produjo sobre las 9 de la mañana, cuando llevaba una hora y media aproximadamente de fotografía, en la que detecté por mi izquierda la presencia de un inquieto y esquivo pajarillo, que rápidamente identifiqué como un Trepador azul (Sitta europaea), una especie que no había tenido la ocasión de fotografiar antes, catalogada de interés especial, y que aunque había sido previamente citada en la Sierra de Baza y como tal incluida en el catálogo de fichas de aves que se publica en la Revista Digital SIERRA DE BAZA, y a la que puede accederse pulsando AQUÍ, es una especie muy rara y poco corriente de ver en la Sierra de Baza.

Casi tan rápido como entró el Trepador azul despareció, aunque no tardó en volver en aparecer, ya que la necesidad de beber agua parecía poderle más que sus recelos por mi presencia en ese lugar, la que sin duda ya había detectado el inquieto pajarillo. Pronto me doy cuenta de que para fotografiar al Trepador azul hay que centrarse en él, seguirlo en todo momento con el objetivo de la cámara enfocándolo, para en la primera ocasión que nos de descargar una ráfaga de fotos.  

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Con el pecho rosado, la cola del Trepador azul es corta y gráficamente ha sido descrito como colicorto.

Pronto compruebo como va tomando confianza el Trepador azul, aunque no para en sus inquietos movimientos, sin tampoco terminar de decidirse a beber agua, pero las oportunidades de hacerle fotos no dejan de presentarse, no dejando de sorprenderme, por conocidas de la especie, las acrobáticas poses que adopta el pajarillo, moviéndose por las ramas cabeza abajo con notoria facilidad, gracias a sus potentes uñas y a una bien dotada musculatura en sus patas.

Al menos tres ejemplares diferentes de Trepador azul me entraron esa jornada, nunca juntos más de uno, aunque sí con visitas cada vez más concentradas y prolongadas conforme avanzaba la jornada, lo que yo me permitía aprovechar para fotografiar a esta especie en diferentes poses y actitudes, de la que al final pude conseguir una buena colección de fotos en esa jornada fotográfica que comparto con vosotros. 

Una especie bioindicadora de la madurez y buena salud forestal de un bosque

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Trepador azul arrancando el vuelo, tras haber atendido sus necesidades de agua en la charca del Hide de la Cañada del Espartal. 

La presencia del Trepador azul en la Sierra de Baza, debe de valorarse como un dato muy positivo de la evolución y madurez de sus masa forestal, ya que se trata de un nidificante troglodita que precisa de bosques maduros de cierta extensión para asentarse, por lo que se ve perjudicada por los incendios forestales, las talas abusivas y la fragmentación del hábitat (Hagemeijer & Blair, 1997; Purroy, 1997). 

Dada su dependencia del arbolado viejo del Trepador azul, resulta especialmente sensible a los efectos de la explotación forestal intensiva (Camprodón, 2001), aconsejándose que en las actuaciones forestales se dejen algunos árboles viejos y maduros, para permitir sus aprovechamientos por la fauna xilófaga y las especies que buscan este tipo de árboles, siendo totalmente rechazables las talas a matarrasa o cortas a hecho, por el impacto que ocasionan en la fauna. 

Aun cuando el lugar donde se localiza este punto de observación de fauna, de la Cañada del Espartal, en el Parque Natural Sierra de Baza, es en una zona de originario pinar de reforestación, se estima que las plantaciones de coníferas constituyen un hábitat apropiado para el Trepador azul cuando se permite que los árboles alcancen una edad avanzada (Tellería, 1992), como ha ocurrido con esta masa forestal, que teniendo sus orígenes en los años sesenta a setenta del pasado siglo, cuanta con una edad superior a los 50 años, por lo que ha ido evolucionando de forma muy positiva, al permitirse que alcance m adurez su masa forestal, lo que a su vez ha permitido que se establezcan en estos bosques una fauna netamente forestal, al favorecer la presencia de árboles maduros y de la madera muerta en el paraje, lo que se ha venido indicando beneficia a la fauna silvestre de un modo muy especial (Gainzarain, 2008).

 Un dato de la positiva evolución de los pinares de reforestación de la Sierra de Baza, que ha alcanzado con su madurez, que se ve refrendada con la presencia confirmada en estos bosques del Trepador azul (Sitta europaea).

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La presencia del Trepador azur en un ecosistema forestal, es una excelente muestra de su salud y madurez.

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