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Edición Mensual - Año XXVII | Nº 297 - Marzo 2024

SECCIONES

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Hábitats de Interés Comunitario del Parque Natural Sierra de Baza y su entorno (XIX)

Espinares y orlas húmedas (Rhamno-Prunetalia)


Código de la Unión Europea: 5110_1

Por José Ángel Rodríguez

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© José Ángel Rodríguez 

PROYECTO  SIERRA DE BAZA
01/11/2022 

Integran este Hábitat de Interés Comunitario (HIC) espinares y rosales submediterráneos que resultan de la sustitución de distintos tipos de bosques o que actúan como vegetación permanente en laderas abruptas, crestas y espolones.

Estas comunidades de arbustos espinosos dominadas por arbustos espinosos, en los que son dominantes especies como el agracejo (Berberis hispanica), el majuelo (Crataegus monogyna) y diferentes especies de rosales (Rosa spp.), apareciendo también otras especies lianoides de género Lonicera, como la madreselva arbórea (Lonicera arborea) o la madreselva espléndida (Lonicera splendida). Especies que en el concreto caso de la Sierra de Baza, se ven enriquecidas por la presencia del endrino de Sierra Nevada (Prunus ramburii), un endemismo granadino-almeriense. 

Todos estos espinares, son en su mayor parte calcícolas, siendo propios de orlas de bosques climácicos y de ambientes rupícolas, con distribución restringida a las béticas y optimo supra-oromediterráneo subhúmedo-húmedo. 

Distribución de este hábitat a nivel comunitario andaluz 

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Mapa de distribución de este HIC a nivel comunitario andaluz. 

Según la publicación “Guía de Identificación de Hábitats de Interés Comunitario de Andalucía” (Junta de Andalucía. Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. Secretaria General de Medio Ambiente, Agua y Cambio Climático, 2020), este HIC se encuentra en la mayor parte de los sistemas serranos béticos de la región, siendo más abundante en las sierras calizas, en altitudes medias y elevadas.

En el concreto caso de la Sierra de Baza está muy bien representado en toda la zona del macizo central, donde son abundantes las orlas espinosas, bien de forma pura o entremezcladas con sabinares-enebrales rastreros. 

Principales características de este hábitat de interés comunitario 

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© José Ángel Rodríguez

Estas formaciones, cuando están bien conservadas, originan paisajes de gran belleza e interés, particularmente en los periodos de floración de sus especies típicas. En la imagen majuelos (Crataegus monogyna) y agracejos (abajo a la izquierda), en floración primaveral, en el claro de un encinar. 

Según la publicación “Guía de Identificación de Hábitats de Interés Comunitario de Andalucía” que venimos comentando, este HIC está integrado por  formaciones arbustivas espinosas de porte alto, generalmente caducifolias, con la presencia de especies lianoides, del género de las madreselvas (Lonicera sps.), prosperando fundamentalmente  en sustratos mayoritariamente básicos, con óptimo en el piso supra-oromediterráneo subhúmedo-húmedo, aunque pueden aparecer puntualmente en el piso mesomediterráneo y en áreas algo más húmedas o secas. Pueden asociarse a suelos profundos y húmedos fuera de los ambientes riparios. En estos casos tienen un alto interés ecológico y conservacionista. 

En Andalucía las especies más frecuentes son el agracejo (Berberis hispanica), varias especies del género Crataegus (majuelos) como Crataegus laciniataC. granatensisC. monogyna (el majuelo más frecuente en la Sierra de Baza), especies lianoides de madreselvas como Lonicera hispanicaL. arboreaL. splendida, el endrino de Sierra Nevada (Prunus ramburii), el espino negro (P. spinosa), el cerezo de Santa Lucia (P. mahaleb), el guillomo (Amelanchier ovalis), varias especies de rosales como Rosa canina, R. pouzinii o Rhamnus catharticus

Estos espinales pueden actuar como orlas y etapas de sustitución de bosques climácicos (acerales, pinares, pinsapares, robledales, quejigares y encinares) o constituir comunidades de carácter permanente en suelos esqueléticos, roquedos, pendientes abruptas, barrancos, espolones, etc. 

Cuando estos espinales aparecen como orlas de sustitución de las comunidades anteriores (bosques caducifolios de acerales-quejigales o de pinos oromediterráneos), se asientan en suelos más profundos, con algo de humedad durante el verano y ocupan lugares protegidos entre los sabinares  el material serial, generalmente de escasa extensión y a veces puntuales (F. Gómez Mercado y F. Valle Tendero, “Mapa de Vegetación de la Sierra de Baza”, 1988).  

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© José Ángel Rodríguez
Agracejos (Berberis hispanica), en la altiplanicie del Calar de Rapa cubiertos por el hielo, en invierno. 

Fauna presentes en este HIC

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© José Ángel Rodríguez
Colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus)​, comiéndose los frutos otoñales de un majuelo. 

Todas las especies espinosas que integran esta comunidad vegetal, son especies que producen abundancia de frutos otoñales, por lo que atraen a las especies de aves frugívoras (comedoras de frutos silvestres carnosos), particularmente paseriformes, como el Zorzal charlo (Turdus viscivorus) o el Mirlo común (Turdus merula), durante todo el año o, en invierno, el Mirlo capiblanco (Turdus torquatus), el zorzal común (Turdus philomelos) o el Colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus)​. Todos ellos son visitantes habituales de este territorio, que también es visitado por algunos mamíferos comedores de frutos silvestres, como la gineta (Genetta genetta), zorros (Vulpes vulpes) y particularmente la garduña (Martes foina) la que no obstante ser un mamífero carnívoro de la familia Mustelidae, encuentra en estos espinales una importante fuente de alimentación y despensa.  

Valores de este HIC y consejos de gestión 

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© José Ángel Rodríguez
Coloración otoñal del Guillomo (Amelanchier ovalis), encaramado en un roquedo calizo. 

Desde un punto de vista de la estructura y la función de los ecosistemas, estos espinales suponen un excelente un reservorio de biodiversidad, por la gran variedad de especies vegetales que  se localizan en este ecosistema vegetal, el que también actúa como estabilizador edáfico, además de aportar el recubrimiento necesario para evitar la erosión y la pérdida edáfica tras lluvias severas. Todo ello sin olvidar el papel paisajístico que representan los espinales y la importante fuente de alimentación que desempeña para la fauna silvestre, junto con el evidente servicio recreativo, educativo y científico que aporta, lo que debe ser tenido muy en cuenta en su gestión forestal.

Como se destaca en la publicación “Bases ecológicas preliminares para la conservación de los tipos de hábitat de interés comunitario en España”, que tiene editada la Dirección General de Medio Natural. Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, a un nivel general, las actuaciones en este HIC, particularmente en los lugares rocosos, escarpados y de difícil acceso, deben de ir dirigidas a contrarrestar sus peligros de los que el mayor peligro viene de la mano de una excesiva presión de herbívoros, en concreto, de ganado doméstico caprino. Por lo que se destaca como si se quieren conservar estos enclaves, ha de controlarse y, en su caso, reducirse las cabezas de ganado que pasten libremente por dichos parajes. En lugares más accesibles, especialmente en los claros de bosque, esta recomendación es de especial relevancia.