Aldeas del Parque Natural Sierra de Baza
Otros lugares de interés
Vista de la zona de Los Pulidos en el nacimiento del Río de Gor
La pretensión de recoger a la largo de una serie de capítulos los municipios y aldeas de Parque es una labor que por completa que se intente siempre será incompleta y es el que la Sierra de Baza, con una presencia ininterrumpida del hombre desde hace al menos 7.000 años, cuenta con tantos vestigios humanos que el intento de catalogar todos estos lugares es una ardua tarea. Sirva este último capítulo, no solo de despedida de las entregas mensuales que se han venido sucediendo a lo largo de más de tres años, sino particularmente de cajón de sastre de todos esos lugares que habitados por el hombre tienen un particular interés que no puede quedar desapercibido.
Comenzamos por el arroyo Bodurria, la columna medular de la red hidrográfica de esta Sierra, en cuya cuenca se localizan lugares tan sugerentes e interesantes como: La Morota, próxima al límite de Almería y a unos kilómetros aguas abajo de la aldea de Los Mellizos, este magnífico cortijo que se emplaza a 1.800 metros e altitud, fue una antigua capellanía, que se utilizaba como pasto de verano. Arredondo, una de las fincas más señeras de esta Sierra, cuyo originario propietarios era la familia Navarrete de Baza, por lo que también era conocida como "Dehesa de Navarrete", en torno a esta finca llegaron a vivir 30 familias en el S. XIX, lo que puede dar idea de su importancia, la que con sus más de 600 hectáreas, de ellas 25 has. de riego y 250 has. de secano, fue adquirida por el Patrimonio Forestal del estado en 1942 por 190.000 Pts.; La Petronila, aguas abajo de Arredondo, una zona en la que en torno al conocido como Molino de la Solanay los pequeños terrenos de cultivo que aquí se localizaban vivieron 17 familias, ahora todo son ruinas, aunque podría recuperarse aún el edificio del molino, uno de las más bellas muestras de los molinos harineros de esta Sierra ; El Barranco de Plaza, al que podemos acceder por el camino que partiendo de Floranes nos lleva a esta zona, un bellísimo paraje del que sin duda nos sorprenderá un edificio con una planta de altura que se eleva sobre la margen izquierda del arroyo y que fue un horno de fundición de plomo, por lo que es conocido como Cortijo de la Fábrica, los hornos, así como las numerosas escorias que quedaron en el lugar son aún visibles, Floranes, cuyo orígenes se remontan al S. XVIII, como antigua capellanía, la que en el S. XIX se desamortizó pasando a manos de la familia López de Hierro, siendo adquirida a mediados del pasado siglo por el Patrimonio Forestal; en los años 90 aquí se acondicionó una Escuela Taller, que llevaba su nombre, con una serie de buenos intencionados propósitos y objetivos que quedaron en su mayor parte inconclusos.
No podemos olvidarnos en la parte más baja de esta Sierra, en el terreno que en el Catastro de Ensenada es conocido como Losares, de importantes cortijos como Medina y Carrillo, una finca que como refiere el historiador de la Sierra de Baza José Sánchez "son tierras muy frescas, de una excelente repoblación natural y muy próxima a la ciudad, por tanto, muy codiciada por sus leñas, maderas y pastos", la finca , que perteneció en el S. XVIII al regidor Don Alfonso Carrillo, que le dejó su nombre a uno de los cortijo con que cuenta esta propiedad, tiene unas 860 has. y es una de las pocas grandes propiedades que aún continúan en manos privadas. Fuente Hellín, una propiedad perteneciente al Ayuntamiento de Baza y que hasta hace pocos años se utilizaba para la elaboración de plantas aromáticas, para lo que había instalado un alambique junto a la fuente que allí se localiza. El Capricho, una bella cortijada, con un importante acuífero, cuyo nombre da perfecta idea de lo que fue la cortijada, aun cuando ahora está en situación ruinosa. El Cortijo de Santaolalla o de la Cruz de la Chaparra, del que nos ocupamos en la Ruta nº 1 de nuestra Guía para conocer y visitar el Parque Natural Sierra de Baza, por lo que remitimos a la información contenida de él en esta publicación.
Dentro del Arroyo de Moras nos hemos ocupado de Tablas y Los Olmos, pero no podemos dejar de nombrar, siquiera sea de pasada, como lo estamos haciendo, lugares como La Dehesa de Moras, en la Cañada Larga, donde nace el arroyo de Moras, un paraje emplazado a 1.900 metros de altitud muy rico en pastos en el que abunda el agua y pasta el poco ganado vacuno que hay en esta Sierra. Segura, una cortijada que se emplazada aguas abajo de Tablas, en un paraje donde se encañona el Moras, por lo que el terreno es muy quebrado. Los Perdigones, con sus dos enclaves de los Perdigones Altos y Los Perdigones Bajos, los que aun cuando hoy son lugares sin el menor signo de vida, fueron unos de los grandes núcleos de población de esta Sierra, que como tal es descrita en el Catastro de Ensenada (1753), en el que llegaron a vivir 14 familias, contando con una escuela rural. El Tajón, que igualmente es citado en el Catastro de Ensenada, y en el que llegaron a vivir 3 familias y que ahora solo es ocupado ocasionalmente por pastores.
En los anteriores capítulos hemos efectuado un pormenorizado recorrido por el arroyo Uclías, aunque no podemos dejar de nombrar a lugares como los Cortijos del Barranco Birlaque, con sus tres núcleos de población: Birlaque Alto, Birlaque de Enmedio y Birlaque Bajo, separados por una longitud total de unos 2 kilómetros, viviendo en este paraje en torno a las 12 familias. El Retamar, un bello cortijo, junto al que ahora se localiza la presa más importante con que cuenta esta Sierra, la conocida como Presa del Retamar. El Cortijo Melchor, ya próximo a los Frailes, aunque dentro del término de Baza, que contaba con un molino,, conocido como Molino de Melchor o de Marguillero, y fue habitado en sus momentos de más densidad por hasta 6 familias, aprovechando la abundancia de agua del paraje y sus tierras muy fértiles. La Mata del Moral y Los Mesas, un conjunto de cortijadas que se localizan aguas abajo de Los Frailes, antes de que el Uclías se junte con el Moras en la zona de La Semana.
Terminamos estas breves notas por la zona del río de Gor, en cuyo nacimiento se localiza la zona de Los Pulidos, unos de los parajes más bellos de esta Sierra y cuya visita bien puede merecer la pena. Con los Pulidos, precisamente ilustramos este último capítulo.
NOTA DEL EDITOR: Como estamos seguros que han quedado muchos datos sin dar a conocer en estos capítulos que pueden ser interesantes que conozcamos, invitamos a cuantos nos han venido siguiendo a que nos hagan llegar la información que estimen oportuna, para corregir los errores apreciados o completar la información contenida en estos capítulos.