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Edición Mensual - Año XXVI | Nº 305 - Noviembre 2024

SECCIONES

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Hábitats de Interés Comunitario del Parque Natural Sierra de Baza y su entorno (XXXIX)

Estanques temporales mediterráneos (*)


Código de la Unión Europea: 3170_0

Por José Ángel Rodríguez


© José Ángel Rodríguez
Una de las lagunas esteparias de la Hoya de Baza, durante un período de inundación de la laguna.

PROYECTO SIERRA DE BAZA
01/09/2024

Los estanques temporales mediterráneos que integran este HIC son masas de aguas temporales: lagunas, depresiones, charcas y todo cuerpo de agua que sufra un ciclo anual de inundación en la estación lluviosa y de desecación parcial o completa, por evaporación y/o percolación, en la época seca estival. 

El agua que se acumula en estas lagunas suele presentar un grado de mineralización y contenido en bases de débil a moderado, con salinidad variable, aun cuando en el concreto caso de la Hoya de Baza, al localizarse en un entorno de yesos, la mineralización y presencia de sales de estas aguas es muy alta y estamos ante humedales propiamente salinos. La presencia de vegetación no es imprescindible para considerar la existencia del HIC, pero cuando existe es una vegetación acuática y/o anfibia dominada por especies mediterráneas de geófitos y terófitos. 

Según la publicación “Bases ecológicas preliminares para la conservación de los tipos de hábitat de interés comunitario en España”. Madrid: Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, 2009, el tipo de sustrato sobre el que se asientan estos estanques temporales, determina, en gran medida, la transparencia del agua a consecuencia de las partículas en suspensión y coloides que dan una turbidez característica a estas aguas y con ello, las comunidades biológicas asociadas.

Distribución de este hábitat a nivel comunitario andaluz

A nivel comunitario de Andalucía está insuficiente estudiado este HIC, de modo que en la publicación “Guía de Identificación de Hábitats de Interés Comunitario de Andalucía” (Junta de Andalucía. Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. Secretaria General de Medio Ambiente, Agua y Cambio Climático, 2020), a la que corresponde esta ilustración, se limita a indicar que “Se localiza puntualmente por todo el territorio andaluz, siendo menos frecuente en el sureste”, no incluyendo ninguna referencia la Hoya de Baza en el mapa de distribución de la comunidad andaluza, aunque está presente, y de un modo muy importante, este HIC en los terrenos esteparios de la Hoya de Baza, como vamos a poner de manifiesto en este trabajo.

Principales características de este hábitat de interés comunitario


© José Ángel Rodríguez
La presencia de agua embalsada de forma natural en un entorno semiárido, como es la Hoya de Baza, en la época de presencia de agua en la laguna, exponencia la atracción para la fauna silvestre de estos lugares.

Se interpreta como integra este HIC toda la masa de agua en los periodos de máximo nivel, esté, o no, ocupada por las comunidades vegetales típicas. Su detección no es sencilla, puesto que se produce una sucesión temporal y espacial de las distintas comunidades vegetales típicas dentro del ciclo hidrológico anual, ocupando éstas, además, extensiones máximas en los años más lluviosos y mínimas en los más secos.

En periodos de fuerte sequía, localizarlos es aún más complicado, puesto que con una duración del agua de pocas semanas estas formaciones no llegan a desarrollarse.

Integran este HIC lagunas, depresiones, charcas, zonas de inundación asociadas a ríos, etc., que sufren un ciclo anual de inundación en la estación lluviosa y de desecación, completa o parcial, debido a la evaporación y, frecuentemente también a la percolación, el resto del año o durante varios años. 

Son muy variables en origen, morfología, tamaño y naturaleza de sus aguas, no obstante, su fuente principal son las lluvias, por lo que su hidroperiodo es muy irregular, dependiendo de la pluviosidad anual. 

Se presentan con más frecuencia en zonas de litología silícea, pero también aparecen en áreas arcillosas, margosas, calcáreas, incluso salinas, sobre sustratos de textura arenosa, o constituidos por limos, yesos, arcillas o margas.

En el concreto caso de los estanques temporales mediterráneos que se localizan en la Hoya de Baza (Granada), estos humedales se localizan sobre terrenos muy ricos en yesos, que presentan una importante salinidad, en porcentaje variable, pero en torno a los 2,5gramos/litro, por lo que todas estas lagunas entran en la consideración de saladares, lo que condiciona importantemente la fauna y flora presentes en los mismos.


© José Ángel Rodríguez
Laguna Grande del Humedal del Baíco durante un período de inundación de la laguna.


Fauna presente en este HIC


© José Ángel Rodríguez
Sapo de espuelas (Pelobates cultripes), uno de los más singulares habitantes de este ecosistema. 

Este tipo de hábitat se caracteriza, por la ausencia-presencia de agua en estos terrenos, los llamados hidroperiodos del humedal. Fluctuaciones naturales que aprovecha la flora, y especialmente la fauna silvestre, para adaptarse a ellas y sobrevivir en estas condiciones, sin problemas, anfibios como el sapo de espuelas (Pelobates cultripes), una especie incluidas en el Anexo IV de la Directiva Hábitats 92/43/CEE, cuya ecología se encuentra íntimamente relacionada con las características de ausencia-presencia de agua en estas lagunas estacionales, tratándose de una las especies de anfibios que mejor soporta este tipo de oscilaciones, de modo que el desarrollo de su metamorfosis (el paso de renacuajo a sapo) es muy rápida y espectacular, estando este sapo adaptado a vivir en lugares que quedan con una total ausencia de agua, para lo que excava con unas uñas que tiene muy desarrolladas en las dos patas posteriores, las llamadas espuelas, una galería en la que va penetrando de adelante hacia atrás hasta quedar completamente enterrado, pudiendo alcanzar la galería más de un metro de profundidad, permaneciendo en estado latente durante meses, hasta que regrese el agua al lugar y entonces despierta para entregarse a una frenética procreación y perpetuación de la especie en el lugar.

Todos estos datos sobre el ciclo del sapo de espuela en estas lagunas temporales, es extrapolable a otra fauna de la que nuestros estudios se han centrado en la fauna de vertebrados, habiendo documentado la presencia, en un número excepcionalmente alto, en claras muestras de la riqueza de estos ecosistemas, de especies como el galápago leproso (Mauremys leprosa) o la culebra de agua (Natrix maura), que se desplazan a estos lugares en la búsqueda de presas, aun cuando son las aves las principales protagonistas, hasta el punto de que aquí se concentran tanto especies de aves propiamente esteparias (gangas ortegas, alcaravanes, calandrias, cogujadas, terreras, alondra, bisbitas, totovías...), como otros típicos habitantes de las riberas como currucas, buitrón, mosquiteros, zarzeros y ruiseñores..., migratorias como golondrinas, aviones, vencejos, abejarucos, abubillas o palomas (tórtola europea, paloma torcaz) junto a otras aves asociadas a la presencia excepcional de agua como el chorlito dorado, la lavandera boyera, algunas bisbitas, limícolas como el chorlitejo chico, andarríos, chico y el grande, el zazarapito real, aguja colinegra, archibebes, común y claro, avoceta común y zancudas mayores como, la garcilla bueyera, la garceta común, los bellos y elegantes flamencos comunes (Phoenicopterus roseus) de paso migratorio que escogen estos humedales salinos para descansar. Particularmente destaca la presencia de la cigüeñuela común (Himantopus himantopus) una bonita y elegante ave zancuda que cría en la zona, y que es una de las especies más confiadas a la presencia humana en el entorno de estas lagunas y por tanto la más fácil de ver en nuestras visitas a estos lugares. 

Valores de este HIC y consejos de gestión


© José Ángel Rodríguez
Humedal del Baíco en la Hoya de Baza.

Como se destaca en la publicación, “Bases ecológicas preliminares para la conservación de los tipos de hábitat de interés comunitario en España”. Madrid: Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, 2009, que ha sido una de las fuentes utilizadas para la documentación de este artículo, las lagunas temporales constituyen, el tipo de masa de agua más frecuente en las zonas de clima árido y semiárido. Estos tipos de masas de agua han prestado tradicionalmente un gran servicio a las poblaciones locales, por las que son bien conocidas dando lugar a una terminología propia para denominarlas en cada región geográfica: nava, navajos o lavajos, charcas, balsa, etc. 

Las zonas donde se forman estas lagunas temporales son deficitarias en puntos de agua, por lo que éstas son profusamente utilizadas, sobre todo por el ganado como abrevaderos, provocando un efecto negativo sobre el ecosistema cuando el pisoteado y consumo de la vegetación y el aumento de la turbidez son excesivos. En el caso del ganado ovino esto sólo afecta a la vegetación litoral pero el bovino afecta a todo el interior de la masa de agua, aportando gran cantidad de nutrientes con sus deyecciones. El uso ganadero y agrícola excesivo en las zonas en que se desarrollan estas lagunas puede producir un aumento de los nutrientes. En casos de contaminación ganadera, el exceso de residuos generados por el ganado puede producir situaciones de anoxia con producción de sulfhídrico y otros gases reducidos. Si la cantidad de materia orgánica alóctona aportada excede la capacidad de depuración del sistema, se produce una situación de anoxia y un ambiente reductor con aguas turbias negras. 

La escasa profundidad relativa de estos sistemas podría provocar una colmatación rápida, pero la cuenca de captación es también pequeña y, por tanto, el aporte natural de materiales terrígenos escaso. 

El deterioro de la zona perimetral más somera por pisoteo del ganado o arado de este terreno para cultivos aumenta la erosión y arrastre de materiales. Una de las prácticas habituales de la ganadería es la excavación de la cubeta para aumentar la profundidad y, con ello, el hidroperiodo, siendo esto contraproducente para la temporalidad y dinámica natural característica de estos ecosistemas.

Además es de destacar como en el concreto caso de la Hoya de Baza, donde se localizan estas lagunas temporales mediterráneas, su principal peligro y amenaza es la desecación artificial de las mismas, mediante zanjas de drenaje (los llamados sangradores en la Hoya de Baza), construidos con la finalidad de evitar que se acumule el agua de forma natural en este terreno y ocupar esta superficie con fines agrícolas, lo que es un grave error, ya que está destruyendo un ecosistema singular que es además de interés prioritario, dentro de los HIC presentes en la comunidad autónoma andaluza.  Debiendo de ser un reto en la gestión de este HIC el de poner en valor estos lugares, dadas sus potencialidades, singularidades y valor de estos ecosistemas, por sus valores biológicos, ecológicos, científicos y didácticos, también turísticos, paisajísticos, recreativos, ornitológicos y fotográficos. Para lo que es preciso desarrollar una serie de actuaciones, las que, con unos mínimos costos, pueden tener una altísima rentabilidad para nuestra zona, al tiempo que permita la puesta en valor de estos lugares, contribuyendo de una forma muy activa a la generación de empleo –directo e indirecto- con la puesta en valor de nuestros recursos y valores naturales, ahora latentes.