Skip to main content

Comprar Guía >> |  Mapa Web >>Buscar >>Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. |

Edición Mensual - Año XXVII | Nº 297 - Marzo 2024

SECCIONES

imagen de decoración

Hábitats de Interés Comunitario del Parque Natural Sierra de Baza y su entorno (XVIII)

Formaciones montanas de Cytisus purgans (Piornales oromediterráneos silicícolas)


Código de la Unión Europea: 5120

Por José Ángel Rodríguez

preview
© José Ángel Rodríguez
Floración estival de la Genista versicolor en la cabecera de la Cañada Larga (Arroyo de Morax), en el Parque Natural Sierra de Baza, en la provincia de Granada. 

PROYECTO  SIERRA DE BAZA
01/10/2022 

Integran este Hábitat de Interés Comunitario (HIC) matorrales de alta montaña situados por encima del límite forestal que se localizan en un sustrato acidófilo. Están dominados por piornales endémicos de aspecto almohadillado de Cytisus purgans y/o Genista versicolor, de las montañas del suroccidente europeo con influencia mediterránea. 

Los factores ambientales que determinan su desarrollo y composición son principalmente la litología y el clima. En Andalucía aparecen sobre sustratos silíceos, y ocasionalmente, sobre sustratos silicio-basícolas, ocupando crestas y laderas bien drenadas, gleras, espolones rocosos y otras situaciones expuestas y venteadas, siempre a partir de los 1700/1800 metros de altitud. 

En general, estas formaciones se ven sometidas a un clima severo frío (con temperaturas medias anuales entre 3°C y 8°C) y un ombroclima de seco-subhúmedo a húmedo, muy variable según la localización, si bien como destaca Olmedo Cobo, J.A. (Biogeografía y Vegetación de la Sierra de Baza, 2019, pág. 161), aunque esta serie (Genisto versicolor – Cytiseto nevadensis Sigmetum) se define para ambientes de ombroclimas subhúmedo, tanto en las cumbres nevadenses de la Sierra de Baza como también en Los Filabres, “aparece bajo condiciones secas, con 550 mm de precipitación media anual como máximo a tenor del análisis realizado de  los datos pluviométricos del cercano observatorio astronómico de Calar Alto”. 

Todos estos piornales, entre noviembre y mayo, puedan aparecer cubiertos por nieve que puede desaparecer y volver a aparecer varias veces durante el invierno y prolongarse hasta mediado de la primavera. Por el contrario, en verano sufren sequía estival y temperaturas elevadas, estando esta vegetación adaptada a soportar estas condiciones extremas. 

Distribución de este hábitat a nivel comunitario andaluz 

preview
Mapa de distribución de este HIC a nivel comunitario andaluz. 

Según la publicación “Guía de Identificación de Hábitats de Interés Comunitario de Andalucía” (Junta de Andalucía. Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. Secretaria General de Medio Ambiente, Agua y Cambio Climático, 2020), este HIC está muy localizado en Andalucía, de modo que se encuentra únicamente en Sierra Nevada, Sierra de los Filabres y Sierra de Baza, lo que nos puede dar una idea de la importancia y rareza de este HIC.

En el concreto caso de la Sierra de Baza está localizado de forma puntual a las cumbres de la zona acidófila del complejo Nevado-Filábride, en la parte oriental del Parque Natural Sierra de Baza, en su confluencia con la Sierra de Los Filabres, compartiendo territorio con el HIC 8220 (Pendientes rocosas silíceas con vegetación casmofítica), del que nos hemos ocupado en la Revista Digital SIERRA DE BAZA de agosto-2022 y del que se puede ampliar información pulsando AQUÍ, de modo que ese ocupa las pendientes rocosas y éste, al que nos referimos en este capítulos, ocupa los terrenos más llanos.

La mayor densidad y riqueza de esta comunidad vegetal la podemos encontrar en el Parque Natural Sierra de Baza en el entorno de la cabecera de la Cañada Larga (nacimiento del arroyo Morax), en la zona del Pico Padilla, en la cuenca alta del arroyo Bodurria: Barranco del Aguadentero y solana de La Fragüilla, así como en las proximidades del Peñón de la Lechera, a lo largo de la línea calcuminal divisoria de la Sierra de Baza y Los Filabres, siendo especialmente detectable estos piornos a final de la primavera y comienzo del verano, cuando alcanzar la máxima floración y su coloración amarillenta destaca en el paisaje.  

Principales características de este hábitat de interés comunitario 

preview
© José Ángel Rodríguez
Estas formaciones, cuando están bien conservadas, originan paisajes de gran belleza e interés, particularmente en los periodos de floración de sus especies típicas. 

Según la publicación “Guía de Identificación de Hábitats de Interés Comunitario de Andalucía” que venimos comentando, estos piornales endémicos aparecen sobre sustratos silíceos, y ocasionalmente, sobre sustratos silicio-basícolas, por encima de los bosques, al estar muy condicionado su desarrollo vegetativo por un clima muy continentalizado (inviernos muy fríos con abundantes nevadas, con veranos muy calurosos y secos) lo que impide el desarrollo de pinares o enebrales rastreros densos, apareciendo, de forma natural, en los suelos menos evolucionados o en lugares muy expuestos al viento y a la insolación, formando matorrales almohadillado-espinosos o pastizales xerofíticos de escaso porte.

Sobre el terreno, estos piornales han sufrido un fuerte proceso de antropización, desde hace siglos, para conseguir, con el uso del fuego y la roturación de las tierras, zonas de aprovechamiento agrícola y particularmente ganadero, obteniendo así prados alpinos para el ganado. También se han visto afectados por plantaciones de coníferas, a lo largo de las décadas de los años 60 y 70 del pasado siglo, aun cuando en los últimos años, con el práctico abandono de la ganadería y de la agricultura de montaña, se han recuperado de un modo ostensible estos piornales y ya ocupan grandes superficies, aunque alejadas de su originaria área de distribución natural.     

preview
© José Ángel Rodríguez
Con una alta densidad en algunas zonas óptimas, pudiendo alcanzar una cobertura de casi el cien por cien del suelo, estos matorrales tienen un buen porte, pudiendo superar el metro de altura en las situaciones más óptimas, como se evidencia con la comparativa de la figura humana caminando por una zona de piornal de las inmediaciones de la Cañada Larga. 

Fauna presentes en este HIC

preview
© José Ángel Rodríguez
Collalba gris (Oenanthe oenanthe) posada en un piorno de genista versicolor, el que utiliza como oteadero, para localizar presas. 

La fauna más característica de este HIC está dominada por las aves que tienen predilección por los espacios abiertos y ambientes de alta montaña como la collalba gris (Oenanthe oenanthe) o el acentor, tanto el común como el alpino (Prunella modularis y P. collaris), la Curruca zarcera (Sylvia communis), la Tarabilla europea (Saxicola torquata), la Bisbita campestre(Anthus campestris) o el escribano montesino​ (Emberiza cia), por citar algunos de los casos más representativos de las especies de aves presentes en este hábitat, que eligen para reproducirse y buscar alimento estos espacios montanos abiertos, lo que se acentúa en las regiones más meridionales y orientales de su distribución peninsular, como ocurre en la Sierra de Baza, donde este territorio es muy visitado por  estas aves, todas ellas especies insectívoras, particularmente en la época de floración de estos piornos, en la que es fácil ver a estas avecillas posadas sobre estos arbustos, los que utilizan a modo de atalaya, desde la que otean y localizan a sus presas, las que pueden ser tanto insectos como arácnidos, también otros pequeños invertebrados.

En las formaciones mejor conservadas y que mantienen unas excelentes poblaciones de enebros que sirven de sustento a diferentes poblaciones de fauna frugívora, podemos ver  especies como el Zorzal charlo (Turdus viscivorus) durante todo el año o, en invierno, el Mirlo capiblanco (Turdus torquatus), que son visitantes habituales de este territorio. 

La presencia de gramíneas herbáceas también facilita que estos territorios sean muy visitados por los herbívoros silvestres, que encuentren en estos espacios una importante fuente de alimentación y también de protección ante los depredadores, al encontrar refugio y protección entre la maraña leñosa arbustiva que forman estos piornos.

Un importante valor ecológico y botánico

preview
© José Ángel Rodríguez
La presencia de elementos botánicos endémicos dentro de esta comunidad vegetal es muy alta, con presencia de camefitos tanto leñosos como herbáceos con marcadas nota de endimicidad.

 

Las comunidades vegetales que integran estos piornales orófilos silicícolas, tienen una gran capacidad para retener el sustrato en unos suelos muy pobres y con poca capa fértil, por lo que desempeñan un importante papel en la sujeción y estabilización de las laderas, también en la regulación hidrológica de las cuencas en que se localizan, siendo igualmente muy importantes para enriquecer el suelo, fijando nitrógeno atmosférico, gracias a su alta proporción de leguminosas entre su vegetación característica. 

A la belleza paisajística de este hábitat, particularmente en la época de floración, unir como aun cuando la cohorte de especies botánicas características del piornal de Genista versicolor es relativamente escasa, como se destaca en la “Guía de Identificación de Hábitats de Interés Comunitario de Andalucía” , en estos entornos serranos, la existencia de sustratos silicícolas y silicícolas-basícolas posibilitan la aparición de variantes edáficas, de G. versicolor junto con la presencia de pies aislados de Juniperus communis subsp. hemisphaerica aparecen junto con elementos basófilos como Juniperus sabina, Erinacea anthyllis, Thymus gadorensis, Astragalus granatensis, etc, todos ellos taxones endémicos de muy alto interés botánico. Donde el suelo está muy alterado, la Erinacea anthyllis, el llamado piorno azul, llega a alcanzar en algunas zonas de estos piornales silicícolas preponderancia, mostrando una indiferencia edáfica. También son habituales herbáceas como Festuca indigesta, F. pseudoeskia, Dianthus brachyanthus, Senecio boissieri, Thlaspi nevadense y Avenella flexuosa subsp. ibérica, entre otras. 

preview
© José Ángel Rodríguez
Piornal de Erinacea anthyllis en la Cañada Larga, junto con prados de Festuca indigesta en la vaguada. 

Principales problemáticas de este HIC y consejos de gestión 

preview
© José Ángel Rodríguez
El aumento de las temperaturas y la progresiva diminución de las precipitaciones, en un área que ya está fuera del límite óptimo para la supervivencia de las especies vegetales que aquí se localizan, es su principal amenaza a corto-medio plazo. 

La reducida extensión de este HIC a nivel comunitario andaluz, limitado a las cumbres silicícolas de Sierra Nevada, Sierra de Baza y Los Filabres, unido a las propias exigencias naturales, que condicionan y limitan la aparición de este tipo de hábitat, como son la climatología y litología; en menor medida influyen también la topografía y la edafología, son los llamados “factores biofísicos de control” que deben de vigilarse más. Las perturbaciones, sobre todo las de origen humano, afectan en diferentes escalas a la estructura y funcionamiento del tipo de hábitat, que se ha visto en los últimos siglos muy condicionado por la ocupación de estos terrenos mediante roturaciones y quemas controladas, para aprovechar sus llanuras para la agricultura de montaña o para obtener prados con aprovechamiento ganadero, usos afortunadamente hoy en día superados, todo lo que debe de llevarnos a una especial atención en su gestión forestal.

Finalmente destacar como entre las amenazas de este HIC, al igual que en lo que respecta a los demás hábitats situados en áreas culminales, son especialmente vulnerables a los fenómenos derivados del cambio climático, su principal amenaza a corto y medio plazo. 

Como se destaca en la publicación “Bases ecológicas preliminares para la conservación de los tipos de hábitat de interés comunitario en España”, que tienen editada la Dirección General de Medio Natural. Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, a un nivel general, las actuaciones en este HIC deberían encaminarse a:

■ Mantener el área de ocupación actual.

■ Evitar las alteraciones severas de origen humano dentro de su área (instalaciones de deportes de invierno; repoblaciones forestales, vías de comunicación, etc.).

■ Evitar intervenciones forestales en zonas afectadas por incendios: realizar un seguimiento de la regeneración natural, planteando estrategias de restauración ecológica tan sólo en los casos en los que esta no manifieste avances significativos (cobertura de al menos 30 %) en un plazo de cinco años. En este plazo, la composición y estructura de los piornales suele ser similar a la anterior al incendio (Faraco et al., 1993; Pérez et al., 2003).

■ Gestionar adecuadamente el uso del fuego y el pastoreo.

■ Restaurar el tipo de hábitat en aquellos lugares (con potencialidad climácica) donde se realizaron reforestaciones con especies de pinos, especialmente allí donde dichas especies no son autóctonas o no forman parte de la vegetación potencial.