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Edición Mensual - Año XXVI | Nº 304 - Octubre 2024

SECCIONES

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 Hábitats de Interés Comunitario del Parque Natural Sierra de Baza y su entorno (XXV)

Pastizales mediterráneos basófilos y ombrófilos, de media y alta montaña


Código de la Unión Europea: 6220_3

Por José Ángel Rodríguez

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© José Ángel Rodríguez
Hábitat característico de una zona de prados mediterráneos basófilos de alta montaña en la Sierra de Baza.

PROYECTO  SIERRA DE BAZA
01/05/2023 

Si en la última Revista Digital SIERRA DE BAZA nos ocupábamos de los Pastos orófilos mediterráneos de Festuca indigesta (Prados ibéricos silíceos de Festuca indigesta), y de los que puede ampliarse información pulsando AQUÍ, este mes nos ocupamos de los pastizales mediterráneos basófilos y ombrófilos, de media y alta montaña, propios de suelos más o menos desarrollados ricos en carbonatos, principalmente de calcio y de magnesio. De modo que es la litología, el suelo en que arraigan estas praderas naturales, la que condiciona la presencia de unos y otros tipos de hábitats de interés comunitario en estos territorios. 

Integran este Hábitat de Interés Comunitario (HIC), pastizales de porte y cobertura variables dominados por especies basófilas anuales o perennes, propios de alta y media montaña. Se reconocen fácilmente por su aspecto característico y su localización en terrenos calizos, incluyendo formaciones propias del piso oromediterráneo y de estaciones favorables del piso supramediterráneo. 

Crecen tanto en topografías llanas y muy innivadas, como en pendientes de sustrato estable o con inestabilidad moderada y que cuenten con una menor innivación, sobre suelos más o menos evolucionados, a veces con bastante pedregosidad superficial. 

La variabilidad florística y fisonómica de estos pastos es muy notable, con gran abundancia de endemismos, lo que se debe a la variación de las condiciones ambientales que soportan (siempre extremas: crioturbación, innivación, sequía estival, etc.) y a los diferentes suelos que colonizan. 

Estos pastizales, son formaciones de talla diversa, ralas en ocasiones, con coberturas variables (densidad medio-alta) y están integrados por plantas vivaces o anuales que se establecen sobre sustratos básicos (calizas y dolomías) y, en ocasiones, sobre arenas dolomíticas kakiritizadas, en entornos de alta y media montaña, supra-oromediterráneos subhúmedos. 

Sus comunidades, presididas por hemicriptófitos y terófitos, son muy ricas en plantas exclusivas, en especial endemismos magnesícolas. Se establecen en claros de otras comunidades de mayor porte y carácter permanente como sabinares, pinares, piornales hiperxerófilos; entre matorrales seriales y pastos vivaces discontinuos, o incluso en repisas rocosas.

Distribución de este hábitat a nivel comunitario andaluz 

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Mapa de distribución de este HIC a nivel comunitario andaluz. 

Según la publicación “Guía de Identificación de Hábitats de Interés Comunitario de Andalucía” (Junta de Andalucía. Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. Secretaria General de Medio Ambiente, Agua y Cambio Climático, 2020), a nivel de la comunidad autónoma andaluza, están limitados a la media y alta montaña de la mayor parte de las sierras dolomíticas y calizas de Andalucía oriental, especialmente en las provincias de Málaga, Granada, Almería y Jaén. Estando ausentes en tola la zona occidental de la comunidad autónoma andaluza. 

En el concreto caso de la Sierra de Baza, los pastizales de la media y alta montaña caliza, son propios del macizo central, aflorando en terrenos que presenten una mínima capa de tierra fértil, tanto en valles, que sufran encharcamiento temporal, como en áreas de cumbre y zonas venteadas que cuenten con un mínimo suelo. 

Principales características de este hábitat de interés comunitario. 

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© José Ángel Rodríguez
Pastizales mediterráneos basófilos de media montaña en la Sierra de Baza en una zona habilitada para el pastoreo. 

Los pastizales mediterráneos, basófilos y ombrófilos, de media y alta montaña tienen gran interés debido a su carácter endémico en la mayoría de los casos, siendo casi exclusivas de Andalucía y, en ocasiones, endémicas y exclusivas de ámbitos muy reducidos (Sierra Nevada, Sierra de la Cabrilla, Sierra del Pozo, Sierra de Baza, Ronda, etc.). 

Destaca su función primocolonizadora y su contribución a la sujeción del sustrato, en especial, en los erosionables suelos arenosos dolomíticos. En general, estos pastizales constituyen la última etapa de degradación de los sistemas forestales o la primera (etapa primocolonizadora) de su restauración. 

Este Hábitats de Interés Comunitario es muy ricos en endemismos béticos y, en general, raros que en el resto del territorio, aparecen de forma puntual en estaciones ecológicas muy concretas. Presentan un papel destacado frente a los procesos erosivos, contribuyendo al control de escorrentías y a la sujeción del suelo. 

Fauna presentes en este HIC

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© José Ángel Rodríguez
Cabras montesas pastando en una zona de prados alpinos.

Todos estos pastizales, son aprovechados como pastos de primavera-verano por la cabaña ganadera, particularmente por el ganado ovino, siendo este su principal uso y aprovechamiento, pero también son frecuentados por rebaños de cabras montesas y ciervos y otros herbívoros silvestres, que aprovechan sus pastos estacionales.

La localización de estos prados entre plantas espinosas y con la presencia de especies arbóreas en su entorno, consolida la presencia de un importante número de aves, que encuentran aquí alimento y protección. 

Valores de este HIC y consejos de gestión

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© José Ángel Rodríguez
Zona de pastizales mediterráneos basófilos de alta montaña, en la zona alta del Barranco de la Fonfría.

La alta presencia de endemismos botánicos dentro de este HIC, su belleza y singularidad, también su fragilidad y rareza, deben de impulsar su preservación, en grave riesgo de alteración por incipiente cambio climático que estamos sufriendo, el que puede producir cambios en la estructura y función de estas comunidades, para lo que se deben de controlar las principales actividades humanas perturbadoras que provoquen alteración en su estado de conservación, ya sea por destrucción directa o por perturbación de elementos que caracterizan la estructura y principales funciones que representan, con control de las actuaciones antrópicas, principalmente las relacionadas con actividades recreativas y deportivas perturbadoras como pueden ser pistas de esquí o circulación con vehículos por estos territorios.

También debe de ser objeto de un especial seguimiento el impacto del cambio climático en el tipo de hábitat, a través del estudio de algunas variables como las temperaturas y las precipitaciones en relación al gradiente altitudinal, con seguimiento de la variaciones interanual del periodo vegetativo y un control de las variaciones en la distribución de la precipitación pluvial y nival mensual, para poder determinar las relación del cambio climático con la estructura y función de este hábitat, al estimarse que el mismo es muy sensible a estas perturbaciones climáticas, y por tanto puede servir de termómetro para el control y predicción de su evolución en otros ecosistemas naturales (José Luis Remón Aldabe y otros, 2009).