Hábitats de Interés Comunitario del Parque Natural Sierra de Baza y su entorno (XV)
Pendientes rocosas calcícolas con vegetación casmofítica
Código de la Unión Europea: 8210
Por José Ángel Rodríguez
© José Ángel Rodríguez
Afloramiento de rocas calizas colonizado por la vegetación rupícola, coronando el valle del arroyo Bodurria.
PROYECTO SIERRA DE BAZA
01/07/2022
Este Hábitat de Interés Comunitario (HIC) se caracteriza por la presencia de afloramientos rocosos calizos, dolomíticos ode materiales geológicos similares, con vegetación casmofítica propia, localizados desde la zona basal del Parque Natural Sierra de Baza hasta las altas cumbres (2269 msnm), siendo a partir de los 1600 metros de altitud, donde presenta su mayor riqueza y biodiversidad.
Aclarar que la flora casmofítica, también es conocida como vegetación rupícola (en alusión a que nace y habita entre las rocas) así como flora mural o vegetación mural, en alusión a los vegetales que viven en paredes verticales o muros, en este caso afloramientos calizos, dolomíticos o de materiales geológicos similares.
Las especies rupícolas casmofíticas suelen ser nanocaméfitos (plantas herbáceas o leñosas que viven varios años y con las yemas por encima del suelo pero a menos de 25 cm de altura, siendo normalmente matas) y hemicriptófitos (plantas herbáceas vivaces, al menos bienales, cuyas yemas de reemplazo subsisten a ras del suelo), adquiriendo carácter de vegetación permanente, quedando al margen de cualquier dinámica de vegetación, aunque estando muy condicionado por la litología y también por otros factores como grado de pendiente y particularmente insolación que recibe (solana/umbría).
Los géneros más comunes en Andalucía son Antirrhinum, Chaenorrhinum, Campanula, Hormathophylla, Draba, Saxifraga, Sarcocapnos, Potentilla, Linaria, Silene, Hypericum, Centaurea, Teucrium, etc. También medran helechos de géneros como Asplenium, Ceterach, Pleurosorus, Cheilanthes o Cosentinia, además de diversas especies briofíticas.
En el concreto caso de la Sierra de Baza, además de las especies propias de este HIC, se localizan un elevado número de especies con una alta tasa de endimicidad, por las peculiares características de este macizo montañoso, como ocurre con la Arenaria tomentosa, el Iberis granatensis, Campanula hispanica, Latuca granatensis o Sarcocapnosplcherrima, una especie en peligro de extinción en Andalucía.
Siguiendo a OLMEDO COBO JA(2019), pasamos a numerar las principales comunidades de roca basófilas o calizas que se han reconocido en la Sierra de Baza:
- Jasonioglutinosae – Teucrietum rotundifoliae (Pérez-Raya y Molero, 1988).
- Sarcocapnetumpulcherrimae (Cuatrecasas ex. Esteve y Fernández).
- Sedetummicrantho – sediformis (Bolós y Caselles en Bolós 1981).
- Parietarietumjudaicae(Oberderfer 1977).
- Antirrhinohispanicae – Putorietumcalabricae (Pérez-Raya 1987).
- Erophilo-Hornungietumpetraeae (Alcaraz 1984).
- Teucrio rotundifolii – Kerneretumboissieri (Quézel 1953).
- Erodiodaucoidis – Saxifragetumerioblastae (Pérez-raya y Losa Quintana 1986).
- Crepidi granatensis – Iberidetum granatensis (Quézel 1953).
Distribución de este hábitat a nivel comunitario andaluz
Mapa de distribución de este HIC a nivel comunitario andaluz.
Según la publicación“Guía de Identificación de Hábitats de Interés Comunitario de Andalucía” (Junta de Andalucía. Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. Secretaria General de Medio Ambiente, Agua y Cambio Climático, 2020), este HIC se localiza principalmente en sierras calizas y dolomíticas de la mitad meridional y nororiental de la región. En el resto del territorio aparece en áreas puntuales y de pequeña extensión.
En el concreto caso de la Sierra de Baza, aunque no se ha citado como presente este HIC en esta publicación, si aparece en la publicación “Bases ecológicas preliminares para la conservación de los tipos de hábitat de interés comunitario en España”, que tiene editado el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, está muy bien representado en toda la zona caliza del macizo central, en los calares y zonas de altas cumbres, y también a lo largo de la depresión del arroyo Bodurria, así como en los diferentes paredones calizos que podemos encontrar en este territorio.
Principales características de este hábitats de interés comunitario
© José Ángel Rodríguez
Saxifragaerioblasta.
Popularmente conocida con el nombre de rompepiedras, por su tendencia natural a crecer entre las fisuras de las rocas calizas de las altas montañas béticas, a las que abre fisuras, es una bella planta perenne y tapizada de un llamativo color verde, que nace entre los huecos de los paredes calizos húmedos. Su floración, muy espectacular, y consiste en numerosas y vistosas florecillas blancas en la época estival, situación que reproduce la imagen.
Según la publicación“Guía de Identificación de Hábitats de Interés Comunitario de Andalucía” que venimos comentando, en Andalucía este hábitat incluye toda la pared rocosa con independencia de que su vegetación típica ocupe solo parte. Además,con cierta frecuencia, las dimensiones de las paredes y su inaccesibilidad hacen prácticamente imposible detectar la presencia de la vegetación característica, por lo que se atiende más a la vegetación potencial que a la efectivamente comprobada.
A grandes líneas, destacar como este hábitats incluye roquedos (farallones, cantiles, cinglos, paredones, escarpes, cortados, riscos, peñas…) de naturaleza calcárea que alojan comunidades vegetales abiertas de plantas perennes enraizadas en las fisuras y grietas.
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Silene boryi, un endemismo íbero-marroquí, en las paredes calizas del Calar de San Sebastián a 2000 metros de altitud.
El medio rocoso es restrictivo para las plantas en cuanto a disponibilidad de agua, nutrientes y oportunidades para la fijación y arraigo de propágulos, por lo que las plantas que aquí se localizan medran en oquedades y fisuras, que contienen a veces algo de sustrato, formando generalmente comunidades de escasa cobertura, aunque pueden presentarse compactadas y con una muy alta biodiversidad.
Como destacan GÓMEZ MERCADO y VALLE TENDERO (Mapa de Vegetación de la Sierra de Baza, 1988), en general los taludes rocosos constituyen ecosistemas extremadamente selectivos para los vegetales que los colonizan. La naturaleza química de la roca, la naturaleza física del sustrato y las condiciones climáticas de la zona, también el grado de insolación y luminosidad, inciden directamente en la vida vegetal, ya que carecen de un suelo evolucionado que palie estos fenómenos. En estas condiciones predominan plantas de biotipo casmofítico, provistas de gran aparato radicular leñoso que se introducen en los intersticios de la roca, del que emergen numerosos tallos de naturaleza herbácea, tomando con frecuencia la parte aérea un porte hemisférico. Estas ecologías constituyen importantes centros de especialización, por lo que son muy ricas en elementos endémicos.
Fauna presentes en estas pendientes rocosas calcícolas
© José Ángel Rodríguez
Búho real (Bubo bubo) es una de las especies características de este hábitat, donde se refugia y nidifica en grutas y oquedades que se abren en estos paredones, en lugares inaccesibles al hombre y otros depredadores.
La fauna rupestre de vertebrados de estas pendientes rocosas es muy rica y diversa, destacando las aves: rapaces (buitre común, águila real, águila perdicera, halcón peregrino, búho real, etc.) y paseriformes (roquero rojo y roquero solitario, treparriscos, chochín, avión roquero, etc.), encontrando aquí también refugio un importante número de reptiles, particularmente lagartijas, las que se mueven por estos paredones en termorregulación corporal. Los mamíferos están también muy bien representados, siendo la cabra montés (Capra pirenaica) la especie más representativa de estos roquedos, si bien es en el grupo de los murciélagos donde especies como el murciélago de montaña (Hypsugo savii) o elPipistrellus kuhlii, tienen en este hábitat su refugio preferente (FORNÓSASTÓJJ y otros).
Principales problemáticas a las que se enfrentan las pendientes rocosas calcícolas con vegetación casmofística
© José Ángel Rodríguez
Impacto ocasionado en un roquedo calizo por la actividad minera en el Calar de Santa Bárbara.
Aun cuando, atendiendo a la localización de este tipo de HIC, preferentemente en cotas topográficas elevadas y de pendientes acentuadas, las pendientes rocosas con vegetación casmofítica a nivel general no han sufrido una importante presión antrópica, sí ha sufrido las agresiones por minería y aprovechamiento de las calizas y dolomías que aquí se localizan con fines ornamentales, para la construcción o aprovechamiento de los minerales que se encuentran en los filones que aparecen en estos enclaves geológicos, lo que es especialmente visible en lugares como la zona central del Parque Natural Sierra de Baza, aun cuando la restauración minera llevada a cabo en los últimos años en este espacio protegido, ha paliando de una forma muy importante este impacto visual y paisajístico.
El hecho de que la vegetación rupícola que desaparece no es sustituida por otra, de modo que habría que esperar a su regeneración natural, si es que llega a producirse (OLMEDO COBO JA (2019), nos pone de manifiesto la fragilidad de este ecosistema, en el que el incipiente cambio climático puede ser el principal facto de amenaza, pero también los propios procesos erosivos que sufren estaos paredones calizos tanto por causas meteorológicas (meteorización física principalmente), como por la actividad biológica de las raíces de las propias plantas en crecimiento, las que pueden contribuir al proceso erosivo que sufren estos cantiles, al tiempo que los rejuvenece continuamente.
El crecimiento de todas estas plantas determina la destrucción del hábitat y el comienzo de un nuevo proceso de sucesión primaria. Este proceso es extremadamente lento, aunque ocasionalmente podemos constatar cómo fragmentos de la pared se han desprendido durante el invierno o durante fuertes tormentas encontrándose los restos al pie del cantil.
Un importante valor paisajístico y ecológico
© José Ángel Rodríguez
En algunas oquedades de estas paredes calizas podemos encontrar importantes expresiones de la biodiversidad vegetal: en la imagen Anthyllis vulneraria, Acinusalpinus, Arenaria armerina ssp. caesia, entre otras especies, comparten territorio en hueco calizo del Calar de Santa Bárbara.
Como se destaca en la publicación “Bases ecológicas preliminares para la conservación de los tipos de hábitat de interés comunitario en España”, que tiene editado el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, la que también ha sido consultada en la redacción de este trabajo, “las superficies rocosas calcáreas poseen un valor paisajístico importante. La protección de su variedad paisajística y su funcionalidad geomorfológica, son condiciones imprescindibles para la recuperación y mantenimiento de su riqueza ecológica. La variación de la fauna y, especialmente, de la flora entre localidades y su elevado grado de endemicidad constituyen elementos naturales que, a simple vista, permiten reconocer la salud ambiental de un medio de montaña”, por lo que mantener la buena salud y buen estado de conservación de estos HIC debe de ser una actuación preferente en la gestión de todo espacio protegido.