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Edición Mensual - Año XXVI | Nº 305 - Noviembre 2024

SECCIONES

imagen de decoración

Lugares de interés del entorno

Desierto de Gorafe


 Panorámica del desierto de Gorafe cona la Sierra de Baza cubierta por la nieve, al fondo.
© José Ángel Rodríguez 

En las inmediaciones del Parque Natural Sierra de Baza (2.269 m.), aguas abajo, a la izquierda, del lugar donde se levanta la presa del Negratín, se localiza uno de los paisajes más singulares y desconocidos de la geografía nacional. Aquí existió un gran lago interior que hace varios millones de años se rompió por uno de sus lados dejando, tras evacuarse las aguas, uno de paisajes más maduros y peculiares de los altiplanos esteparios y que se nos presenta ante nosotros como si hubiera sido modelado por las manos de un gigantesco alfarero.

Este paisaje ha sido definido como ÚNICO y comparable a lugares tan emblemáticos como el desierto de Petra en Jordania, aunque evidentemente no tienen su popularidad y renombre (puede verse este enlace del diario EL MUNDO: AQUÍ)

Si el viejo continente de modo general y, en mayor medida la región mediterránea, es un lugar cuyo paisaje ha sido modelado por el hombre a lo largo de los últimos miles de años, de modo que la generalidad del paisaje que ha llegado hasta nuestros días, es el resultado de la actuación humana, afortunadamente aún podemos decir que se conservan pequeños enclaves, que por sus peculiaridades geológicas e inaccesibilidad, se nos presentan hoy en día ante nosotros con el aspecto que pudieron tener decenas de siglos atrás. Ha sido en los últimos 10.000 años cuando se genera el característico paisaje de cárcavas y el profundo encajamiento de las ramblas y ríos de la Depresión de Guadix-Baza, hasta adquirir el aspecto que conocemos en la actualidad, localizándose aquí "el registro sedimentario más continuo de los medios continentales de los últimos siete millones de años de la historia de la Tierra que existe en la Península Ibérica y en toda Europa Occidental" (Julio Aguirre, 2004).

Uno de estos paisajes primitivos o vírgenes, como también se les llama, es el entorno que representamos en esta escena, en el que aparece sobrevolándolo un Buitre leonado (Gyps fulvus) en busca de carroña de la que alimentarse. Sin duda alguna, divisa el ave desde las alturas, un paisaje y lugar que no se encuentra muy alejado del que han sobrevolado sus congéneres y pretéritas generaciones, desde hace varios miles de años atrás.
© José Ángel Rodríguez 

Dos zonas geológicas perfectamente diferenciables entre dos grandes ríos

El desierto de Gorafe se encuentra perfectamente definido y delimitado por dos grandes ríos: al este (oriente) el Guadiana Menor y al poniente (oeste) el río de Gor. Dentro de este conjunto o espacio físico hay dos zonas geológicamente muy diferentes y con claras diferencias paisajísticas: una, la emplazada en la parte más occidental, al oeste y próxima al Río de Gor, en la que dominan las arcillas rojas y los grandes cañones, alguno de más de 100 metros de desnivel; y, otra, emplazada en la parte más oriental, al este y próxima al Río Guadiana Menor, en la que dominan las arcillas blancas, siendo de menor altura los cañones y con aspecto más pulimentado por el tiempo. Un lugar de gran belleza dentro de la zona de las arcillas rojas es el paraje de Los Coloraos, lugar con el que se conoce uno de los más bellos parajes del desierto de Gorafe, que son llamados así por los característicos colores que tienen los cañones de arcilla roja que se localizan en este lugar. También son las paredes de mayor desnivel del valle y permiten apreciar en su visionado la estratificación (registro geológico) que dejó el gran lago interior de la Depresión de Guadix-Baza que aquí existió, a lo largo de los millones de años en que los estratos del lago se fueron acumulando en su cubeta. 

Panorámica de Los Coloraos en el desierto de Gorafe en la zona de arcillas rojas.
© José Ángel Rodríguez 

¿Cómo llegar a este lugar?

El acceso al desierto de Gorafe puede efectuarse desde varias zonas, aunque nosotros vamos a recomendar hacerlo por la entrada al Parque Megalítico de Gorafe, para ello y tomando la referencia de la ciudad de Baza, conduciremos nuestro vehículo en la dirección de Granada por la A-92N, para tomar el desvió de Gorafe (a la derecha de nuestro sentido de circulación y seguir por el amplio llano que conduce a Gorafe, conocido como Llano de Olivares, a lo largo de una carretea completamente recta, hasta que vemos que la carretera efectúa un giro descendente muy brusco hacía la izquierda, continuando nosotros recto, saliendo de la carretera que hemos traído, para seguir por un camino asfaltado y entrar a los pocos metros en una zona de aparcamiento muy amplia de casi 1.200 metros cuadrados, que sirve también como zona de descanso y punto informativo del Parque y sus rutas.

Siguiendo por el camino rural que conduce a lo largo de la terraza que da vistas al Valle del Río de Gor y deja el pueblo de Gorafe a su izquierda y los llanos de Olivares a la derecha, penetraremos en la zona del desierto de Gorafe. Por las características arcillosas del suelo tenemos que tener la precaución de no adentrarnos por las pistas forestales que cruzan el desierto en época de lluvia, ya que la circulación en estas condiciones es imposible en algunos tramos.