Lugares de interés del entorno
Cuevas de la Hafas
Por José Ángel Rodríguez
Cuevas de la Hafas en su panorámica desde la ribera del río Guardal
© José Ángel Rodríguez
Con el nombre de Cuevas de las Haffas, se localizan en nuestra zona dos enclaves de cuevas en paredones verticales de arcilla (acantilados) de origen histórico muy similar y ambas en el término municipal de Benamaurel, unas, las conocidas como Las Haffas de la Moraleda, que se localizan junto al casco urbano de Benamaurel, en las proximidades del Barrio de la Alhanda, dando vistas a la carretera de Cortes de Baza y Castillejar, y, otra, de las que nos vamos a ocupar en esta breve reseña, conocidas como las Haffas de Puente Arriba, que se emplazan en las proximidades del núcleo de población de Puente Arriba, en Benamaurel, de donde toma su nombre, junto al Río Guardal, en las proximidades de la actual carretera de Castillejar, en el paraje de la llamada Cañada del Salar, en un tramo de fértil vega aluvial, que se aprovecha para los cultivos hortícolas.
El origen de estas cuevas, al igual que otras de similares arquitectura que se localizan en nuestra comarca como las Cuevas de la Morería en Castillejar o las Cuevas de los Algarves de Gorafe, o las Cuevas del Barranco del Espartal, en Baza, con las que presentan grandes similitudes constructivas y adaptativas, encontrándose excavadas, unas y otras, en acantilados de yeso, parece que es medieval, en concreto se han datado entre los S. XI - XII, coincidiendo con la invasión almohade, aunque se estima que se ocupación en el tiempo no se limitó a estos concretos períodos de nuestra historia, sino que han venido siendo utilizadas como refugio de los moriscos y se han ocupado, al menos, en los años posteriores a la Conquista Cristiana, a lo largo del S. XVI, en que se mantuvieron estos poblamientos, con un carácter marginal y de reducto morisco con respecto a los poblamientos cristianos más próximos.
Todas estas cuevas tenían una doble funcionalidad y servían como lugares de poblamiento pero también tenían unas marcadas funciones defensivas, para lo que se abrían en lugares acentuadamente escarpados y en muchos casos inaccesibles de un modo normal, sino era utilizando escalas, cuerdas, largas escaleras o troncos de árboles apoyados junto a su paredes, como también se ha apuntado se ha podido acceder a estos lugares.
El emplazamiento de las Cuevas de las Haffas de Puente Arriba, está estratégicamente elegido por sus antiguos moradores, de modo que se excavaron en una pared vertical que alcanza los 25 metros de altura, en un espolón completamente aislado, de modo que por la espalda aparece el terreno del cerro en que se excavan, y por el resto de vientos aparece rodeado por los meandros que forma el río Guardal, con un ostensible caudal durante todo el año, así como por acequias excavadas en la pared del cerro, a modo de túneles por los que se conducía el agua de riego (los llamados qannats), todo lo que hacía al lugar muy inaccesible y por tanto con unas condiciones defensivas naturales excelentes.
Detalle de las puertas de acceso a algunas de las cuevas que se localizan en la zona más baja del conjunto troglodita.
© José Ángel Rodríguez
Las Cuevas de las Haffas de Puente Arriba, han sido objeto de algunos estudios y trabajos, todos ellos superficiales, de los que podríamos destacar el que publicaron en agosto de 2009, Antonio Reyes Martínez, Ángel Rubio Cintas y Pedro Antonio López Sánchez, en la Revista Péndulo nº 10, con el título de “APROXIMACIÓN AL ESTUDIO DE LAS HAFFAS DE PUENTE ARRIBA. BENAMAUREL (GRANADA)”, trabajo en el que efectúan una descripción arquitectónica de estas cuevas, si bien admiten que no pudieron acceder a las emplazadas en la parte más alta, por que sus conclusiones son parciales y limitadas a las cuevas inspeccionadas por los autores. Destacando como todas las cuevas a las que pudieron acceder, responden a similares patrones constructivos. La mayoría de ellas disponen de una sola estancia e indican que sus dimensiones suelen estar en torno a los 4,64 metros de fondo, mientras que el ancho está en torno a los 2,37 metros y el alto a los 1,80 metros, aunque indican que hay varias excepciones y han podido constatar la existencia de algunas cuevas de mayores dimensiones o, incluso, otra que tiene varias dependencias repartidas en tres alturas. Aun cuando el mayor interés arquitectónica de las cuevas que pudieron visitar lo asignan a la popularmente conocida como “el palomar” un habitáculo en el que se encuentran una serie de hornacinas de reducidas dimensiones en cada una de sus cuatro paredes y dispuestas en hilera, pensando que pudiera en realidad tratarse de eremitorios, para depositar reliquias, con funciones religiosas, o un columbario (nichos destinados a contener urnas cinerarias), aunque nada de ello ha podido confirmarse y todo forma parte de las hipótesis y conjeturas.
Otro elemento destacable dentro de este conjunto constructivo y arquitectónico del poblado troglodita de las Haffas de Puente Arriba, es que en la parte superior del cerro, en la cubierta de las cuevas, se localizaban una serie de silos excavados en la tierra para almacenar cereales, hoy en día muy alterados por los movimientos con maquinaria pesada que se hicieron para repoblar la zona con pinos a final del pasado siglo. Estimándose que pudieran existir en torno a unos 40 de estos silos, número tan alto que hace pensar que cada uno de ellos fuera del uso privativo de cada una de la familias que habitaban el poblado.
El interés de la zona es también, geológico, paisajístico, faunístico y botánico
Panorámica del valle del Río Guardal en la zona donde se localizan las Cuevas de las Haffas de Puente Arriba, con los impresionantes cañones de arcilla que delimitan en uno de los laterales el fértil valle fluvial del río Guardal.
© José Ángel Rodríguez
Las Cuevas de las Haffas de Puente Arriba en Benamaurel, tienen un incuestionable y evidente interés histórico, tanto por su origen almohade como por las peculiaridades y originalidades constructivas que presentan y ser un tipo de hábitats muy raro y poco frecuente en la Península Ibérica, que bien merece su conocimiento y un estudio más exhaustivo; también su conservación y puesta en valor. Pero el paraje en que se localiza este enclave tiene otros intereses añadidos, que nos hacen recomendar la visita a este maravilloso lugar. Nos estamos refiriendo a su geología y paisaje, de una manifiesta belleza, pero también a la interesante fauna silvestre que aquí se localiza, con la presencia de una fauna asociada al río Guardal y las vegas aluviales que se localizan a lo largo de su curso muy, rica y variada, con especies presentes como el galápago leproso, la culebra de agua, varias especies de peces, topos, ginetas, gatos monteses, garduñas, tejones, y un largo etcétera, así como aves muy llamativas que hemos tenido ocasión de poder contemplarlas cazando peces y ranas desde los troncos semisumergidos caídos al río, como garcetas, garzas reales e imperiales, además del siempre vistoso martín pescador, que anida en este tramo fluvial, uno de los pocos lugares en que lo hace en nuestra zona. Si a todo esto añadimos que la ribera del río está muy bien conservada, formando un perfecto bosque galería con especies como fresnos, almecinos, además del chopo blanco, entrelazados con enredaderas naturales (los llamados biotipos lianoides ibéricos) como rosales silvestres, hiedras, zarzamoras, madreselvas o la rubia peregrina…, podemos hacernos la idea de las singularidades de este lugar tan especial de nuestra geografía comarcal, y que bien puede merecer una pausada visita.
Cómo llegar a este lugar
Aldea troglodita almohade de las Cuevas de las Haffas de Puente Arriba
© José Ángel Rodríguez
Para visitar el lugar donde se localizan las Cuevas de las Haffas, tomando como punto de referencia y partida la ciudad de Baza, debemos dirigirnos por la llamada Carretera de Benamaurel (A-4200) en dirección a esta población y continuar nuestra marcha hasta tomar a la altura del kilómetro 15 el desvío que nos lleva a la población de Castillejar. Continuando la misma durante aproximadamente 1,800 Kms y poco antes de llegar al núcleo de población de Puente Arriba, que es visible ya, tomar un camino asfaltado que arranca de su derecha (el único asfaltado en el lugar), justo en el tramo en que la carretera comienza a descender, para continuarlo unos centenares de metros, apreciando desde el mismo camino el acantilado en que se abren las numerosas cuevas de las Haffas dando vistas al Río Guardal, que queda a la izquierda del camino.
Está totalmente desaconsejado el acceso con vehículo al paraje donde se enclavan las cuevas de las Haffas de Puente Arriba, y peatonalmente solo podemos hacerlo a través de un modesto puente que se localiza próximo al núcleo de población de Puente Arriba. Pero en cualquier caso es muy complicado el paso al lugar y desde luego muy peligroso el acceso a las cuevas, por lo que debemos contentarnos con la panorámica de las mismas, y de su bellísimo enclave, desde la ribera del Río Guardal.