Hábitats de Interés Comunitario del Parque Natural Sierra de Baza y su entorno (VII)
Matorrales arborescentes con Juniperus spp.
Código de la Unión Europea: 5210
Por José Ángel Rodríguez
© José Ángel Rodríguez
Matorral arborescente con la presencia dominante de sabina mora (Juniperus phoenicea subsp. phoenicea), en la cara este del Calar de Casa Heredia, con la vegetación característica de esta comunidad vegetal
PSB 01/11/2021
Este Hábitat de Interés Comunitario (HIC), está integrado por formaciones arborescentes presididas por cupresáceas del género Juniperus, principalmente Juniperus phoenicea subsp. phoenicea, la llamada sabina mora y Juniperus oxycedrus, el popularmente conocido como enebro de miera. Los ejemplares de Juniperus dominantes en este hábitat, pueden alcanzar porte arborescente pero, por su tipo de crecimiento, se consideran arbustos de gran tamaño.
Sobre una y otra especie, puede ampliarse información en las respectivas fichas que sobre estas especies se publican en la Revista Digital Sierra de Baza, pulsando sobre los siguientes hipervínculos internos:
Juniperus phoenicea subsp. phoenicea. Sabina mora.
Juniperus oxycedrus. Enebro de miera.
Formando también parte del estrato arbóreo de este HIC, pueden aparecer algunos pies de encinas, así como pinos dispersos, pero también se presentan como sotobosques de pinares de Pinus nigra subsp. salzmanii (pino salgareño) o de Pinus halepensis (pino carrasco), en las zonas más basales y termófilas.
Este hábitats, puede presentarse tanto en suelos ácidos como básicos, pero prefieren los sustratos calcáreos con escaso desarrollo edáfico, ocupando los pisos basales o medios hasta unos 1.600/1.800 metros de altitud, en las caras más soleadas y termófilas, soportando un amplio rango de precipitaciones (desde 250 mm anuales en las localizaciones más secas, hasta los 1.200 mm en las más húmedas). Las especies presentes en esta comunidad vegetal, también son capaces de sobrevivir en los duros climas continentales con importantes oscilaciones de temperatura, que pueden ir de los +40º C a los -25º C (Gómez-Manzaneque, 1997).
Se trata de formaciones de sustitución de bosques naturales de distinto tipo, actuando generalmente como etapa preforestal arbustiva, aunque a veces son comunidades permanentes en condiciones ambientales desfavorables (situaciones rocosas, zonas secas, etc.), que impiden la evolución hacia el bosque (D. Montesinos y D. Garcia, 2009).
Mapa de la distribución de este hábitat a nivel comunitario andaluz
Según la publicación “Guía de Identificación de Hábitats de Interés Comunitario de Andalucía” (Junta de Andalucía. Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. Secretaria General de Medio Ambiente, Agua y Cambio Climático, 2020), de la que procede esta imagen este hábitat se encuentra presente en la mayor parte de los sistemas serranos de la región, sobre todo en las montañas béticas. Es muy escaso en el tercio oeste y en las provincias de Córdoba y Almería.
El óptimo de la vegetación propia de este HIC, pertenece a la serie edafoxerófila subbética supramediterránea subhúmedo-húmeda y calcio-dolomítica de Pinus nigra con Juniperus phoenicea del piso supramediterráneo, aunque como hemos comentado sobre el terreno este hábitat se extiende con un rango altitudinal más amplio que va desde los pisos basales o medios (mesomediterráneo) hasta unos 1.600/1.800 metros de altitud (supramediterráneo), en las caras más soleadas y termófilas, abarcando también un rango de precipitaciones más amplio, que va desde los 250 mm anuales en las localizaciones más secas, hasta los 1.200 mm en las más húmedas.
Un HIC muy bien representado en el conjunto del Parque Natural Sierra de Baza
© José Ángel Rodríguez
Ladera rocosa dominada por los ejemplares de Sabina mora en las proximidades de Las Balsillas
En el concreto caso de la Sierra de Baza, este HIC abarca un amplio terreno, que abarca la orla que rodea la zona media y basal de los calares del macizo central del Parque Natural Sierra de Baza. Siguiendo a José Antonio Olmedo Cobo en su documentada y rigurosa publicación “Biogeografía y Vegetación de la Sierra de Baza. Una montaña intensamente humanizada”, Granada 2019, los principales nichos ecológicos de esta comunidad vegetal “corresponden a laderas rocosas y, por ende de gran xericidad edáfica, donde, bajo condiciones climáticas paulatinamente más rigurosas, ni encinares ni acerales pueden desarrollarse eficazmente”, destacando este mismo investigador como la configuración de esta serie de vegetación presenta como característica local, una doble facción, ya que mientras en la umbrías más húmedas, sobre todo en la mitad superior del piso supramediterráneo, el pinar edafoxeróifilo se desarrolla con una presencia meramente testimonial de la sabina mora y una cohorte florística muy similar a la de los encinares e, incluso, a la de los acerales; y, por el contrario, destacada como en los medios más líticos y con orientaciones más soleadas, especialmente en los afloramientos de mármoles cipolínicos, con fuertes pendientes, el sabinar moruno llega a tener mayor protagonismo que el pinar, el que llega incluso a desaparecer, desarrollándose tan solo aislados ejemplares de pino salgareño o laricio. Estimándose que es la disponibilidad de humedal edáfica, por el contraste entre solanas y umbrías, dentro de las condiciones edafoxerófilas en ambos casos, la causa probable de esta diferenciación.
Un hábitat con muy alto interés ecológico y valor paisajístico
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Sabinas moras en las crestas calizas que dan vistas a los terrenos esteparios de la Hoya de Baza, en la zona del Enebro
Estos sabinares de sabina mora y los enebrales de enebro de miera, de que venimos ocupándonos, poseen un valor paisajístico indudable, al tiempo que su importancia ecológica es enorme, ya que a menudo sobreviven en ambientes hostiles, formando estructuras características de alto valor estético, como pueden ilustrar las imágenes que publicamos de eta comunidad vegetal.
Otro aspecto a destacar es que las especies de Juniperus presentan gran resistencia y resiliencia a los cambios, gracias a su longevidad y temperamento austero. Tienen un interés añadido para su conservación debido a su carácter relíctico, testigos de las condiciones climáticas reinantes en tiempos pasados.
Como destaca Olmedo Cobo (obra citada. Granada, 2019), la cohorte florística del pinar-sabinar de la Sierra de Baza es relativamente importante, en parte gracias al ecotorno y transición hacia los dominios forestales del encinar y aceral-quejigal, así como por la aparición de especies típicamente oromediterráneas irradiadas desde cotas superiores, pudiendo localizar especies de muy alto interés ecológico como guillomos (Amelanchier ovalis); agracejos (Berberis hispanica); majuelos (Crataegus monogyna); endrino de Sierra Nevada (Prunus ramburii) o el durillo dulce (Cotoneaster granatensis), entre las especies arbustivas y entre las de menor porte, plantas como la Salvia lavandulifolia subsp. vellerea, Lavandula latifolia, Ononis aragonensis o herbáceas como la Festuca scariosa o Helleborus foetidus, en los lugares más húmedos y umbriosos.
Matorrales arborescentes de Juniperus oxycedrus
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Matorral arborescente con la presencia dominante del enebro de miera (Juniperus oxycedrus), en las proximidades del Cerro del Carbonero. Gor
Si en la zona más oriental del macizo central del Parque Natural Sierra de Baza, que domina el entorno del arroyo Bodurria y cara este del Calar de Casa Heredia, en su prolongación por el Enebro, Las Balsillas y las Lastras de Pinaroya, el sabinar dominante es el moruno (Juniperus phoenicea subsp. phoenicea), con la presencia de pies aislados de pino (carrasco y salgareño) en la zona más occidental del Parque Natural Sierra de Baza, en los montes del entorno de Gor (Cerro del Carbonero, Las Corominas, Cerro Negro, Calar de Las Torcas o Calar de los Tejoletos, entre otros), el enebral dominante es el de Juniperus oxycedrus, el popularmente conocido como enebro de miera, los que suelen tener un característico y bonito porte piramidal, por el ramoneo al que se suelen ver sometidos por la herbivoría, tanto de los ungulados salvajes (cabras montesas y ciervos, particularmente los segundos) como por el ganado doméstico que pasta en estas zonas. Estos sabinares arborescentes de la zona occidental del Parque Natural Sierra de Baza, coexisten con ejemplares de encina, algunas de muy buen porte y en menor presencia con Pinus pinaster y Pinus nigra.
Un HIC con gran importancia para la fauna silvestre
© José Ángel Rodríguez
Zorzal charlo (Turdus viscivurus), un túrdido presente en el Parque Natural Sierra de Baza durante todo el año, que contribuye de forma importante en la dispersión de los frutos de la sabina y el enebro propios de este HIC, favoreciendo la regeneración natural de estas especies
Otro aspecto que no podemos pasar desapercibido en estos breves apuntes sobre este HIC, es que el mismo representa un especial interés para las aves, ya que por las peculiaridades de que la floración de estos juníperos tiene lugar al final del invierno o en primavera, dando lugar a un fruto globoso u ovoideo, en gálbulo, de 8 a 14 mm., verdes al principio y, que tras madurar al año siguiente, adquiere un color rojo oscuro, el que se conserva en la planta en la época invernal, cuando más escasea el alimento para la fauna silvestre, es por lo que estos arbustos arborescentes son auténticas despensas naturales para la fauna silvestre, particularmente para las aves, que encuentran en este hábitat un importante lugar para la alimentación, contribuyendo a cambio, en una perfecta simbiosis, a la dispersión natural de sus semillas.
Especialmente importantes son las especies de aves del género Turdus, las que al tiempo que encuentran su alimentos en los frutos de los enebros y sabinas, contribuyen a su dispersión y regeneración, por lo que constituyen un elemento estructural imprescindible de las formaciones de Juniperus, la presencia de estas aves en su entorno (D. Montesinos y D. García, 2009).
Principales problemáticas a las que se enfrenta este hábitat
© José Ángel Rodríguez
Frutos de la sabina mora
Como se destaca en la publicación “Bases ecológicas preliminares para la conservación de los tipos de hábitat de interés comunitario en España, promovida por la Dirección General de Medio Natural y Política Forestal (Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino), 2009”, los matorrales arborescentes de Juniperus poseen un valor estético, paisajístico y ecológico indiscutible. Esto redunda sin duda en numerosos beneficios indirectos para la sociedad, pero también en una fuente directa de ingresos para los habitantes del medio rural en forma de turismo ecológico. Además, presentan una actividad económica marginal como zonas de ramoneo para ganadería.
Una degradación de los matorrales de Juniperus debido a la tala incontrolada o a la roturación de estos terrenos, reduciría sin duda todos estos beneficios. De igual modo, una reducción de la fertilidad y de la regeneración natural (es decir, alteraciones en la estructura y función del tipo de hábitat o la disminución de las aves que contribuyen a la dispersión de sus semillas) tardarían mucho en ser detectables a nivel económico y paisajístico, dada la gran longevidad de los adultos, que estéticamente mantendrían un paisaje similar al actual durante decenios, aunque en regresión por la falta de renovación, por lo que debe de controlarse su gestión e imponerse la preservación y conservación de todos estos reductos forestales, también de la fauna asociada a los mismos que contribuye a su regeneración natural, ante cualquier otro criterio de gestión forestal o agronómica.