Etnobotánica de la Sierra de Baza
Fichas de Flora - Plantas del Parque Natural Sierra de Baza
Enebro de miera (Juniperus oxycedrus)
© José Ángel Rodríguez
El enebro de miera o de la miera, también llamado cedro de España, es una planta leñosa y perennifolia, perteneciente a la familia de las cupresáceas, de forma arbustiva que por lo general no supera el metro o dos metros de altura, aunque en condiciones óptimas puede llegar a ser un arbolito de hasta diez metros. Sus hojas, acabadas en un ápice puntiagudo y punzante en forma de aguja, de donde toma su nombre científico, que procede de la palabra griega oxýs y significa punzante. Estas hojas, que aparecen cubiertas por un polvillo blanco-azulado que desaparece al frotarlo con la mano, están reunidas en espirales de tres, son de color verde y presentan dos líneas blanca por el haz, que aparecen separadas por otra línea verdosa más estrecha en la cara exterior, que facilita la identificación botánica de la especie.
Las flores, aparecen en árboles de diferentes sexos, al tratarse de una planta dioica, florece en primavera y fructifican en otoño. Los frutos, llamados enebrinas, son unos conos de forma esférica de 4 a 12 mm. de diámetro, que contiene múltiples semillas en su interior de color verde grisáceo que al madurar, al cabo de 18 a 24 meses, pasan a tener un color rojizo con una patina cerosa de color blanco-azulado.
El enebro de la miera es una planta que ha tenido un amplio y tradicional uso etnobotánico, muy popular y tradicional es el llamado aceite de miera, que se obtiene por la destilación en seco de los troncos de esta planta y que ya se utilizaba en los S. XVI – XVII, gozando de gran fama y reputación de tener propiedades antisépticas y vulnerarías, habiéndose empleado para cicatrizar las úlceras y heridas, así como para tratar infecciones de la piel como eczemas y psoriasis, y para combatir a los gusanos, piojos, liendres, chinches y toda clase de parásitos humanos, aunque también ha sido empleado en veterinaria para tratar las infecciones de la piel del ganado y particularmente para combatir a los piojos y garrapatas y usarse en ungüento en las ovejas tras esquilar el animal, para evitarles infecciones.
El enebro también ha sido utilizado en infusiones, para curar trastornos digestivos, para lo que se aprovechaban tanto las hojas como los frutos.
Es frecuentemente utilizar el enebro de miera en jardinería como planta ornamental y en setos, ya que es demasiado pequeño para tener uso como maderera, aunque su madera, con un bonito veteado, incorruptible y aromática, se ha utilizado para fabricar pequeñas cajitas y también para hacer mangos de cuchillos y herramientas de uso agrícola, debido a su excepcional dureza. Otro uso tradicional ha sido para hacer carbón, al ser muy apreciado el carbón de enebro, por su buena brasa y duración.
Sus frutos se utilizan para aromatizar carnes y particularmente en la fabricación de la ginebra, al tener usos y aplicaciones coincidentes con las del enebro común (Juniperus communis), el que se diferencia fácilmente de esta especie por el color de sus frutos, de color azulado cuando maduran, en el J. communis.
Aunque el enebro, en sus distintas especies, puede propagarse vegetativamente por medio de esquejes o acodos, es una tarea compleja y con dudosos resultados por lo que se viene reproduciendo normalmente a través de sus semillas. Para ello se recolectan los frutos ya maduros (aproximadamente de un año y medio) recogiéndose los que tienen un aspecto rojizo, lo que se aconseja sea en los meses de junio-julio, tras lo que debe de romperse la cubierta externa del fruto y extraer manualmente con ayuda de agua la semilla, la que debe de lavarse y dejarse a secar sobre papel, para sembrar en otoño en una mezcla de turba y arena de río. La germinación es muy lenta pudiendo pasar dos o tres primaveras para que nazca la planta tras su siembra.