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Edición Mensual - Año XXVI | Nº 306 - Diciembre 2024

FICHAS

imagen de decoración

Fichas de Aves del Parque Natural Sierra de Baza

Alcaraván común (Burhinus oedicnemus)


 © Javier Valladares Fernández
Ejemplar adulto de alcaraván común en su característico hábitat estepario


FICHA TÉCNICA:

Orden: Charadriiformes
Familia: Burhinidae
Especie: Burhinus oedicnemus
Estatus: En el Libro Rojo de las Aves de España (2004) se consideran “Casi amenazadas” las subespecies de la Península Ibérica y Baleares, y “En peligro” las dos subespecies canarias. De forma general, la especie aparece como “De interés especial” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
Longevidad: pueden vivir hasta diez años.
Peso: se acerca a los 500 gramos.
Envergadura: con las alas abiertas pueden medir entre 77 y 85 cms.
Longitud: 40-44 cms.


DISTRIBUCIÓN 

 © Yael Shiff
En el plumaje de éste ave dominan los tonos ocres y destaca una banda clara en las alas. 

El alcaraván común habita la mitad sur de Asia y el norte de África, y se extiende por la mayor parte de Europa, excepto Escandinavia, Islandia e Irlanda y sur de Gran Bretaña. En la Península Ibérica su densidad es variable. Falta como reproductor en toda la zona Cantábrica y es raro o escaso en extensas zonas áridas de la mitad Norte. Dentro ahora de una general escasez, es más abundante en el Sur y Levante. También está presente en las Baleares y en Canarias. En la publicación que tiene editada la C.M.A. de la Junta de Andalucía, sobre las aves esteparias en Andalucía, se destaca como en esta comunidad está presente en todas las provincias, pero su densidad aumenta en el valle del Guadalquivir y las llanuras interiores de Granada y Almería. Para el conjunto de de Andalucía se estima una población de unas 3.500 parejas y para el total de la Península Ibérica unas 30.000 parejas 

En la Península aparece la subespecie oedicnemus; en Baleares se encuentra la subespecie saharae; y en Canarias hay dos subespecies propias de las islas: insularum (Fuerteventura, Lanzarote e islotes de La Graciosa y Alegranza) y distinctus en el resto del archipiélago (SEO, Enciclopedia de las Aves de España, 2008).


 CARACTERÍSTICAS ANATÓMICAS 

 © María José Martín
Los ojos amarillos con ojeras blancas del alcaraván común, es un rasgo muy característico de la especie

Tiene el dorso, cabeza y cola marrón claro con un ligero moteado negro, cabeza con forma redondeada donde resaltan sus grandes ojos amarillos con ojeras blancas. El pico es fuerte y también amarillo con la punta negra. Las alas son largas y negras con una franja blanca en las coberteras y manchas del mismo color en las primarias, siendo también una característica distintiva sus patas, que son largas y amarillentas. No presenta dimorfismo sexual.


HÁBITATS NATURALES 

 

© Diego Conradi
Imagen de un alcaraván en el hábitat estepario característico de la especie 

 El alcaraván común es una especie muy adaptable a diferentes tipos de hábitats, aunque se considera una especie netamente esteparia, siendo su hábitat más frecuente los terrenos abiertos y despejados con vegetación baja y de porte pequeño como barbechos, siembras de cereal, eriales….aunque también se le puede ver en olivares y almendrales sobre todo en el Altiplano Granadino, donde suele anidar en olivares viejos.


NIDIFICACIÓN 

© Javier Valladares Fernández
Alcaraván común empollando sus huevos 

El celo se manifiesta muy pronto, particularmente en Andalucía, pudiendo estar activo a mediados de febrero, aunque será a lo largo marzo cuando terminará de manifestarse. El cortejo sexual es muy característico en esta especie con complicadas ceremonias en las que los machos -con el cuello bien estirado y curvado, las alas entreabiertas y la cola desplegada en abanico- representan alrededor de un grupo reducido de hembras una danza que ilustrativamente se ha descrito como “grotesca”, pero que es todo un espectáculo de la vida silvestre. 

El nido lo hace sobre la tierra, en agujeros someros y poco profundos, de unos 16-22 centímetros de diámetro y 5-7 centímetros de profundidad, que son excavados en suelo, por ambos adultos, en uno de los cuales se efectúa la puesta eligiendo para ello algún punto resguardado por alguna roca o la vegetación arbustiva. 

© Javier Valladares Fernández
Huevos de alcaudón común 

Pone de uno a tres huevos, normalmente dos, de color beis o gris pálido, ligeramente brillantes y con moteado variable de color entre violáceo y castaño oscuro. La incubación la realizan ambos sexos, para lo que se alternan, a lo largo de unos  24 a 26 días. Los jóvenes son nidífugos y abandonan el nido al poco de nacer, siendo cuidados por sus dos padres y se desarrollan en unos 36-42 días. En esta primera época de su vida están cubiertos con un plumón de color arenoso y son inconfundibles por su curioso diseño: desde un ojo a otro hay una línea negruzca que pasa por la frente y otra corta en el píleo. A las seis semanas ya están los jóvenes completamente emplumados y forman con los adultos pequeños grupos que vagan por zonas áridas durante la noche. Se han registrado puestas de reposición tras la pérdida de la nidada, normalmente de un solo huevo.


ALIMENTACIÓN 

© Juan Antonio Dengra
Pareja de alcaravanes comunes moviéndose entre un olivar a la búsqueda de alimento 

 La alimentación del alcaraván común se compone principalmente de insectos como ortópteros, coleópteros y otros invertebrados como caracoles, babosas y lombrices, aunque no desdeña en absoluto pequeños vertebrados como roedores o lagartijas. También puede consumir anfibiose incluso pequeños mamíferos como topillos y ratones de campo.


CANTO 

© Javier Valladares Fernández
Ejemplar adulto de alcaraván común posado en el suelo. 

Aunque muy silencioso y discreto en la época de otoño e invierno, rompe esta monotonía en la época de cría, en la que emite un característico e inconfundible reclamo, concentrado en las horas crepusculares, lanzando un agudo y prolongado ¡¡kirr-liiiii!! En el cortejo emite un canto lastimero, con una nota trinante seguida de otras claras: clii-urr-lii.


VUELO 

© Manuel Gómez Sánchez
Al volar el alcaraván común practica un vuelo bajo y raso, en el que alterna aleteos con planeos, éste último en la imagen.  

Por sus hábitos crepusculares rara vez se le ve volando durante el día.  Cuando lo hace practica un vuelo bajo y raso, en el que alterna lentos aleteos con  planeos. En cualquier caso prefiere para volar agruparse en pequeños grupos con otros congéneres, mientras que los ejemplares aislados prefieren moverse por el suelo, donde corretean y se encuentran más seguros. Momento en que emite un canto aflautado, muy característico. Al volar muestra, en la parte superior de las alas dos bandas blancas en la base de las plumas secundarias y una mancha también blanca en las primarias de forma muy destacada y visible.


OTRAS OBSERVACIONES 

© Juan Antonio Dengra
Bando de alcaravanes sobrevolando los terrenos esteparios del Altiplano Granadino.  

En otoño e invierno no es raro ver al alcaraván Común reunido en pequeños bandos desplazándose distancias no demasiadas largas en busca de alimento, posiblemente el hecho de agruparse en esa época se corresponda con la seguridad que ofrece el grupo ante el ataque de las rapaces, como águilas perdiceras o halcones peregrinos.

A pesar de su sociabilidad son cautelosos, sacudiendo la cabeza cuando recelan e inmovilizándose si se les sorprende; en el nido, tanto adultos como pollos, se achantan si descubren algún enemigo o intruso.


EL ALCARAVÁN COMÚN EN LA SIERRA DE BAZA 

© José Ángel Rodríguez
Ejemplar adulto de alcaraván común bebiendo agua en una laguna esteparia del Altiplano Granadino. La imagen permite apreciar su plumaje críptico con el entorno, para poder camuflarse. 

Es un ave presente durante todo el año en la zona basal de la Sierra de Baza, limitándose su presencia a los llanos cerealísticos del entorno, donde nidifica. Localmente es también llamado chorlito, aunque no tiene ninguna similitud con esta acuática. Más abundante es el Altiplano Granadino, pero al igual que la mayoría de las aves esteparias, su situación es incierta, sobre todo por la destrucción de su hábitat, que en el Altiplano Granadino se está haciendo a pasos agigantados, sin que aparentemente se ponga freno ni por parte de la administración ni las autoridades competentes, como está sucediendo en el Humedal del Baíco, en Baza (Granada).  

© Texto: Juan Antonio Dengra Martínez
Monitor de educación ambiental y guía local en el Altiplano de Granada
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