Tritón pigmeo (Triturus pygmaeus, Wolterstorff, 1905)
Fichas de Anfibios
Orden Caudata Urodelos, anfibios con cola (salamandras y tritones):
Familia Salamandridae:
Tritón pigmeo (Triturus pygmaeus, Wolterstorff, 1905)
© Por José Manuel Gutiérrez Titos, Luís García-Cardenete , Javier Fuentes y Eduardo Escoriza Abril (A.H.G.)
En esta ficha conoceremos a otra de las tres especies de urodelos que aparecen en Granada, el tritón pigmeo (Triturus pygmaeus). Se trata sin duda del anfibio más bonito y llamativo de todos los que viven en nuestro entorno. La forma de los machos cuando están en celo, con una espectacular cresta que recorre la parte superior de su cuerpo, nos recuerda a un pequeño dragón, aunque en este caso acuático y sin fuego. Al igual que al gallipato en algunos lugares lo llaman “tiro”, e incluso “camaleón” o “calameón, aunque nada tiene que ver con tan curioso reptil.
Hembra adulta de tritón pigmeo en fase terrestre, Alcalá la Real (Jaén), primavera 2004.
FICHA TÉCNICA:
Clase: Anfibios
Orden: Urodelos (anfibios con cola)
Familia: Salamándridos
Género: Triturus
Especie: pygmaeus (Wolterstorff, 1905)
Estatus legal: Actualmente no aparece incluido en el catálogo andaluz de especies amenazadas (tal vez por haber sido descrito recientemente como especie nueva). El Atlas y Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles de España, editado en 2002, lo cataloga dentro de la categoría “Vulnerable” que recoge aquellas especies, que no estando ni en “Peligro crítico” ni “En peligro”, se enfrentan a un alto riesgo de extinción en estado silvestre en un futuro inmediato.
DESCRIPCIÓN:
Tradicionalmente fue considerado como una subespecie del tritón jaspeado (Triturus marmoratus), aunque recientes estudios han demostrado que las diferencias morfológicas y genéticas existentes entre ambos, son suficientemente significativas para considerarlos especies bien diferenciadas.
Posee una talla claramente inferior a la del jaspeado, no superando los 14 cm. de longitud total, de los cuales algo mas de la mitad corresponden a la cola.
La cabeza es algo mas larga que ancha, un poco estrecha y con un hocico ancho y redondeado. Los ojos no son muy grandes, con pupila redondeada de color negro e iris dorado. Tras estos aparecen las glándulas parótidas. Existe un pliegue gular claramente visible.
Las extremidades son largas con dedos no palmeados, 4 en las anteriores y 5 en las posteriores.
Lo más llamativo de su aspecto es el colorido, un verde intenso jaspeado de manchas irregulares negras, extendidas a lo largo del cuerpo. La piel del dorso es rugosa y la del vientre lisa. En esta zona la coloración es diferente, con un fondo blanco, amarillento o anaranjado, salpicado de manchas blancas y pequeños puntos negros irregulares.
La cola, mas larga en los machos, está comprimida lateralmente y acabada en punta. Durante la fase acuática, presenta una cresta, más desarrollada en los machos.
Las hembras son de mayor tamaño y poseen una línea vertebral anaranjada, a veces amarillenta o rojiza, que también muestran los individuos subadultos de ambos sexos. Existe cierto dimorfismo sexual que se acentúa en extremo durante el periodo reproductivo.
Durante este, y para ejemplares en fase acuática, los machos desarrollan una cresta dorsal, desde el final de la cabeza hasta la base de la cola donde comienza una segunda cresta caudal. Su coloración es muy llamativa alternándose franjas amarillentas con otras marrones- negruzcas. Asimismo una ancha línea plateada recorre longitudinalmente la cola por su zona media. La cloaca, aunque en ambos sexos aparece abultada durante el celo, en el macho alcanza un mayor tamaño, con forma semiesférica y es más oscura. En las hembras la forma es cónica.
Comparativa macho-hembra, Alcalá la Real (Jaén), primavera 2004.
Larvas: Al nacer tienen unos 5mm. de longitud con un tono amarillento y la piel translúcida. La zona ventral es plateada y rosácea. Poseen branquias externas que recuerdan pequeñas plumas rojizas. Su principal característica son sus alargadas y desproporcionadas extremidades finalizadas en dedos igualmente largos. La cola también es bastante larga, comprimida lateralmente y acabada en una fina punta muy desarrollada. Conforme van creciendo desarrollan una cresta dorsal, salpicada de manchas oscuras redondeadas en la punta. Este es el principal rasgo diferenciador de las larvas de gallipato, muy similares en las primeras fases de desarrollo.
Detalle branquias en larva, Alcalá la Real (Jaén), primavera 2004.
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA:
El tritón pigmeo es un endemismo de la península ibérica, y dentro de ella se distribuye únicamente por su mitad meridional, siendo el Sistema Central su límite por el norte. Las poblaciones orientales son actualmente muy escasas sufriendo una mayor regresión hacia el sureste, cuyo límite lo constituyen las poblaciones granadinas, no encontrándose ni en Almería ni en Murcia.
Los núcleos de nuestra provincia son considerados, con toda razón, como los más vulnerables de toda su área de distribución. Las principales poblaciones se encuentran en el extremo occidental (Poniente Granadino), desde Loja en el límite con las provincias de Córdoba y Málaga, hasta el campo de Zafarraya, con la mayor densidad de población, y Sierra Tejeda.
Fuera de la zona occidental sólo quedan poblaciones residuales y muy amenazadas, en las comarcas de los Montes Occidentales y Orientales, que constituyen los restos de otros núcleos que se extendían por toda esta zona y las sierras del sur de la provincia de Jaén. El futuro de exiguas poblaciones situadas en los municipios de Íllora, Montefrío y Alcalá la Real, ya en Jaén, es cada día más incierto. El punto más oriental donde aún puede observarse es la laguna de Arenales, en el término municipal de Albolote.
Mapa de distribución provincial.
ECOLOGÍA DE LA ESPECIE:
Habita normalmente en los pisos bioclimáticos termo y mesomediterráneo, penetrando también en el supramediterraneo, y coloniza zonas abiertas de matorral, encinares, dehesas, e incluso cultivos de secano como olivares o cereales. La máxima altitud que alcanza en Granada son 1095m. en la Sierra de San Jorge (Loja).
Al igual que otros anfibios lleva una vida crepuscular y nocturna, teniendo mayor duración, en nuestras latitudes, de la fase acuática que la terrestre. Fuera del agua se refugian bajo piedras, troncos, y los cada vez más abundantes residuos que el hombre abandona cerca de las charcas, como semilleros de poliespán, frecuentes en los llanos de Zafarraya o ruedas, sillones y colchones viejos. Destacar que en un muestreo realizado en esta zona, encontramos decenas de individuos refugiados bajo uno de estos “mobiliarios”. Salen de sus refugios en noches lluviosas o con humedad elevada, bien para alimentarse o para dirigirse a los lugares de reproducción.
Para ello es más exigente que el gallipato y selecciona, generalmente, aguas algo más oxigenadas, no muy eutrofizadas, y con abundante vegetación acuática (cada vez más difícil de encontrar). Se le puede hallar en pozos, albercas, pilones de fuentes, charcas naturales, tramos remansados de pequeños arroyos e incluso balsas para regadío.
Cuando llega el otoño, y después de haber pasado la época más calurosa del año en estado de semiletargo en algún refugio, se dirigen a los puntos de reproducción. Si se trata de una charca que aún no tiene agua, por haberse retrasado las precipitaciones que la llenan, se ocultan bajo piedras en sus inmediaciones, a la espera de que llueva lo suficiente.
Hembra en fase acuática, Alcalá la Real (Jaén), primavera 2004.
Los machos son los primeros en llegar, y defienden un pequeño territorio frente a sus competidores, incluso atacando y mordiendo a aquellos que osan acercársele. Una vez en el agua empiezan desarrollan sus espectaculares crestas y aumentan notablemente el tamaño de sus cloacas.
Macho en fase acuática, Alcalá la Real (Jaén), primavera 2004.
Cuando una hembra se acerca, el macho se sitúa delante de ella y empieza a realizar movimientos ondulatorios con su cola, arqueando y elevando la parte posterior de su cuerpo. Con ello trata de estimular a la hembra, que entonces permanece quieta esperando a que el macho deposite su “espermatóforo” que contiene los espermatozoides necesarios para la fecundación de los óvulos que ella guarda en su abultado abdomen. A continuación se sitúa sobre esta pequeña bolsa y ayudándose con sus labios cloacales la absorbe. Es posible que una misma hembra sea fecundada por distintos machos.
Huevos de tritón adheridos a la vegetación acuática.
A los pocos días comienza a poner los huevos, desprendiéndolos de uno en uno y envolviéndolos con ayuda de sus patas traseras sobre las hojas de las plantas acuáticas. Últimamente, dada la ausencia de estas, los huevos son fijados sobre plásticos arrojados al agua. El número de huevos, en torno a 300, depende del estado de alimentación y desarrollo de la hembra. Las larvas eclosionan unos días después, dependiendo de la temperatura del agua. Son muy activas y cazan pequeños insectos, crustáceos e incluso larvas de otros anfibios a los que localizan por el movimiento. El desarrollo larvario dura unos 3 o 4 meses, dependiendo de la temperatura del agua y la disponibilidad de alimento, momento en el cual, los pequeños tritones pierden las branquias y se dirigen a tierra, buscando un refugio en el que pasar el verano. Muchas de ellas son capturadas por larvas de insectos acuáticos, individuos de su propia especie, peces o cangrejos.
La madurez sexual la alcanzan a los dos o tres años, los machos antes. Pueden vivir hasta diez o doce.
Larva próxima a finalizar la metamorfosis.
La alimentación de los adultos se basa en invertebrados, tanto acuáticos como terrestres, y larvas de otros anfibios.
Sus principales enemigos naturales son las culebras de agua, garzas, peces introducidos como la carpa, galápagos y el cangrejo americano, verdadero hostigador de la mayoría de nuestros anfibios. En la fase terrestre puede ser predado por pequeños carnívoros como el turón o la garduña, rapaces nocturnas y el jabalí.
Su principal mecanismo de defensa es la producción de sustancias tóxicas de aspecto lechoso a través de la piel y también adopta posturas defensivas arqueando el cuerpo y levantando la cola ante una amenaza.
Producción de sustancias tóxicas a través de la piel.
ESTADO DE CONSERVACIÓN, PROBLEMÁTICA:
La situación del tritón pigmeo en Granada es cada día mas preocupante, sin casi darnos cuenta sus poblaciones van desapareciendo, a causa del desarrollo progresivo e imparable de la agricultura intensiva, y la explotación de las zonas húmedas, en algunos casos incluso con su eliminación, disminuyendo cada día mas las posibilidades de supervivencia de este y otros anfibios.
Incluso en la zona de mayor densidad donde aún hoy es relativamente fácil observar tritones, el campo de Zafarraya, se empiezan a detectar fenómenos de extinción local, y el confinamiento de los tritones en las cada vez menos frecuentes áreas naturales que quedan en un territorio fuertemente transformado en los últimos años.
Esta intensificación de la agricultura, conlleva un uso incontrolado, de productos químicos (herbicidas insecticidas, fungicidas, abonos) que afectan inexorablemente al tritón y otros anfibios, bien por fumigación de los hábitats terrestres o por lavado y acumulación de residuos en las charcas. Los múltiples pozos repartidos por la comarca, están siendo transformados, elevando sus muros o incluso son cerrados completamente, por lo que no pueden ser utilizados por los tritones y otros anfibios para reproducirse. Algunas charcas tradicionales han sido desecadas o se han convertido en verdaderos basureros, donde la gente abandona todo tipo de residuos.
Residuos abandonados en una charca, Zafarraya, (Granada), primavera 2002.
El desarrollo urbanístico de la última década ha supuesto la ocupación y consiguiente destrucción de valiosos territorios, y la creciente construcción de infraestructuras de transporte (carreteras, asfaltado de pistas forestales), supone una barrera a veces infranqueable para los anfibios que pretenden llegar a sus puntos tradicionales de cría, muriendo atropellados muchos de ellos al intentar cruzarlas.
Otra grave amenaza que se cierne sobre el tritón es la introducción de especies acuáticas foráneas. La falta de una mínima educación ambiental y sentido común por parte de algunas personas, conlleva el abandono intencionado o no de animales extraños en nuestros ecosistemas acuáticos. La introducción de peces como la carpa, a veces con argumentos tan peregrinos como puede ser: “la limpieza de la vegetación que crece en las albercas”, o “dan un toque de color a las charcas”; el cada vez más frecuente cangrejo americano, o el abandono de multitud de pequeños galápagos americanos de distintas especies, pensando que “el animalito está mejor en libertad”,supone una competencia directa para nuestras especies autóctonas, no solo de anfibios, también de peces, invertebrados y reptiles.
Galápago de Florida (Trachemys scripta elegans), su abandono en medios acuáticos supone una grave amenaza para nuestras especies autóctonas.
En la zona occidental de la provincia la especie ha desaparecido del piedemonte de Sierra Tejeda, donde se encontraba su borde de distribución meridional, tras permanecer algunos de sus puntos de cría varios años sin agua o muy contaminados, como el nacimiento de Parrica. Las poblaciones de Loja sufren la transformación de sus hábitats terrestres (matorral mediterráneo y cultivos herbáceos), y su conversión en explotaciones agrarias intensivas.
La situación de las poblaciones más orientales es aún más preocupante. Únicamente quedan pequeños núcleos relictos y muy amenazados, como en la vertiente norte de la Sierra de Madrid (Illora), donde no se han detectado ejemplares desde el año 2002 en una pequeña charquita temporal que normalmente ocupaban. Otra pequeña población ha desaparecido recientemente en Montefrío, tras haber sido roturada y puesta en cultivo la pequeña charca que la sustentaba. Un caso dramático, que ya comentamos ampliamente en la ficha del gallipato, es la situación de la laguna de Arenales en el municipio de Albolote. Aquí se sitúa el punto más suroriental de toda su área de distribución mundial.
Estas poblaciones tenían continuidad en Jaén, concretamente en las sierras del sur de la provincia. Aquí aún persisten varias pequeñas poblaciones, ligadas a albercas tradicionales de riego. La intensificación de los cultivos de olivar donde se sitúan y la construcción de una urbanización, nos hacen temer por su próxima desaparición.
Individuo juvenil, Zafarraya (Granada), marzo 2004.
PROPUESTAS DE CONSERVACIÓN:
· Realizar campañas de concienciación ambiental, incidiendo sobre todo en los propietarios de fincas donde se sitúan puntos de cría tradicionales y en los colegios de las áreas circundantes.
· Detectar aquellos puntos negros en carreteras y caminos, señalizándolos y construir pasos subterráneos adecuados.
· Proteger y restaurar adecuadamente las charcas que sirven como puntos de cría, especialmente las que sustentan a las escasas poblaciones más orientales, completamente aisladas del área de distribución principal. A tal efecto podría establecerse una especie de red de “microreservas”, favoreciendo no sólo a los anfibios, sino a multitud de especies de invertebrados acuáticos con una regresión paralela a la de los batracios.
· Campaña de concienciación sobre la introducción de especies foráneas, y su eliminación directa en aquellos puntos donde se localizan actualmente.
· Solicitar una mayor implicación por parte de las autoridades municipales y regionales responsables de los temas de medio ambiente, en la conservación de esta y otras especies, que aun no siendo muy populares entre la gente, son un elemento indispensable en nuestros ecosistemas, y encuentran en nuestra provincia algunas de sus últimas poblaciones mundiales.
Primer caso de “neotenia” en tritón pigmeo.
Aprovechando la oportunidad que tan amablemente nos presta la Asociación Proyecto Sierra de Baza, para la divulgación de la apasionante vida de nuestros anfibios, queremos dar a conocer a todos los lectores de la Revista Digital Sierra de Baza, un dato de indudable valor científico, el primer caso de “neotenia” observado hasta la fecha en el tritón pigmeo.
La “neotenia”, es la persistencia en un adulto capaz de reproducirse, de caracteres típicamente larvarios o de inmadurez Se da en algunas especies de urodelos manifestándose en que los individuos adultos no llegan a perder las branquias externas, en forma de plumero, propias de los ejemplares en estado larvario. Llevan una vida completamente acuática y se reproducen sin problemas.
Por parte de la A.H.G, se ha localizado en el Sur de la provincia de Jaén, una pequeña población de tritón pigmeo, con un alto porcentaje de individuos neoténicos. Hasta la fecha es el primer caso conocido en esta especie a nivel mundial. La población se encuentra gravemente amenazada de desaparición, por la intensificación del olivar donde está situada la masa de agua que utilizan para reproducirse, y el deterioro progresivo de esta. Sería necesario actuar urgentemente para evitar este hecho, dado su indudable interés científico.
Macho de tritón pigmeo neoténico. Podemos observar detallados los caracteres sexuales propios de los adultos así como la persistencia de las branquias externas.
EL TRITÓN PIGMEO EN LA SIERRA DE BAZA
No existen referencias sobre la presencia del tritón pigmeo en las comarcas de Baza, Guadix y Huescar, y por tanto en el ámbito territorial del Parque Natural de la Sierra de Baza. Actualmente la población más cercana la hallamos a casi 80km en dirección oeste.