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Edición Mensual - Año XXVI | Nº 306 - Diciembre 2024

FICHAS

imagen de decoración

Fichas de Aves del Parque Natural Sierra de Baza

Lechuza común (Tyto alba)


© Alfonso Roldán Losada
Ejemplar adulto de lechuza común.


FICHA TÉCNICA:

Orden: Strigiiformes
Familia: Tytonidae
Especie: Tyto alba
Estatus: especie catalogada de interés especial.
Longevidad: pueden vivir hasta 10 años.
Peso: De 210 á 460 gramos aproximadamente.
Envergadura: con las alas abiertas pueden medir de 91 cm
Longitud: 37 cms. aproximadamente.


DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE 

La lechuza común es una de las especies más singulares de la avifauna nocturna. Siempre ha existido un halo de misterio en torno a la figura de esta peculiar rapaz. Es un ave de tamaño mediano, su plumaje dorsal es de color pardo con manchas de color gris y el ventral es blanco con un ligero moteado de color pardo. Su cabeza es bastante grande  en comparación a su cuerpo y la cara tiene forma de corazón; ésta aloja unos ojos de color negro y un pico diseñado para desgarrar la carne de los micromamiferos que caza. Su cola es más bien corta y sus patas disponen de fuertes y afiladas para atrapar sus presas. 

©  Eduardo Nogueras Ocaña
Retrato de una lechuza donde puede verse la forma acorazonada de su cara y el color negro oscuro de sus ojos. 

El hábitat de la lechuza es bastante cercano al hombre, frecuentando las casas abandonadas, cortijos en ruinas, torres de iglesias y en general viejas construcciones que dispongan de una ventana abierta permanentemente. No frecuentan la alta montaña, desarrollando su vida por debajo de los 1.000 metros de altitud.

Su actividad es crepuscular y se la suele ver cazando al atardecer en los campos de cultivo y zonas abiertas donde poder localizar sus presas favoritas. Durante el día suele permanecer soñolienta en posaderos cerca de su zona de cría. 

 © Alfonso Roldán Losada
La lechuza suele habitar en el interior de graneros y cobertizos como en el que aparece este ejemplar de la imagen. 

La dieta de las lechuzas se basa en todo tipo de micromamíferos, ratas, ratones, topillos, así como reptiles, insectos e incluso murciélagos. Después de comerse una presa, regurgita las zonas partes más duras en forma de egagrópìla que queda depositada cerca del posadero habitual. De esta forma se puede localizar, ya que suelen dejar muchas señales de este tipo en el suelo. Para cazar, utiliza el fino sentido del oído, que le permite localizar a su presa en total oscuridad sólo por un pequeño ruido.

El nido de la lechuza suele ser instalado dentro de los graneros, establos abandonados y zonas donde ponerse a cubierto. La base del nido son las propias egagrópilas. Desde el mes de Abril a Julio  se produce la nidada que esta formada por cuatro a siete huevos. Tras un mes de incubación de la hembra nacerán los pollos, que serán alimentados por ambos progenitores durante un mes más, momento en el que se harán individuos independientes.

De ser una zona abundante de presas, es muy probable que se efectúe una segunda nidada durante el resto del año, aunque siempre evitando el tiempo más frío, que es cuando suele reducirse el aporte de alimento.

Su vuelo es ondulante, un poco pesado el primer batir de alas, enseguida alcanza grana velocidad, llegando a ser bastante acrobático.

Su voz es variada dependiendo de la situación, realizando chasquidos que parecen hacerse con el pico y reclamos en forma de ronquidos cortos. Cuando esta alarmada puede realizar silbido más agudos.


LA LECHUZA COMÚN EN LA SIERRA DE BAZA 

  

©  Eduardo Nogueras Ocaña
La lechuza utiliza pos postes de la luz, las vallas cerca de los campos de cultivo y cualquier posadero cerca del suelo que le permita descubrir a su presa gracias al su fino sentido del oído. 

La lechuza común es un ave nidificante en la Sierra de Baza. Se suele localizar más en la zona basal, cerca de zonas de cultivo y siempre por debajo de los 1.000 metros de altura sobre el nivel del mar. Algo más abundante, por el tipo de hábitat que requiere, es la zona de la depresión Guadix-Baza. La lechuza no es fácil de detectar debido a sus costumbres crepusculares y a no emitir un sonido lo suficientemente fuerte como para detectarlo con facilidad. Parece ser que la población de lechuzas en la Sierra de Baza esta en regresión debido, entre otras razones, a la falta de hábitats adecuados, a la intensificación de la agricultura y a la presencia muy cercana del hombre en su entorno. 

Texto: Eduardo Nogueras Ocaña 

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