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Edición Mensual - Año XXVI | Nº 305 - Noviembre 2024

FICHAS

imagen de decoración

Etnobotánica de la Sierra de Baza

Fichas de Flora - Plantas del Parque Natural Sierra de Baza

La malva real (Alcea rosea) 



 © José Ángel Rodríguez
La malva real es muy frecuente en los jardines urbanos de la Sierra de Baza. Fotografía tomada en Rejano (Parque Natural Sierra de Baza). Mayo-2023

PROYECTO  SIERRA DE BAZA
01/07/2023

También conocida con el nombre popular de malvarrosa, malva arbórea y malvaloca, entre otros muchos más, es una de las especies más cultivadas de la familia de las malváceas, la que incluye unos 243 géneros​ y más de 4.225 especies, reuniendo a plantas herbáceas, leñosas o arbustos (más frecuentes en países cálidos), que incluye géneros muy populares y conocidos en jardinería como los hibiscus y las malvas.

La malva real es una planta herbácea, que cuenta con tallos florales erectos que puede alcanzar 2-3 m de altura erguida, procede de la región mediterránea, de donde se ha extendido de una forma muy profusa, dada su vistosidad y fácil cultivo, lo que ha favorecido su naturalizado en diversos puntos debido a su fácil reproducción y su gran adaptabilidad.

Con zona de origen en la región mediterránea, en el Parque Natural Sierra de Baza (Granada), se en encuentra presente en las principales aldeas habitadas que se localizan en este espacio protegido, formando parte de los jardines urbanos que se localizan aquí, de modo que la hemos podido ver en la zona de Los Rodeos, Las Juntas, Benacebada, Bailén o Los Cortijillos, entre otros lugares.

Esta planta, que puede alcanzar los dos metros de altura, tiene hojas acorazonadas, las que nacen en roseta, salvo cuando saca flor, con 5-7 lóbulos poco pronunciados. Las flores de la malva suelen ser rosadas o púrpuras pero también existen variedades blancas y amarillas, todas ellas sostenidas por un pedúnculo corto, solitarias o en grupos de 2-3 situadas en la axila de las hojas y reunidas en la formación de un largo racimo terminal. La floración tiene lugar en verano.

Esta especie donde mejor se desarrolla es a pleno sol, donde la tierra sea fresca y con buena materia orgánica, precisando de riegos frecuentes y aunque soporta periodos cortos de sequía es una planta que requiere de riegos regulares adicionales y estables para que se desarrollen adecuadamente.

Usos etnobotánicos


 © José Ángel Rodríguez
Detalle de la espectacular y llamativa flor de la malva real.

El principal uso de la malva real en la actualidad es en jardinería y con fines ornamentales, dada lo espectacular de su floración, su fácil cultivo y reproducción, la que se realiza generalmente por semillas que se recogen del fruto una vez secas, pero también por división de las macollas (yemas axilares, ubicadas en los subnudos del eje principal, que producen brotes secundarios) después de la floración.

La flor de la malvarrosa, es muy visitada por los insectos polinizadores, por lo que también puede utilizarse como planta melífera.

El fruto es un esquizocarpo, que cuando esta todavía verde, es comestible, siendo popularmente conocido como “panecillos”.

Antiguamente se usaban sus raíces, hojas y flores para preparar infusiones, con la que se obtenía la popular “tila de malvarrosa”. También se ha utilizado para extractos líquidos, jarabes y en decocciones y para tintar la lana, para lo que se introducía la lana en un reciente con agua al que se agregaban flores de esta planta y que se sometía a decocción, a fuego lento durante 6 a 12 horas, siendo continuamente removida la lana, para que el líquido impregnara bien y por igual la lana, la que conseguía un color rosáceo muy bonito y atractivo. Todos estos aprovechamientos están hoy en día en total desuso, limitándose el aprovechamiento etnobotánico de la malva real a su uso en jardinería y como planta ornamental.