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Edición Mensual - Año XXVII | Nº 297 - Marzo 2024

FICHAS

imagen de decoración

Fichas de Aves del Parque Natural Sierra de Baza

Búho real (Bubo bubo)


© Juan Tapia
Ejemplar adulto de búho real.


FICHA TÉCNICA:

Orden: Strigiformes
Familia: Strigidae
Especie: Bubo bubo
Estatus: especie catalogada de interés especial.
Longevidad: pueden vivir hasta veinte años.
Peso: De 2 a 4 kilos aproximadamente.
Envergadura: con las alas abiertas pueden medir alrededor de 170 cms.
Longitud: Unos 75 cms. aproximadamente.


DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE 

El búho real es  la rapaz nocturna más grande de nuestros bosques. Se trata de un depredador nato que gracias a su fino oído y su extraordinaria vista puede cazar a sus presas casi en total oscuridad. Su tamaño es bastante grande, algo más la hembra que el macho. Destaca en su cabeza una especie de “orejas” que en realidad son mechones de plumas que sobresalen en forma de “V” sobre su cabeza. Sus ojos son grandes y de color naranja.

El plumaje es mas pardo oscuro en el dorso que en el vientre, donde abundan los tonos marrones moteados de negro. Su pico es curvo, perfectamente diseñado para desgarrar la carne y sus garras son poderosas, con uñas muy afiladas y de gran tamaño.  

© Eduardo Nogueras Ocaña
Retrato de un ejemplar de búho real que se encontraba en cautividad, donde pueden observarse los grande ojos, así como su afilado pico. 

© Raúl García de Paredes
Otra imagen donde se pueden apreciar el tamaño y color del ojo y la forma del pico. (Ejemplar en cautividad) 

El hábitat natural de esta especie son los grandes bosques y zonas alejadas del hombre. Prefiere también zonas más abiertas para capturar presas con mayor facilidad. El búho se ha adaptado a vivir en diferentes biotopos, siempre aislados y alejados del hombre, pero lo que está claro es que debido a su costumbre de anidar en acantilados, prefiere las zonas rocosas, a las arboladas. 

© Eduardo Nogueras Ocaña
Acantilados donde suele anidar el búho real aprovechando las pequeñas oquedades. 

Llegado el mes de febrero, la pareja de búhos prepara el nido, que suele situarse en una repisa de un acantilado. Apenas utilizan materiales para construirlo, teniendo como prioridad para su ubicación un lugar protegido del agua de la lluvia. La puesta de huevos suele producirse entre febrero y marzo, los pollos que suelen ser de dos a tres en la única nidada anual, estarán un mes alimentándose, gracias a los progenitores que aportarán comida abundante durante el periodo que dura la cría. 

© Alfonso Roldán Losada
Ejemplar de búho real que acaba de cazar una presa en terreno abierto. 

La alimentación del búho real se basa en pequeños mamíferos, como ratones de campo, ratas de campo, lirones, incluso otros más grandes como conejos y ardillas. También caza aves como córvidos, grajillas, arrendajos, perdices, palomas, urracas… otras rapaces como halcones, cernícalos, milanos, lechuzas, autillos o mochuelos. Al ser un superdepredador también se atreve con rapaces de gran tamaño como los busardos ratoneros o los milanos reales. Una vez digerida su presa, regurgitan por la boca en forma de egagrópilas las partes menos digeribles de su presa como son los huesos y el pelo. 

© Eduardo Nogueras Ocaña
Egagrópila donde el búho expulsa los restos de comida que no puede digerir. 

El vuelo del Búho real es ondulante, alterna los fuertes aleteos con suaves planeos donde sin apenas hacer ruido, sorprende a sus presas en plana noche. Aunque su actividad cazadora puede comenzar tras el crepúsculo. 

El búho real emite un aullido que puede escucharse al atardecer cerca de zonas con grandes acantilados y que gracias a su potencia se pueden oír a gran distancia.


EL BÚHO REAL EN LA SIERRA DE BAZA 

  

© Alfonso Roldán Losada
Silueta de un búho real que comienza su actividad al caer la tarde.  

El búho real es un ave sedentaria en la Sierra de Baza, por lo que se puede detectar su presencia durante todo el año, al no ser ave migradora. El contacto con esta especie es sobre todo auditivo, ya que el color de su plumaje lo hacen bastante difícil de localizar durante el día. Su presencia parece estar bastante repartida, desde las zonas más basales de la sierra, donde aprovecha las cárcavas y barrancos para anidar, hasta incluso zonas más elevadas como los Prados de Rey, donde aprovechan las zonas abiertas de pastizal para localizar las presas, posados en los pinos oromediterráneos que hay en este paraje situado a dos mil metros de altura.

Texto: Eduardo Nogueras Ocaña

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