Fichas de Aves del Parque Natural Sierra de Baza
Golondrina común (Hirundo rustica)
© José Sousa
Ejemplares de Golondrina común.
FICHA TÉCNICA:
Orden: Passeriformes
Familia: Hirundinidae
Especie: Hirundo rustica
Estatus: especie catalogada de interés especial.
Longevidad: pueden vivir hasta cinco años.
Peso: 23 gramos aproximadamente.
Envergadura: con las alas abiertas pueden medir alrededor de 35 cms.
Longitud: 18 cms. aproximadamente.
DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE
© José Ángel Rodríguez
Imagen de una golondrina común pasando en vuelo rasante sobre una lámina de agua a la caza de insectos. Puede apreciarse el exagerado ahorquillado de su cola.
La Golondrina común es un ave de pequeño tamaño, aunque gracias a su larga cola puede parecer más grande de lo que es realmente. Sus plumas son de color azul oscuro en su dorso y en la cabeza, destacando la frente y el mentón que son de color rojo. Su vientre es de color blanco con irisaciones de color arena. El resto del plumaje es de color negro. Llama la atención su cola que es muy ahorquillada con unas rectrices muy largas, siendo sus alas largas y finas. Aunque su pico es pequeño, mantienen abierta su boca mientras vuelan para atrapar los insectos. Su cuerpo es muy estilizado y las diferencias entre el macho y la hembra son muy sutiles y pasan principalmente por el tamaño de longitud de las rectrices, que son mayores en el macho.
© José Manuel Villaroya
Imagen de una golondrina común en vuelo en el momento en el que extiende sus alas. Puede apreciarse la banda de color blanco que atraviesa la cola.
El hábitat que prefiere la Golondrina son los campos abiertos, pero tiene querencia por las ciudades y espacios humanizados donde es fácil detectarlas volando. También los campos de cultivo y lugares donde abunden los insectos como embalses y charcas de agua.
© Juan Tapia
Imagen de la golondrina común en el nido construido en el interior de una construcción humana, a base de barro, tierra seca y paja.
Las golondrinas comunes llegan a la Península Ibérica en el mes de marzo desde sus cuarteles africanos y se instalan prácticamente en los mismos lugares de cría que años anteriores. Tiene preferencia por instalar sus nidos dentro de las poblaciones humanas, aldeas, caseríos, cortijos, porches, soportales, cuadras e incluso en algunas galerías mineras.
© Juan Cubero
Imagen de dos individuos jóvenes de Golondrina común en el interior del nido, con el pico totalmente abierto, esperando la ceba (generalmente a base de insectos) de sus congéneres.
La pareja construye el nido con tierra seca, barro y paja, dándole una forma de cuenco con la boca abierta. La hembra incubará durante dos semanas los cinco huevos de promedio de la puesta. Los pollos al nacer serán alimentados por ambos congéneres y tardaran casi tres semanas en abandonarlo y volar por sí solos. Es posible que se produzcan hasta tres nidadas diferentes entre los meses de abril y septiembre, aunque lo normal son dos.
© Fran Rubia
Imagen del momento exacto de la ceba de una Golondrina común fuera del nido, cuando los individuos jóvenes reciben aun parte de su alimentación.
La alimentación de las golondrinas es a base de insectos, como moscas, mosquitos y libélulas que cazan en vuelo, incluso a ras de tierra. Suelen beber en lagunas y balsas de agua pasando en vuelo rasante, donde también aprovechan para cazar los insectos que se acumulan en verano sobre las masas de agua.
© Eduardo Nogueras
Las golondrinas se suelen posar cerca de carrizales y cañas por su cercanía al agua, donde encuentran abundancia de insectos.
Su vuelo es quizás una de las características principales de estas aves, que suelen hacerlo de forma rápida y acrobática, con planeos rápidos y muchos cambios de dirección.
Su canto es rápido y un trinar típico “suit-suit-suit”, que puede realizarlo tanto posada como en vuelo. La Golondrina común tiende a asociarse en grandes bandadas, buscando posadero como cables de luz y carrizales.
LA GOLONDRINA COMÚN EN LA SIERRA DE BAZA
© Agustín Orduña
Golondrinas en el momento de la ceba
La Golondrina común es una especie migradora que se puede observar en la Sierra de Baza al llegar el mes de marzo y permanecen en ella hasta el mes de septiembre, fecha en la que inicia su regreso a sus cuarteles invernales en África. La abundancia de cortijos y pequeñas aldeas hacen posible la presencia abundante de esta especie. Aunque es más fácil detectarla en zonas pobladas del Parque donde hay cables de luz donde posarse.
Texto: Eduardo Nogueras Ocaña
© 2012 PROYECTO SIERRA DE BAZA Todos los derechos reservados