Fichas de Aves del Parque Natural Sierra de Baza
Azor común (Accipiter gentilis)
© Eduardo Nogueras Ocaña
Retrato de un ejemplar adulto de azor en libertad.
FICHA TÉCNICA:
Orden: Accipitriformes
Familia: Accipitridae
Especie: Accipiter gentilis
Estatus: especie catalogada de interés especial.
Longevidad: pueden vivir hasta veinte años.
Peso: De 500 a 1.500 gr. aproximadamente.
Envergadura: con las alas abiertas pueden medir de 95 a 125 cm.
Longitud: De 48 a 65 cm. aproximadamente.
DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE
El azor es una rapaz diurna que frecuenta las zonas arboladas de nuestros bosques. Su plumaje dorsal es de color pardo y la zona ventral es clara con listas horizontales de color gris. Su cabeza es redondeada y en ella destaca el píleo que es de color oscuro y una banda sobre sus ojos de color gris. El color de los ojos varía con la edad, pasando de amarillo a rojo. El pico es curvo diseñado perfectamente para desgarrar la carne de sus presas. La cola es más grande que la del gavilán común. Las garras de azor son fuertes y más grandes que las del gavilán común. Las hembras son bastante más grandes que los machos. Los individuos jóvenes tienen el plumaje de color pardo oscuro y la zona ventral es de color rojiza con manchas oscuras en vez de lucir el listado de los adultos.
El hábitat preferido del azor son los bosques, zonas donde hay una gran masa forestal, ya que es donde mejor se desenvuelve esta ágil rapaz. Para cazar puede visitar las lindes de los bosques y zonas más abiertas.
© Eduardo Nogueras Ocaña
Ejemplar de azor en vuelo, planeando sobre su territorio.
Cuando llega el mes de abril, la pareja se suele instalar en el mismo nido del año anterior, una vez que ha procedido a restaurar los desperfectos ocasionados por la época invernal.
El nido es una plataforma de ramas colocado normalmente en una rama cerca del tronco de un árbol de gran porte. La hembra incuba durante poco más de un mes los dos a cinco huevos que ha puesto, mientras que el macho se dedica a portar alimento para ella. Al nacer los pollos, éstos permanecen en el nido durante algo más de un mes.
© Eduardo Nogueras Ocaña
El nido del azor está ubicado cerca del tronco y a una altura considerable del suelo.
El azor se alimenta fundamentalmente de diversos tipos de aves como el arrendajo, las palomas, las grajillas, perdices e incluso conejos y ardillas. Para cazar utiliza su gran capacidad para maniobrar dentro del bosque. Desde el aire o perchado en una rama, localiza a su presa hasta perseguirla y darle caza; si ésta es muy grande la despedaza en el mismo lugar, si es más pequeña se la lleva a un posadero donde la digiere. Tras comer el azor regurgita en forma de egagrópila las partes más difíciles de digerir de sus presas.
© Eduardo Nogueras Ocaña
Restos de una pieza desplumada por el azor, en este caso plumas de arrendajo común.
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Restos de huesos de un ave que ha sido presa de caza por parte del azor.
© Eduardo Nogueras Ocaña
Es fácil averiguar el tipo de presa que ha devorado observando que los huesos son huecos, efectivamente se trata de un ave.
© Eduardo Nogueras Ocaña
Una vez ingerida su presa, expulsa por el pico la egagrópila, una pequeña porción de plumas y elementos menos digeribles como la uña que puede observarse en esta imagen.
El vuelo del azor es muy rápido, fuerte y acrobático, el diseño de su cola le permite maniobrar realizando rápidos cambios de dirección entre la espesura del bosque dando así alcance con facilidad a sus presas.
El azor emite un sonido potente y grave “guik” que es posible escucharlo a gran distancia, sobre todo cuando sobrevuela su territorio.
Hay que hacer una reseña a la persecución que ha sufrido y sufre aun esta especie por varios motivos entre los que citamos:
- La expoliación de nidos para su uso en cetrería
- La caza y envenenamiento por ser competidores de la actividad cinegética
- Las diferentes enfermedades que viene sufriendo una de sus presas más habituales: el conejo.
© Eduardo Nogueras Ocaña
Ejemplar de azor herido por un disparo, en un centro de recuperación de aves rapaces.
EL AZOR COMÚN EN LA SIERRA DE BAZA
© Eduardo Nogueras Ocaña
El azor es un cazador especialista en vuelos acrobáticos, gracias al diseño de su cola. Puede confundirse con el gavilán común, sobre todo con las hembras que son del mismo tamaño que los machos de azor.
El azor es una especie presente en la Sierra de Baza, aunque su número no se conoce con exactitud debido a la dificultad de observación que hay en la espesura del bosque donde habita. Es una especie sedentaria que “ puede observarse en los pinares de repoblación, Pinus halapesis, P. pinaster y P sylvetris. “ (J.M. Pleguezuelos, 1992). En la Sierra de Baza hay muchos lugares que son el hábitat propicio para esta especie, lo que nos hace pensar que si en Granada “han sido localizadas 43 parejas” (J.M. Gil Sánchez, F.M. Molino Garrido y G. Valenzuela, 1999) un porcentaje significativo corresponde a la Sierra de Baza, más aún cuando en es muy escaso en Sierra Nevada (J.M. Pleguzuelos, 1983).
Texto: Eduardo Nogueras Ocaña
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