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Edición Mensual - Año XXVII | Nº 298 - Abril 2024

FICHAS

imagen de decoración

Lirón careto (Eliomys quercinus)

Fichas de Mamíferos

Orden Rodentia o Roedores:

2. Familia Glíridos:

Lirón careto (Eliomys quercinus)


© Alfonso Roldán Losada.
 El lirón careto es una especie esencialmente arborícola y de hábitos nocturnos.

1º PREMIO DE FOTOGRAFÍA DE FAUNA SILVESTRE DE MAMÍFEROS DE LA SIERRA DE BAZA


FICHA TÉCNICA

Orden: Rodentia.
Familia: Gliridae.
Género: Eliomys
Especie: Eliomys quercinus (Linnaeus, 1766)
Subespecies presentes: En la Península Ibérica hay presentes dos subespecies del lirón careto:
E. q. lusitanicus (Reuvens, 1890). En el sudeste peninsular, de color rojizo.
E.q. quercinus (Linnaeus, 1776). En el resto del territorio nacional, es de menor tamaño que el lusitanicus y de coloración más apagada.
En las Baleares hay presentes dos subespecies más:
E.q. gymnesicus (Thomas, 1903). En las Islas de Mallorca y Menorca.
E.q. ophiusae (Thomas, 1925). En la Isla de Formentera. Esta subespecie es la mas robusta de las españolas.
La especie no está presente de forma natural en las Islas Canarias.
Longitud de la cabeza y cuerpo, sin incluir la cola: entre 10 y 17 cms.
Longitud de la cola:  de 9 a 13,5 cms.
Peso: De 50 gramos en la subespecie quercinus a los 150 gramos de la ophiusae.
Status de la especie: No amenazada. No obstante, la subespecie ophiusae está catalogada como rara y vulnerable, por su reducida área de localización.


 DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE

Al lirón careto podemos definirlo como “un dormilón con antifaz” y es que este pequeño y simpático roedor se caracteriza por la presencia de una franja de pelo de color negro en la zona ocular que, a modo de careta, le cubre parte del rostro y se prolonga tras las orejas, detalle cromático del que toma su nombre común  (careto). Si a lo anterior le unimos que este animal entra en largos y profundos sueños de donde también se adopta la conocida expresión del lenguaje popular “dormir más que un lirón”, habremos sintetizado en una pocas palabras al lirón careto. Pero este glírido también se caracteriza anatómica por otra serie de detalles, que no pueden pasarnos desapercibidos, como es su larga cola o rabo, poblada de pelos en forma de pincel en la punta, de la que puede desprenderse en caso de peligro al ser aprendida por algún depredador (anatomía caudal) poniéndose a salvo de este modo. También cuenta el lirón careto con unas orejas bien desarrolladas en las que destaca el pabellón auricular, dispuestas a captar el menor ruido. El lirón careto igualmente está provisto de unas uñas fuertes y potentes, que denotan sus cualidades trepadoras para subir a los árboles, arbustos y muros de piedra en busca de alimento o refugio, donde pasa gran parte de su vida. 

El lirón careto tiene hábitos principalmente nocturnos, aunque también puede ser visto durante el día y aunque podemos localizarlo en una gran amplitud de hábitats, al tratarse de una especie generalista, que habita en casi toda Europa, siente predilección por los Quercus de donde proviene su nombre científico (quercinus). No ocupa la alta montaña. 

Es fundamental en la etología del lirón careto la presencia de árboles añosos, de roquedos, muros de piedra o viejas construcciones en las que refugiarse, para pasar el letargo propio de la especie, acondicionando un  nido con pelo, plumas, líquenes secos, hojas y musgo donde se acomoda en una clásica formando una bola para hibernar. Cuando no encuentra refugios naturales puede ocupar nidos de aves o cajas anidaderas, en las que se acomoda con total descaro ¡curioso okupa!.


© Alfonso Roldán Losada.
 El antifaz que cubre el rostro del lirón careto es un rasgo muy característico de la especie


DATOS DE LA ESPECIE 

Longevidad:  Unos tres años, aun cuando excepcionalmente puede llegar a los 7 años de  vida.  

Celo:  Como en la mayor parte de los roedores, está condicionado por la disponibilidad de alimento aunque también en el caso de este especie por la climatología. Lo normal es que para una sola vez al año en la época estival, aun cuando en climas favorables puede tener 2 o incluso 3 camadas si las condiciones climatológicas lo permiten.   

Gestación. La gestación dura de 22 a 28 días, normalmente 25. 

Época de parto.  El parto suele coincidir con la época estival o final de la primavera. 

Parto: De 2 a 8 crías, normalmente 4 ó 5,  que pesan al nacer  unos 15 ó 20 gramos y que nacen con los ojos cerrados y sin capacidad auditiva. Abre los ojos entre los 15 y 21 días. Cuando nacen los lirones presentan un pelaje grisáceo que va oscureciéndose con la edad del animal, aun cuando el antifaz es apreciable desde los primeros días. 

Duración de la lactancia:  Las crías son amamantadas durante un período que va de los 40 a los 45 días. 

Madurez sexual. Alcanzar la madurez sexualentre los 3 y 6 meses, normalmente a los cinco, momento a partir del cual se produce la disgregación juvenil.  

Alimentación. Si bien el lirón caretocome fundamentalmente alimentos de carácter animal como caracoles, insectos, arácnidos, además de anfibios o incluso otros roedores, poyuelos y huevos, en el otoño y en la época previa a la hibernación se dispara el consumo de frutos otoñales del bosque, fundamentalmente bellotas y hayucos, con cuyo aporte calórico aumenta considerablemente sus reservas energéticas. 

Hábitats. El lirón careto es una especie adaptada a una amplia distribución de hábitat, al tratarse de una especie generalista, que habita en casi toda Europa, aun cuando siente predilección por los Quercus de donde proviene su nombre científico (quercinus). No ocupa la alta montaña. 

Huellas.  El poco peso del lirón careto hace difícil que se marque sus huellas, si bien es posible encontrar las mismas en sustratos idóneos como lodo, arcilla o barro, destacando la forma longitudinal del lóbulo posterior del talón. Aunque puede prestarse a confusión con la huella de algunas aves (pájaros), en el que la garra posterior puede confundirse con el lóbulo alargado del talón de las patas posteriores  del lirón careto. Si bien una y otra se diferencian en que las aves dejan marcado los 3 dedos en la parte anterior de la huella con una abertura de unos 45º, mientras que en el lirón careto se marcan los 4 dedos agrupados y en ocasiones también la cola o rabo, cuando se trata de sustrato muy blando como lodo o barro blando. 

Excrementos:  De color marrón o negruzco, con una longitud de unos 0,8 a 1,5 cms., en el que uno de los extremos suele terminar en punta, con pequeños retorcimientos y característica presencia de quitina, la cual no es apreciable cuando solo ha comido frutos secos. 

Otros rastros: Los frutos secos como almendras o nueces y los restos de frutos del género Quercus (encinas, hayas y robles) son el mejor rastro para detectar la presencia de la especie, aun cuando puede confundirse con los consumidos por otros roedores, por lo que es necesario un atento examen de la cáscara. Así en las almendras es característico de esta especie el fuerte descortezamiento; las bellotas suele comérselas mayoritariamente por los lados; mientras que otros frutos otoñales como los escaramujos (frutos del rosal silvestre) suele consumirlos o mordisquearlos parcialmente por el lateral. Por lo que será la forma de atacar el alimento lo que nos delate la impronta genética del animal que ha dejado los restos de comida. 

En el examen de las egagrópilas (bolos de desecho alimenticio que regurgitan las aves con los restos indigeribles de lo que han comido, como pelos, plumas, piel, huesos) también puede detectarse la presencia en la misma de resto de lirón careto localizando la mandíbula inferior, la que presenta una característica perforación, tal y como ilustra la imagen, al ser el único roedor que posee esta detalle anatómico. 

© Proyecto Sierra de Baza
Imagen del hueso de la mandíbula inferior de un lirón careto, en la que se aprecia la característica perforación. 

Dimorfismo sexual:  No es manifiesto en al especie. Si bien las hembras cuando están en situación de gestación presentan cuatro pares de mamas de las que carece el macho. 

Enemigos naturales. No suelen predar otros animales sobre el lirón careto, aunque puede ser víctima de zorros, ginetas, garduñas o el gato montés, además de rapaces  nocturnas y del ratonero en las rapaces diurnas. Cuando están las crías en el nido y en las situaciones de letargo estival (estivación) suele ser presa de las culebras de collar y de escalera, que al localizarlos indefensos o dormidos aprovecha la ocasión para devorarlos. 

Curiosidades ecológicas. El lirón careto durante la hibernación entra en un profundo sueño, más prolongado en las zonas más frías, periodo en el que baja la temperatura corporal para adaptarla al entorno, reduce la respiración y los latidos del corazón considerablemente, con el objeto de reducir al mínimo el consumo energético, reducido al imprescindible  para mantener la funcionalidad de sus órganos vitales. A lo largo de este período va consumiendo lentamente sus reservas pudiendo perder hasta el 50 % de su peso. En lugares de clima estival muy caluroso y con escasez de alimento por la sequía veraniega también puede entrar en un letargo de menos intensidad que la hibernación conocido como estivación.  

Principales problemáticas. Se ha constatado en los últimos tiempos, de modo general, que los lirones caretos eran más abundantes hace unos años que ahora, sin que estén claras las causas de este descenso poblacional. Se ha considerado en algunas hipótesis que se han visto afectados en su capacidad reproductiva por insecticidas y pesticidas que han disminuido la capacidad de fecundación de la especie, muy sensible a los mismos por el papel que desempeña en la cadena trófica, al alimentarse de insectos, caracoles o arácnidos que sufren directamente los efectos de  los fitosanitarios. 

Si bien el lirón careto no suele presentar incidencias sobre otros animales, puede motivar el desplazamiento de poblaciones de pájaros que se ven molestados en sus nidos por el lirón careto. 

© 2005 PROYECTO SIERRA DE BAZA Todos los derechos reservados


 

 © Proyecto Sierra de Baza
Nido de lirones en el tronco de un álamo negro. 

HUELLAS

 © Proyecto Sierra de Baza
Dibujo de la huella de la pata posterior del lirón careto. Su aspecto es alargado, de unos 3 cms. de largo por 1 cm. de ancho, en la que destaca la forma longitudinal del lóbulo del talón. 
 

 © Proyecto Sierra de Baza
Aspecto de la pata posterior del lirón careto. Es muy característico de la especie la forma longitudinal del lóbulo del talón.

OTROS RASTROS:   

© Proyecto Sierra de Baza
Excrementos de lirón careto. Son finos y alargados, y terminados en punta. 

 © Proyecto Sierra de Baza
Restos de bellotas comidas por el lirón careto. Presentan una forma muy irregular en el corte y aparecen mayoritariamente consumidas por el lateral. 

 © Proyecto Sierra de Baza
Restos de almendras comidas por el lirón careto, con el típico descortezamiento de la cáscara.


 EL LIRÓN CARETO EN LA SIERRA DE BAZA 

El lirón careto está bien representado en la Sierra de Baza, presentando los individuos localizados caracteres intermedios entre las dos subespecies peninsulares: son de menor tamaño que el E. q. lusitanicus  y mayor que E. q. quercinus. 

El lirón careto es moderadamente abundante en los encinares de la zona mesomediterránea del Parque y asciende por algunas solanas hasta los 1.600-1.700 metros de altitud, a partir de los cuales desaparece definitivamente.