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Edición Mensual - Año XXVI | Nº 306 - Diciembre 2024

FICHAS

imagen de decoración

Etnobotánica de la Sierra de Baza

Fichas de Flora - Plantas del Parque Natural Sierra de Baza

Maravilla silvestre (Calendula arvensis)


© José Ángel Rodríguez
Maravillas silvestres en precoz floración. Enero-2020

También conocida como caléndula y maravilla de campo, o como “hierba del podador”, nombre que según Pio Font Quer se debe al uso que hace la gente de campo de esta planta “para restañar la sangre de las heridas”, es una hierba anual que puede alcanzar los 30 cms. de altura, con los tallos erectos o decumbentes. Sus hojas son de dos tipos: las inferiores, en forma de rabillo, y las superiores, que no tienen esta forma y son algo pilosas.  Las flores, de un color amarillento apagado, se presentan en cabezuelas florales que pueden alcanzar 2 cm. de diámetro; de ellas surge el fruto, con una característica forma encorvada o de gusanillo, aunque de formas variables y tamaños dentro de una misma flor, y dotados de pequeños apéndices espinosos sobre el dorso. 

La planta tiene una amplia distribución, y se encuentra de forma natural en los continentes africano, asiático y europeo, pudiendo localizarla en campos de cultivo de cereales, también en toda suerte de tierras de labor, de hecho el nombre científico arvensis, es un epíteto latino que significa "de campos cultivados”, pero también se encuentra en los ribazos, lindes, cunetas de los caminos y lugares incultos.

La palabra caléndula deriva del latín y se le ha dado una doble significación, de un lado, se ha interpretado que significa primer día del mes, en alusión a la precoz floración de esta planta en el primer mes del año, sin parecer importarles los rigores invernales; y, de otro, se piensa que significa "pequeño calendario", ya que la duración del día marca la apertura y cierre de sus capítulos florales.


SUS DIFERENCIAS CON LA MARAVILLA DE LOS JARDINES URBANOS

© José Ángel Rodríguez
Flores de la maravilla de los jardines, de mayor tamaño que la especie silvestre y color más anaranjado.

La maravilla silvestre presenta grandes similitudes con la maravilla o caléndula de los jardines (Calendula officinalis), una planta de flor muy utilizada en jardinería, de la que se diferencia por tener las flores un color más anaranjado y rojizo que la especie silvestre y ser sus flores más grandes y vistosas.


USOS ETNOBOTÁNICOS

© José Ángel Rodríguez
Maravillas silvestres creciendo en un muro y comportándose como rupícola.

Esta planta, al igual que la Calendula officinalis, cuyas propiedades y usos son similares, aunque se estima por algunos autores que son más concentrados y potentes en la especie silvestre, es conocida desde la antigüedad, aunque no es citada por los autores griegos. Pio Font Quer, comenta como la primera referencia segura a esta planta la encontramos en Santa Hildegarda, una santa, compositora, escritora, filósofa, científica, naturalista, médica, polímata, abadesa, mística, líder monacal y profetisa alemana (1098 – 1179).​ También es frecuente encontrar referencias a esta planta la farmacopea de los S. XVIII y XIX para muchas aplicaciones, aun cuando el más popular era la toma de sus flores y hojas en tisanas para regular la mestruación.

Planta comestible que ha sido utilizada en ensaladas y para hacer encurtidos en vinagre y salmuera con sus flores, también y debido a sus propiedades colorantes y a su parecido con el azafrán ha sido usada desde antiguo para sustituir y falsificar el azafrán.

Sus flores también se han usado para elaborar tinturas, así como pomadas para el cuidado de la piel y actualmente se añade a algunos productos de la industria cosmética, ya que el uso más reconocido de la caléndula es como tratamiento para la piel, para lo que se utiliza un preparado de caléndula, conocido como “tintura de caléndula”. Para la elaboración de la tintura, se escogen las flores a las que se le eliminan las brácteas y el receptáculo. Se prepara con 100 gramos de flores y medio litro de alcohol. Se introduce en un recipiente de vidrio, se tapa herméticamente y se macera por una semana, filtrándose por lienzo y papel. Este preparado se usa para tratar heridas leves, callos, eccemas, picazón, quemaduras, mordeduras, picaduras de insectos y hemorroides, sin que tenga contraindicaciones.