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Edición Mensual - Año XXVII | Nº 318 - Diciembre 2025

FICHAS

imagen de decoración

Etnobotánica de la Sierra de Baza

Fichas de Flora - Plantas del Parque Natural Sierra de Baza

Morera (Morus alba y M. nigra) 



 © José Ángel Rodríguez
Ejemplar de morera negra (Morus nigra) de excepcional porte en la zona de La Semana (Parque Natural Sierra de Baza).

PROYECTO SIERRA DE BAZA
01/12/2025

Tanto la morera blanca (Morus alba) como la morera negra (Morus nigra) presentan una serie de rasgos comunes, también de utilidades y aprovechamientos para el hombre y la fauna, por lo que van a estudiarse de una forma conjunta en esta ficha, destacando sus rasgos diferenciados.

En uno y otro caso se trata de un árbol de similar altura, quizá más alta la morera blanca, pudiendo alcanzar hasta 18 metros de alto, de porte ramoso, de copa ancha y corteza lisa y gris cuando es joven, pero gruesa, muy agrietada y parda o gris al envejecer. Las hojas son caducas, simples, alternas, miden de 3 a 22 cm de largo y algo menos de ancho, y son muy variables en su forma: ovales, redondeadas o lobuladas, con dos o más lóbulos, pero siempre dentadas en su margen y con rabillos largos y algo pelosos en los que a veces se observa látex al ser tronchados. 

El fruto, las llamadas moras, se le debería llamar infrutescencia, porque es un fruto complejo y cada granito es el verdadero fruto, que se agrupa formando una estructura parecida a una mora de zarza y que botánicamente se conoce con el nombre de sorosis. Sin embargo, pertenece a una familia distinta, porque la zarzamora es una rosácea, mientras que el moral pertenece a la familia de las moráceas 
A grandes rasgos indicar como la morera blanca (Morus alba) se distingue de la morera negra (𝑀𝑜𝑟𝑢𝑠 𝑛𝑖𝑔𝑟𝑎) por sus hojas más finas y lisas en la blanca y más ásperas y pelosas por el envés en la negra y por su fruto, que puede ser blanco, rojizo o morado en la blanca, mientras que la morera negra produce moras de mayor tamaño, de un color rojizo primero y negro después cuando maduran, de un sabor intenso y agridulce, agradable al paladar.

Usos etnobotánicos


 © Roberto Pla 
Detalle de los frutos de la morera negra en diferentes estados de maduración.

Las hojas de la morera blanca es la planta nutricia del gusano de seda doméstico (Bombyx mori), de modo que, si bien existen otras especies de lepidópteros seríferos, B. mori es la más extendida, y es la conocida habitualmente como gusano de seda, por lo que ha sido muy utilizada desde la antigüedad para la alimentación y cría de los gusanos de seda, por lo que era muy cuidada y cultivada en España, en lugares como la huerta de Murcia o la actual provincia de Granada, también en las huertas de la Baza árabe, donde se criaban gusanos de seda con los que se fabricaban unos tapices de seda muy apreciados llamados “Basti”, en alusión a la zona de su procedencia.

La otra especie de la que nos estamos ocupando, la morera negra es muy apreciada por la calidad de su fruta, la que se utiliza tanto para consumir fresco como para hacer mermeladas y compotas, también para hacer el llamado jarabe de moras, que se utilizaba en gargarismos contra la inflamación de la garganta y boca.

Tanto la madera de la morera blanca como la de la morera negra, también es muy utiliza, teniendo una y otra, similares aplicaciones, usándose en ebanistería y por los torneros, siendo de color oscuro y muy dura.

G. López González, en su publicación “Guía de los árboles y arbustos de le Península Ibérica y Baleares”, destaca muchos usos y utilidades de la morera, así refiere que su frutos e usa como laxante suave, contra el estreñimiento; las hojas, como astringente (en faringitis) y antidiabético, para combatir el exceso de azúcar en la sangre. También refiere este autor que la corteza se usa como analgésico y antinflamatorio y la corteza de la raíz como laxante y para combatir los gusanos intestinales, incluida la temible Tenia Solitaria. Otro uso es el de la morera como planta textil, productora de fibras, mientras que las hojas y frutos se han usado como tintóreos, para conseguir algunos colores como el amarillo.

A destacar finalmente que los frutos de la morera son muy aprovechados y apetecidos por la fauna silvestre, particularmente las aves, como la oropéndola, que encuentra en este fruto un importante alimento durante la época estival.