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Edición Mensual - Año XXVII | Nº 297 - Marzo 2024

FICHAS

imagen de decoración

Etnobotánica de la Sierra de Baza

Fichas de Flora - Plantas del Parque Natural Sierra de Baza

Álamo blanco (Populus alba)


Troncos de álamo blanco en su hábitat natural
© José Ángel Rodríguez 

También llamado chopo blanco, se extiende  desde el centro y sur de Europa hasta Asia Central y el norte de África, donde es una especie relativamente común en los bosques de ribera y en lugares húmedos, o con buena capacidad de retención de agua, pero con buen drenaje, dónde constituye una especie pionera, ya que la facilidad para dispersarse sus semillas por el viento y propagarse por sus propias raíces gemíferas (se forman yemas en las raíces de las que puede brotar un árbol independiente del padre), le hacen colonizar todo tipo de suelos, siempre que cuenten con humedad edáfica, los terrenos sean sueltos y ligeros, pudiendo llegar a ser una especie invasora que desplace a otras, por lo que es necesario su control. Altitudinalmente podemos encontrarlo desde el nivel del mar hasta los 1.200 - 1.300 metros, siendo, por tanto el álamo que menos asciende en nuestro territorio de la distintas especies de este género que de forma natural aquí se localizan.  

El álamo blanco, pertenece al amplio género de los Populus, palabra que procede del latín, para hacer alusión a su abundancia, mientras que el nombre específico "alba", que también procede del latín, significa blanco y se refiere al color blanco de la cara inferior de las hojas. Se trata de un árbol caducifolio, que puede alcanzar los  20 metros de altura y excepcionalmente llegar a superar los 30 metros. Su tronco es robusto, tipo columnar, de corteza gris blanquecina, siendo más blanquecina y lisa cuando es joven, con lenticelas en forma de estrías horizontales, y ramas comúnmente erectas que forman una copa fastigiada muy característica. Con la edad, comienza a agrietarse y oscurecerse la corteza por la base, lo que es apreciable en la imagen que ilustra esta ficha.

La floración se produce, entre final del invierno y comienzo de la primavera, antes de que broten las hojas. Las flores masculinas son grandes y rojizas y las femeninas son de un tono amarillo-verdoso. Su fruto es en una cápsula, de forma ovoidea y lampiña, que dan lugar a numerosas y pequeñas semillas dotadas con un penacho de pelos, el que utiliza el árbol para que las disperse el viento, favoreciendo así su reproducción.

Las hojas del álamo blanco son caducas, pequeñas, de unos 5 x 5 cms., irregularmente sinuosas, en disposición alterna, simples y pecioladas. Por el haz, las hojas son de color verde oscuro y lampiñas, mientras que por su envés presentan unos pelos afieltrados de color blanquecino o ceniciento. Dentro del mismo árbol se pueden distinguir dos tipos de hojas: las palmeadas con 3 a 5 lóbulos más o menos profundos y largos pecíolos y las aovado-orbiculares o elípticas, con el pecíolo más corto e irregularmente denticuladas. En otoño, antes de la caída de las hojas, su coloración es marrón o amarillenta, dominando los tonos ocres.

El chopo blanco, es una especie de crecimiento rápido, que tiene la madera blanda, homogénea, de densidad ligera, porosa y de secado fácil y rápido que además es fácilmente trabajable; además posee buenas propiedades mecánica, siendo resistente a la abrasión y elástica, por lo que tiene muchos usos, el más frecuente es para construir cajas para el transporte de fruta, para aprovechar su ligero peso. Cuando el álamo es de buena clase, es excelente para chapas y la madera selecta, de longitud conveniente, se usa en la fabricación de madera multilaminar, mientras que las tablas de calidad inferior se utilizan para cajas de empacar, e, incluso, las astillas se emplean para fósforos. 

También se cultiva esta especie como árbol ornamental, pero necesitan jardines grandes, en alamedas y paseos, aprovechando el color de su corteza, el contraste de sus hojas y por la agradable sombra que ofrece. También se utiliza en la formación de setos y como cortavientos. 

Además del aprovechamiento de su madera, en etnobotánica se usó la corteza para curtir y teñir tejidos, dada la gran cantidad de taninos que contiene.