Fichas de Aves del Parque Natural Sierra de Baza
Curruca capirotada (Sylvia atricapilla)
© Julián Fernández Quilez
Ejemplar macho adulto de Curruca capirotada con un fruto otoñal.
FICHA TÉCNICA:
Orden: Passeriformes
Familia: Sylviidae
Especie: Sylvia atricapilla
Estatus: especie catalogada de interés especial.
Longevidad: pueden vivir hasta 5 años.
Peso: 18 gramos aproximadamente.
Envergadura: con las alas abiertas pueden medir alrededor de 22 cms.
Longitud: 14 cms. aproximadamente.
DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE
La curruca capirotada es algo más pequeña que un gorrión, de color pardo gris que destaca principalmente por tener el píleo de color negro los machos y de color marrón o pardo-rojizo las hembras, en ambos casos en forma de boina o capirota, de donde toma su nombre popular o común. Su constitución es robusta para ser un silbido, con la garganta y cara de color gris y el plumaje ventral de color gris claro. La hembra se diferencia claramente del macho, además de por la coloración del píleo que hemos comentado, por ser de plumaje general es más parda que el macho.
© Juan Cubero
Imagen de un ejemplar macho de curruca capirotada en posado sobre las ramas de un majuelo.
La curruca capirotada tiene hábitos diferenciadores de otras currucas, ya que sale más tiempo al descubierto. Su hábitat natural es la campiña arbolada y los bosques densos, y bosquetes que posean una buena cobertura vegetal de matorral y zarzas. Curiosamente alcanza una buena densidad en bosquetes y huertos de frutales con preferencia por vegetación próxima a las viviendas humanas, aunque su hábitat preferido es el sotobosque de galería.
© Rafael Cediel
Imagen de una hembra de curruca capirotada, donde se aprecia claramente el color pardo rojizo de su píleo, que la diferencia claramente del macho de la misma especie.
El comienzo de la reproducción es muy variable según las zonas. Normalmente la primera nidada para algunas parejas comienza en la mitad de abril. El nido es una construcción muy pobre, seguramente el más ligero y escaso en materiales de todos los que construyen las especies de la avifauna ibérica. Normalmente es el macho quien elige el lugar de emplazamiento colocando allí dos o tres hierbas secas. Pronto se le une la hembra y ambos en 3-5 días lo terminan, pero en la práctica se trata de un nido elaborado con unas pocas hierbas secas, musgo, raicillas y forrado interiormente con pelos y hierba muy fina.
© José Sousa
Imagen de una hembra de curruca capirotada en el hábitat característico de la especie, rodeada de arbustos y zonas de abundante follaje.
La puesta normal es de 3-5 huevos y a los 14 días nacen los pollos que carecen de pulmón y tienen el interior de la boca de color rosado poco brillante con dos puntos oscuros de forma ovalada en la base de la lengua; las comisuras del pico son blanco marfil. El desarrollo es muy rápido. Macho y hembra ceban regularmente con insectos, orugas y fruta. En la práctica macho y hembra ceban casi al mismo ritmo. El desarrollo de los pollos es muy rápido y normalmente a los 10-11 días, si no son molestados, abandonan el nido y caen entre la vegetación. Son colicortos y se sujetan bien con las fuertes patas.
Siempre se posa en ramas débiles y tiernas de arbustos y zarzales y a una altura del suelo que no suele bajar de 80 cm. ni subir por encima del 1,70 m. El vuelo de la capirotada suele ser de desplazamientos cortos, donde los aleteos no cesan y son vibrantes.
© Agustín Povedano
Imagen de un macho de curruca capirotada en el momento de coger con su pico frutos de aligustre.
La curruca capirotada se alimenta de insectos, fruta cultivada y bayas o frutos silvestres. Durante la primavera captura innumerables coleópteros y dípteros, pero sobre todo a partir del nacimiento de los pollos recoge infinidad de pequeñas orugas. Estos son cebados también con cerezas, carne de higo y frutos silvestres, con los que completa su dieta.
© Antonio Manglano
Ejemplar adulto de hembra de curruca capirotada en el momento de acercarse a un manantial a beber agua y limpiar su plumaje.
El canto de la curruca capirotada es uno de los más agradables y variados de la avifauna ibérica. Cuando está alarmada, tanto machos como hembras lanzan un seco y duro ¡¡teck, teck,...!! repetido insistentemente de dos en dos y que toma un ritmo muy rápido si la excitación sube de tono. Mientras se observa sus nidos, lo mismo el macho que la hembra se aproximan a ellos emitiendo una serie de sonidos breves y en cierto modo dulces ¡¡suirr, suirr!! en tono muy bajo y que hay que estar muy cerca para escucharlos. Los machos pueden lanzar un áspero ¡¡cherr!! y cuando, se aproximan al nido con cebo, avisan normalmente su llegada cantanto brevemente. Tanto machos como hembras cantan durante todo el año.
LA CURRUCA CAPIROTADA EN LA SIERRA DE BAZA
© Juan Guijarro Moreno
Ejemplar macho de curruca capirotada donde puede apreciarse la diferente coloración del plumaje ventral del ave.
Es un ave presente durante todo el año en la Sierra de Baza. Se la puede detectar con mayor facilidad en los sotobosques cercanos a corrientes de agua, ya que su biotopo preferido es el de galería de río, donde la especie encuentra árboles con buen porte, cerrado follaje y ambiente húmedo. También en jardines y parques urbanos, particularmente en invierno, donde se refugia de los rigores invernales. La especie es menos frecuente en los ambientes rurales de la zona basal de la sierra y en la depresión de Guadix-Baza, donde hay una mayor aridez.