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Edición Mensual - Año XXVI | Nº 304 - Octubre 2024

FICHAS

imagen de decoración

Rata común (Rattus norvegicus)

Fichas de Mamíferos

Orden Rodentia o Roedores:

3. Familia Múridos:
3.1 Subfamilia Murinos:

Rata común (Rattus norvegicus)


©  Jose Luis Rodriguez
 Rata común o parda en pleno festín entre la basura doméstica.
Imagen cedida por su autor fuera de concurso


FICHA TÉCNICA

Orden: Rodentia.
Familia: Múridos.
Subfamilia: Murinos
Género: Rattus
Especie: Rattus novergicus (Berkenhout, 1769).
Subespecies presentes: Una sola especie para la Península Ibérica e islas, aun cuando presenta razas o formas geográficas. Los ejemplares urbanos, por lo general, son de más tamaño que los ejemplares silvestres.
Longitud de la cabeza y cuerpo, sin incluir la cola: entre 17 y 27 cms.
Longitud de la cola:  de 15 a 23 cms.
Peso: De 180 a 600 gramos.
Status de la especie: No amenazada.


DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE 

La rata común o de alcantarilla, también conocida como rata parda por la coloración de su pelo, es un indeseable y molesto roedor, de mayor tamaño que su congénere la rata negra o campestre (Rattus rattus) de la que también se diferencia por su mayor peso, de modo que mientras que esta especie puede alcanzar los 600 gramos de peso, la rata campestre no suele sobrepasar los 250 gramos. Otra circunstancia diferenciadora es que la rata de alcantarilla  ocupa medios más urbanos y más humanizados que su congénere la rata campestre o negra,  de la que también se diferencia por el menor tamaño de sus orejas (más grandes en la rata campestre y más cortas y gruesas en la rata parda) y por la longitud de la cola, de modo que mientras que en la rata campestre, la longitud de la misma supera notoriamente la de la cabeza más el cuerpo, en la rata parda o de alcantarilla no alcanza nunca esta longitud. 

La rata de alcantarilla es originaria de China y de la zona este de la antigua URSS, de donde comenzó a extenderse en épocas relativamente recientes, de modo que en los siglos XVI y XVII ocupaban Centroeuropa y en el siglo XVIII llegó a Francia. Se dice que en el año 1750 llegó a Paris, y de Francia pasó a España en el siglo XIX. También se ha dicho, aunque no es un dato que haya sido contrastado científicamente, que vino acompañando al ejercito de Napoleón en su invasión de España (W. F. Foster, 1972). Actualmente ocupa prácticamente todo el planeta y no hay lugar ni isla habitada que se vea libre de la presencia de esta rata, que se sirve del hombre y de los barcos para viajar y expandirse por el mundo. Actualmente en España la rata de campo ocupa todo el territorio nacional, incluidas las Baleares y Canarias, aunque en cotas no muy altas, ya que a partir de los 1.000 metros de altitud su presencia se enracece, llegando incluso a desaparecer. 

La rata común o de alcantarilla es buena nadadora y buceadora, pero trepa mal, por lo que en aquellos edificios en que coexisten ambas especies, la rata campestre suele ocupar las partes altas del edificio (desvanes, solanas y altillos), mientras que la común ocupa las partes bajas (sótanos, cloacas, alcantarillas, desagües, corrales; etc.); aun cuando lo normal es que la rata común, por su mayor tamaño y agresividad, desplace a la rata campestre. De modo que siendo una especie que no es autóctona de nuestra fauna, con poco más de un siglo de presencia de nuestra geografía, es el roedor más abundante de las ciudades, donde se considera que en algunas de ellas hay más ratas que habitantes humanos.  

La rata parda o común, es una especie comensal del hombre, por lo que se ve fundamentalmente asociada a la presencia humana, viviendo principalmente de sus desechos y basuras, aunque también hay poblaciones silvestres. En cualquier caso el agua es fundamental en su ecología, de la que ingiere de 17 a 38 ml. diarios de agua (J.C. Blanco, 1998), encontrando su óptimo entre las alcantarillas, de donde adquiere uno de sus nombres comunes, así como en lugares húmedos y bordes de cursos de agua (riberas) con vegetación densa. 

La rata común o parda, a diferencia de la rata campestre, es buena excavadora y cuando construye sus habitáculos, acondiciona una o varias entradas de 6-9 cms. de diámetro, normalmente localizables en pendientes del terreno, entre la vegetación. Suelen presentar montones de la tierra extraída en la boca, contando con un sistema de túneles de gran longitud, varias cámaras dormitorio en las que acondiciona camas con pelos, lana, papeles y materia vegetal. Estos refugios subterráneos, también cuentan con túneles ciegos, cuya finalidad es la de distraer a los depredadores que los visiten. 

Territorialmente la rata común es muy agresiva y de agrupación social más organizada que la rata campestre, existiendo en la especie objeto de esta ficha una jerarquía social muy definida, aunque fluctuante, al reajustarse por frecuentes luchas internas, en la que hay individuos dominados que se ven obligados a adaptar sus hábitos de vida a esta situación, teniendo incluso que salir a buscar los alimentos a pleno día. Los miembros del grupo se identifican y reconocen por el olor corporal del grupo, común a todos ellos, al tener un olfato muy desarrollado; también tiene un oído muy fino, siendo la vista su peor sentido, no diferenciando los colores, al parecer. En estos encuentros de distintos individuos se desarrollan una serie de posturas de amenaza y/o sumisión, que ponen de manifiesto la exteriorización del status jerárquico dentro del grupo. 

Omnívora y oportunista presenta una dieta muy variada, aun cuando en las ciudades se suele alimentar de basura y desperdicios, mientras que los ejemplares más silvestres prefieren cereales y frutos, aunque la carne también forma parte importante de su dieta. Tiene desarrollada la especie una especial cautela y recelo hacía los alimentos nuevos o desconocidos, por lo que los venenos no suelen ser muy efectivos para combatir a la rata común.  Se ha comprobado que ante un alimento nuevo la colonia manda a un individuo dominado a que pruebe el cebo, la muerte tras la ingesta pone en alerta a toda la colonia, que relaciona el consumo del cebo con la muerte y evita el cebo, por lo que los tratamientos suelen perder eficacia. Se considera que para que los venenos agudos tengan éxito, es preciso que la mayor parte de la población ingiera rápidamente la dosis letal; para ello se suelen realizar previamente a la colocación del veneno un adecuado cebado de la colonia. En cualquier caso debe tenerse presente que los roedores muertos son un peligro sanitario importante, no solo para el hombre sino para otros ejemplares de la fauna que los consuma, por lo que cadáveres deben ser eliminados, aconsejablemente quemados.    

De hábitos esencialmente crepusculares y nocturnos, puede también verse durante el día, particularmente cuando no es molestada, ni existen gatos en las inmediaciones que las persigan. 

Aun cuando se ha constatado en los tiempos actuales una regresión de la población de la rata común o de alcantarilla, particularmente por la supresión de basureros urbanos, la colocación de la basura en contenedores herméticos, la supresión de corrales y establos dentro de las poblaciones y la mayor higiene humana. De todos modos sigue siendo abundante y en algunos momentos puntuales, en que se ve favorecida por circunstancias favorables como la presencia desmesurada de basura urbana, se puede constituir en una indeseable plaga.


DATOS DE LA ESPECIE 

©  Antonio Vázquez
 Rata común cazada por un cernícalo.
Imagen cedida por su autor fuera de concurso 

Longevidad:  Su vida media está en torno a los doce meses, en libertad, mientras que en cautividad puede alcanzar los tres años de vida. La mortalidad de la población joven es muy alta, pudiendo alcanzar el 90 y 95 %.  

Celo:  La rata de alcantarilla está activa todo el año. Suele tener de 5 a 8 camadas por año.  

Gestación. La gestación dura de 21 a 25 días. 

Época de parto: Esta sexualmente activo a lo largo de todo el año. 

Parto: La hembra puede parir de 2 a 16 ejemplares (excepcionalmente hasta 22), aunque lo normal son sobre 12, los que deposita la hembra en el interior de la madriguera o nido, donde acondiciona un lecho con restos de materia vegetal y pelo, naciendo desnudos, con los ojos cerrados, sin pelo y sin capacidad auditiva y pesando tan solo de 5 a 10 gramos. 

Duración de la lactancia:  Entre 17 y 22 días. 

Madurez sexual: Son precoces muy pronto: alcanza la madurez sexual entre los 8 y 12 semanas. 

Alimentación: Omnívora. En medios urbanos fundamentalmente basura y desechos humanos; los ejemplares más silvestres  cereales y semillas, incluyendo en su dieta también la carne, insectos y materiales muy diversos tales como papel, madera, goma, plomo, estaño, plástico, por lo que ocasiona frecuentes daños en las conducciones de agua y de electricidad. La rata común puede ingerir cada día un tercio de su peso. 

Hábitats: La rata de alcantarilla llegó a Europa hace tres siglos. Hasta hace unos siglos, dominaban las ciudades la rata de campo (Rattus rattus), pero al llegar las ratas de alcantarilla, de mayor tamaño y agresividad, entablaron una lucha a muerte, expulsando de las aglomeraciones urbanas a la rata campestre y obligándola a adquirir costumbres campestres, quedando la rata común como dueña de las zonas marginales de las ciudades. 

Huellas: Por su poco peso no suelen quedar marcadas, ni siquiera en los medios óptimos. Cuando lo hace es de forma difusa, enmarañada y poco clara. La huella del pie posterior, es mayor que la del anterior, teniendo la huella del pie posterior una longitud de  2,5 a 3 cms. de largo por 0,5 a 0,7 cms. de ancho. Es también muy característico de la especie los rastros aceitosos, producidos por su piel grasienta, que deja marcados sobre el suelo y lugares por los que pasa habitualmente en sus correrías. 

Excrementos:  Su forma es menos alargada que los de la rata campestre, y al igual que éstos ligeramente más gruesos por el centro, pero presentando como característica marcadamente diferenciadora la de que uno de  los extremos termina en punta, mientras que el otro tiene forma redondeada. Su longitud normal es la de 12-17 mm. y su grosor el de 6 mm. 

Otros rastros: Los daños apreciados en comida, maderas, papeles o tuberías son los mejores rastros. El cadáver de la rata común, particularmente atropellada por vehículos, también nos puede alertar de su presencia. 

Dimorfismo sexual:  No aparente, si bien el macho es ligeramente mayor que la hembra. La hembra presenta además seis pares de mamas (cinco la rata campestre), ligeramente apreciables en la lactancia. 

Enemigos naturales: El turón, la gineta y el gato montés son sus principales enemigos. El gato doméstico (Felis catus) también se atreve con ellas, particularmente los ejemplares felinos de mayor tamaño. El hombre también las combate con raticidas. De las rapaces nocturnas el buho real (Bubo bubo) es el único que se atreve con ellas. 

Curiosidades ecológicas: La rata se propaga con una asombrosa rapidez. Las hembras crían cada seis semanas y pueden empezar a hacerlo con tan solo 2 meses, naciendo de cada parto una media de 12 crías. En circunstancias ideales (todos los ejemplares viven y se reproducen) una sola pareja puede tener una descendencia de 35.000 individuos. Por fortuna el canibalismo está muy extendido entre estos roedores y muchos ejemplares –particularmentre los jóvenes- son devorados por sus congéneres. 

Principales problemáticas: Los daños en alimentos (humanos y de animales de corral)  y en los campos de cultivos son las principales problemáticas que se achacan a la rata, por su capacidad para dañar los alimentos. A nivel mundial se estiman las pérdidas provocadas por las ratas en el 10% de la producción, no sólo por el consumo directo, sino también por la destrucción y contaminación que ocasionan. Algunos estudios han puesto de manifiesto que una rata puede consumir 20 Kg. de grano al año, expeler 25.000 cápsulas de excreta (excrementos) y 6 litros de orina, además de perder millares de pelos, por lo que han sido definidas como “una perfecta máquina de contaminación” La posibilidad de transmitir enfermedades hace también necesario su control.

© 2005 PROYECTO SIERRA DE BAZA Todos los derechos reservados


DIFERENTES TIPOS DE MADRIGUERAS 

 © Proyecto Sierra de Baza
Entrada a una madriguera o nido de la rata común en una alcantarilla. Los restos de alimentos y los excrementos confirman la presencia del animal 

© Proyecto Sierra de Baza
Entrada a una madriguera o nido de rata común en el suelo. Es característica la presencia de tierra en el exterior que ha extraído el animal al excavar. 

OTROS RASTROS: 

 

© Proyecto Sierra de Baza
Excrementos de rata común.Su tamaño no supera los 17 mm. de longitud y los 6 mm. de diámetro. Mientras un extremo es romo, el otro termina en punta. 

 © Proyecto Sierra de Baza
Tubería dañada por las ratas.

 © Proyecto Sierra de Baza
Patatas  comidas por la rata común o de alcantarilla.


LA RATA COMÚN EN LA SIERRA DE BAZA 

La rata común o de alcantarilla tan solo se localiza en la zona basal de la Sierra de Baza, particularmente en las inmediaciones de los núcleos de población. Nosotros hemos confirmado su presencia en las proximidades de Gor, en la zona del Río de Gor y las aldeas de Balax y Rejano.