Fichas de Aves del Parque Natural Sierra de Baza
Tórtola turca (Streptopelia decaocto)
© Francisco Rubia
Ejemplar adulto de Tórtola turca.
FICHA TÉCNICA:
Orden: Columbiformes
Familia: Columbidae
Especie: Streptopelia decaocto
Estatus: especie protegida. No cinegética, salvo inclusión expresa por legislación de caza de las respectivas comunidades autónomas.
Longevidad: pueden vivir hasta diez años.
Peso: 200 gramos, aproximadamente.
Envergadura: con las alas abiertas pueden medir alrededor de 52 cms.
Longitud: 30 cms., aproximadamente.
DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE
La Tórtola turca (Streptopelia decaocto) es una paloma menos llamativa de plumaje y algo más grande que la Tórtola europea (Streptopelia turtur), pero al estar más cerca del hombre, nos permite observarla con mayor detalle y facilidad. Lo más característico de su fisonomía es el collar negro que rodea todo el cuello excepto la parte anterior. Este collar destaca sobre un dorso de color marrón claro y el resto de su plumaje es de tonos blancos y grises excepto las plumas primarias de las alas que son marrones oscuras. La cola es larga y se puede observar una zona de color blanco en su punta. La cabeza es de color rosa claro, al igual que el pecho, con el ojo de color rojo oscuro. Las patas son también de color rojo. Los individuos inmaduros se caracterizan por no poseer aun el collar de color negro en el cuello.
© Eduardo Nogueras
La Tórtola turca aprovecha las ramas más altas de las confieras para posarse.
El hábitat más habitual de esta especie son las zonas urbanas y suburbanas, pequeñas aldeas y núcleos rurales. Incluso se las pueden ver en parques y jardines. Se trata de una paloma más acostumbrada a la presencia del hombre, del que trata de aprovechar su relación, para conseguir alimento.
© Eduardo Nogueras
Aunque puede ser confundida con una paloma doméstica la turca mantiene un carácter más silvestre.
La reproducción de la Tórtola turca comienza en el mes de marzo. La pareja construye un nido a base de ramitas que suelen colocarlo en arbustos, coníferas e incluso sobre los muros de algunos edificios. La nidada habitual es de dos huevos que incuban ambos adultos durante dos semanas. Los pollos, al nacer, serán alimentados por sus congéneres durante casi tres semanas más, momento en el que los pollos abandona el nido y comienzan a volar cerca de su territorio de cría. Es normal que haya dos y hasta tres puestas al año.
La alimentación de la Tórtola turca se basa en granos, semillas y restos de comida que encuentran en las zonas urbanas a las que se acercan para picotear por el suelo en busca de desperdicios humanos al igual que ocurre con las palomas domésticas.
© Eduardo Nogueras
Ejemplar fotografiado sobre la rama de un cedro a la espera de bajar al suelo a comer los restos de comida cerca de una zona urbana.
El vuelo de la Tórtola turca es rápido, realiza fuertes aleteos para despegar, que suelen ser ruidosos y que de momento se transforman en un planeo vigoroso con las alas completamente abiertas hasta posarse de nuevo sobre su posadero.
Se la suele ver posada en los cables de la luz, sobre la parte más alta de los cedros más altos de los parques y jardines. También es habitual verla comer andando por el suelo y reunida en pequeños bandos de decenas de individuos. Sus vuelos de exhibición se pueden ver cerca de parque y jardines. Su canto es bastante agudo, se trata de un “gu-guuuu-gu” que emite desde su posadero.
LA TÓRTOLA TURCA EN LA SIERRA DE BAZA
© Eduardo Nogueras
Los cables de la luz son uno de los posaderos más habituales de estas aves, en la imagen puede verse el característico collar negro sobre su cuello.
La Tórtola turca es un ave sedentaria y presente en la Sierra de Baza. No es un ave migradora, por lo que su presencia es habitual durante todo el año, quedándose los nuevos individuos cerca de su zona de cría, aun cuando una pequeña proporción de jóvenes Tórtolas turcas es la que se aleja de su área de nacimiento para colonizar nuevas tierras. Su observación es más frecuente en zonas rurales y donde se crían otros animales, ya que la tórtola aprovecha los restos de comida para alimentarse. No se la suele ver en las zonas más altas de la sierra, sino en la zona basal, cerca de los núcleos rurales.
Texto: Eduardo Nogueras Ocaña
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