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Edición Mensual - Año XXVII | Nº 297 - Marzo 2024

FICHAS

imagen de decoración

Fichas de Aves del Parque Natural Sierra de Baza

Mosquitero silbador (Phylloscopus sibilatrix)


© Eduardo Nogueras
Ejemplar adulto de mosquitero silbador posado en una ramita de majuelo con frutos otoñales.


FICHA TÉCNICA:

Orden: Passeriformes
Familia: Silviidae
Especie: Philloscopus sibilatrix
Estatus: especie catalogada de interés especial.
Longevidad: pueden vivir hasta cinco años.
Peso: 12 gramos aproximadamente.
Envergadura: con las alas abiertas pueden medir alrededor de 24 cms.
Longitud: 12 cms. aproximadamente.


DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE 

El mosquitero silbador es uno de los mosquiteros de mayor tamaño, aunque es algo más pequeño que un gorrión. En su plumaje predominan los tonos amarillo limón y verde brillante. Sus alas son largas y su dorso es amarillo verdoso, su garganta y su pecho amarillos. El vientre es blanco y destaca en su cara una línea superciliar de color amarillo. Sus patas son también de color pardo amarillento, más claras que las del mosquitero común y el ibérico, lo que permite diferenciarlos claramente. 

 © José Ángel Rodríguez
Imagen de un mosquitero silbador en el momento de emitir su peculiar y apreciado canto. 

El hábitat preferido de esta especie son los bosques viejos y zonas arboladas en general. Le gusta vivir en hayedos principalmente y bosques donde abundan las zonas sombrías con pequeños claros y escaso sotobosque. 

© Eduardo Nogueras
Ejemplar de mosquitero silbador posado, en el que puede apreciarse la característica banda superciliar, fotografiado en paso migratorio durante el mes de septiembre. 

En abril, una vez que llegan del continente africano, los mosquiteros silbadores construyen su nido en el suelo contra un pequeño talud, aprovechando las hojas muertas, ramitas y hierba seca, dándole forma de horno. Será la hembra la que construya sola el nido que estará forrado por dentro con hierba fina y pelos. La puesta será de seis a siete huevos y se producirá en entre los meses de mayo y junio. La hembra incubará sola los huevos durante doce días y solo abandona el nido para alimentarse, mientras el macho vigila. Los pollos al nacer son alimentados durante dos semanas por ambos congéneres a base de insectos principalmente.

La alimentación de esta especie se basa en insectos, principalmente dípteros y arañas, los primeros puede capturarlos en pleno vuelo. En otoño puede tomar alguna baya, pero no frutos.

En persecución de insectos no es su vuelo tan acrobático como el de otros mosquiteros y bate las alas de manera característica, de forma que se aprecia bien su silueta. Su tamaño, grande ya para un mosquitero, no le obliga a efectuar en primavera grandes recorridos fuera de un pequeño territorio que muy a menudo son solamente dos o tres árboles. 

© José Ángel Rodríguez
El mosquitero silbador agita sus alas con fuerza antes de posarse en una rama próxima a un punto de agua, al que acude a saciar su sed y a limpiar su plumaje durante el verano. 

Su canto es inconfundible, si se escucha con claridad y de cerca. El canto comienza con dos o tres notas entrecortadas seguidas de otras sibilantes y cortas, repetidas con velocidad creciente y terminadas en una especie de gorgojeo característico. Canta posado inmóvil o en vuelo y también lo hace mientras se mueve de un árbol a otro por entre las ramas. La voz de este pájaro es como un suave y agradable sonido repetido ¡¡pii-pii-pii!!, seguido de otro como el que hace un llavero al ser agitado.


EL MOSQUITERO SILBADOR EN LA SIERRA DE BAZA 

© José Ángel Rodríguez
Ejemplar de mosquitero silbador junto a la orilla de un manantial de agua, uno de los lugares donde es posible contactar visualmente con esta especie durante su estancia en la Sierra de Baza. 

 El mosquitero silbador es un ave presente en el Parque Natural Sierra de Baza, aunque no es permanente su presencia, de modo que solo podemos localizarlo en los pasos migratorios, debido a que su reproducción en la península la realiza en la cordillera cantábrica y los pirineos. Los mayores contactos visuales se producen en los meses de septiembre y octubre, cuando tienen lugar los movimientos migratorios de regreso hacia el continente africano. 

Texto: Eduardo Nogueras Ocaña